Parca Producciones 2012. Con la tecnología de Blogger.
sábado, 23 de marzo de 2013
Hijas del Señor 3x05
10:23 |
Editar entrada


Sor Pilar estaba en la biblioteca, junto con las hermanas que habían decidido pasar allí la noche debido a que “La niña de la carretera” andaba suelta por el convento. De repente, un grito desgarrador invadió todas las estancias del San Felipe. Hubo un silencio sepulcral.
SOR PILAR: ¡Oh! ¿Qué ha pasado?
MONJA: ¡Ay, no lo sé! Yo estoy aquí rezando... y ¡menudo susto que me he llevado!
SOR PILAR: No te preocupes, tú sigue ahí rezando. Voy a ver.
La madre superiora subió las escaleras. Sin saber exactamente qué la incitó en hacer aquello, pensó que el primer lugar donde debía mirar, era su despacho. Se quedó completamente “en bragas” al ver que la puerta de su habitación estaba abierta. Entro corriendo por ella.
SOR PILAR: ¡Eeeey! ¡Niña! ¿Qué ha pasado?
La mujer fue corriendo hasta la habitación de la niña. Entonces se le cayó el alma al suelo con lo que encontró.
Loli yacía en el suelo con un trozo de espejo roto clavado en el pecho. Estaba todo lleno de sangre.
SOR PILAR: No Dios mío.... no, por Dios.
La niña de la carretera ya no estaba. La habitación tenía algo particular y era que todas las cruces que habían en ella estaban ahora colgadas del revés. Eso solo podía significar una cosa, el Maligno habitaba en el cuerpo de esa cría. Y ahora mismo, andaba suelta por el convento en busca de almas en las que alimentarse.
Loli agarró a Sor Pilar por la muñeca.
SOR PILAR: Dios Santo...
LOLI: ¿Por...qué....la ten...tenías aquí...aquí encerrada?
SOR PILAR: Tranquila, querida. Cierra los ojos, no sufras.
La madre superiora le cerró los párpados a Loli.
SOR PILAR: Te voy a ayudar, pero tú vas a callar.
LOLI: Eres....eres...una...
SOR PILAR: Soy un cielo, lo sé.
Loli dejó apoyar la cabeza en el suelo.
Y es que la niña estaba en ese preciso instante en uno de los caminos que salía del convento al patio trasero. Tenía la boca llena de sangre que se le caía por la barbilla hasta el pecho. Tenía los ojos grandes y rojos como el fuego.
SOR PILAR: ¡Loli! ¡OH! Despierta. ¡Por favor!
Loli estaba desmayada, o muerta. El caso es que parecía no estar “despierta”. Sor Pilar no sabía qué hacer ni como reaccionar ante la gravedad de la situación. Lo primero que se le ocurrió fue ir corriendo a una de las habitaciones de dentro de su “casa” en el torreón y cogió un megáfono. Habló por él.
En la biblioteca...
SOLEDAD: ¿Quién habrá dado ese grito?
MACU: A lo mejor ha sido alguna monja estreñida.
FAUSTI: ¿Cómo? ¿Alguna monja estreñida?
MACU: Sí, lo que no se quién.
SOLEDAD: Inmaculada, ¿por qué no paras ya de hacer tus bromitas? Ya cansas hija, no te renuevas. Si al menos hicieras gracia...
FAUSTI: Si hija, la verdad es que una se acaba cansando ya de tanta ton...
VOZ MEGÁFONO: ¡Atención a todos los hermanos y hermanas del San Felipe!
FAUSTI: ¡¡¡¡Ahhhh!!!! ¿Qué ha sido eso?
Empezó a cundir el pánico entre las hermanas, que empezaron a apilar sillas sobre la puerta, como enloquecidas.
MACU: ¿Quién ha dicho eso?
VOZ MEGÁFONO: ¡Atención a todos los hermanos y hermanas! ¡La situación es urgente! Que todo el mundo esté dentro de cualquier estancia cerrada y no salga de ella hasta nuevo aviso, por favor, que nadie salga de su habitación.
GABULA: ¿Y quién coño dice ezo?
SOLEDAD: ¡Es Sor Pilar!
MACU: ¡Sor Pilar me va a comer a mi el coño!
FAUSTI: ¡Inmaculada! ¡Para ya, por favor!
MACU: ¡Que me dejes!
SOLEDAD: ¡Cállense ya, que no oímos a la madre superiora!
VOZ MEGÁFONO: Hay una persona herida de muerte. Necesito ayuda urgente. Si hay alguien en San Felipe con los conocimientos médicos básicos, que acuda a mi despacho. Por favor. Es muy urgente. Los demás, no salgan de donde estén. Va a ser una noche muy larga.

Era plena madrugada en el convento San Felipe. En ese mismo momento, el megáfono de Sor Pilar se había desconectado, y ésta, había dejado de hablar por él.Las hermanas comenzaron a estar cada vez más nerviosas.
MONJAS: ¿Qué se supone que ha pasado ahora?
CLOTI: ¡Está claro! La niña esa ha atacado a alguien. Por eso, Sor Pilar quiere que permanezcamos todas aquí.
SOLEDAD: Pero... ¿Y las que no están aquí?
FAUSTI: Ya lo dijo... que se quedaran en sus habitaciones...
MACU: Pero... ¡¡¡Dorada!!! ¿Dónde está mi hermana?
FAUSTI: Pues... ¡no está! Dorada no bajó con nosotras a la biblioteca.
SOLEDAD: Ay la virgen... ¿estaba dormida?
MACU: Creo que sí, ¡joder!
FAUSTI: ¿Y si no se ha enterado?
MACU: ¡Pues hay que ir a avisarla!
SOLEDAD: De ningún modo. De aquí no va a salir nadie hasta que Sor Pilar lo diga.
MACU: ¿Ah sí? ¿Y quién me impide que le vaya a salvar la vida a mi hermana?
FAUSTI: ¿Y a ti desde cuándo te ha importado tanto la vida de tu hermana?
MACU: ¿Desde que están a punto de cargársela?
CLOTI: Déjalo... ¡si es como discutir con una cebolla!
FAUSTI: Bueno, no, discutir con una cebolla no. A mi las cebollas me dan ganas de llorar. Macu me da ganas de reir.
GABULA: Poh zi... eh que zon muy trihteh la pobreh...
MACU:

Macu empujó a las hermanas que estaban apilando sillas frente a la puerta y salió por ella en busca de su hermana Dorada. A la vez que esto pasaba, Dorada había oído el mensaje de Sor Pilar por el megáfono y estaba ya de camino al despacho de la mujer. Por fin, llegó. Se lo encontró abierto.
DORADA: Qué raro...
La gran puerta con la gárgola sobre ella estaba abierta. Por fin iba a poder hacer eso que tanto deseaba, ver el interior de aquel lugar misterioso donde residía Sor Pilar y que nunca había dejado verlo a nadie. Entró por la puerta y llamó a la madre superiora.
DORADA: ¿Pilar? ¿Dónde estás?
SOR PILAR: ¡Aquí! ¡Ayuda! Estamos aquí.
DORADA: ¡Voy!
Dorada siguió la voz y llegó hasta la habitación donde estaban Loli desangrándose y Sor Pilar.
DORADA: ¡Madre del amor bendito! ¿Qué le ha pasado?
SOR PILAR: La ha atacado la niña de la carretera.
DORADA: ¿Con este espejo? (lo coge)
SOR PILAR: Eso parece. Se lo ha clavado en el pecho. ¿Qué podemos hacer?
DORADA: Yo no tengo conocimientos médicos... pero creo que soy la persona más apropiada para ayudarte en este convento. Creo que hay que sacarle el trozo de espejo que se le ha quedado dentro.
SOR PILAR: ¿Cómo?
DORADA: Hay que ir a la cocina. A por unas pinzas.
Las dos se miraron durante unos segundos sin pronunciar palabra y luego miraron a Loli.
SOR PILAR: Ve tú. Date prisa.
DORADA: De acuerdo.
La hermana salió corriendo de allí, en dirección a la cocina.

En la biblioteca, las demás monjas estaban muy nerviosas tras la reciente marcha de Macu en búsqueda de Dorada. ¿Le podría pasar algo?
FAUSTI: Esta chica siempre ha sido una cabeza loca... una irresponsable.
SOLEDAD: Hasta el día que pase algo gordo...
FAUSTI: En París casi pasa.
CLOTI: ¿Qué pasó en París?
FAUSTI: Casi se cae de la Torre Eiffel...
GABULA: Poh yo recuerdo un dia con mi novio... mmm... hizimoh el amoh en la Torre Eiffel.
SOLEDAD: Mmm... interersante historia, desde luego, pero... ¿¡alguien te ha preguntado a ti!?
GABULA: No, ¿y?
SOLEDAD: ¡Ni y ni o ni u ni nada!
GABULA: ¡Mira, me cago en tu puta madre!
FAUSTI: ¡¡¡Ohhh!!! ¡Lo que ha dicho! ¡En la casa de Dios!
SOLEDAD: ¡Dios! Echen a esta mujer de aquí. ¡No la aguanto!
FAUSTI: ¡Grosera!
CLOTI: ¡Eso! Y de paso que me contraten a mi de cocinera.
GABULA: ¡Ezo eh lo que tu quisiera! ¡Ni harta vino te dejaré a ti entrá en mi cocina! ¡Zorrón!
Fausti estaba asomada a la ventana mirando el patio.
SOLEDAD: Madre mía... la que se está montando. Y eso que es solo una niña.
FAUSTI: Ojalá fuera solo una.
CLOTI: ¿Qué?
FAUSTI: ¡Mirad esto! ¡Oigan!
Las hermanas se acercaron hasta la zona de la ventana.
SOLEDAD: ¿Qué ocurre, Faustina?
FAUSTI: ¡Hay decenas... cientos de niños!
CLOTI: ¡Oh!
En efecto. Desde el fondo del patio, se veían avanzar muchísimos niños de entre unos seis y once años. No más. Todos tenían la boca llena de sangre y portaban unas antorchas.
MONJA: ¡Madre de Dios! ¡Y vienen todos hacia aquí!
MONJA 2: ¡Que el Señor nos guarde en su seno!
Todas se santiguaron.
SOLEDAD: ¡A nadie le va a pasar nada!
FAUSTI: (Entra en cólera) ¡¿Cómo que no!? ¡Son los hijos de Satanás! Bien lo decía en la Biblia.
CLOTI: ¿La Biblia? ¿Y eso que es?
GABULA: Poh una receta, ¿no?
CLOTI: No sé...
SOLEDAD: Vamos. ¡Escucharme! Coger las tabletas de los estantes. Vamos a tapiar las ventanas. Y hagamos armas de cuerpo con ellas. Por si entran aquí, tenemos que defendernos con algo.
Fausti, a la que le corrían las lágrimas por la cara miró con angustia a Soledad.
FAUSTI: ¿Tú te oyes lo que estás diciendo?
SOLEDAD: Sí, claro que me oigo. ¿Pero tú estas viendo lo que hay ahí afuera?
FAUSTI: ¡Pero...!
No hubo más tiempo para rechistar, pues un niño dio un gran salto desde afuera y se empotró contra uno de los ventanales de la biblioteca dando un gran susto a todas las hermanas. El cristal se comenzó a rajar. Los otros niños conforme iban llegando comenzaban a golpear las ventanas con sus palos de antorchas.
SOLEDAD: Ese cristal no va a aguantar eternamente...
CLOTI: Tienes razón.
SOLEDAD: ¿Estáis conmigo o no?
FAUSTI: Está bien. Vamos a por ellos. Todo sea por el Señor.
SOLEDAD: ¡Vamos, rápido!
Con una gran rapidez, las hermanas comenzaron a construir con las tablas de los estantes perfectas armas de golpeo contra los Hijos de Satanás que se disponían a atacarlas. La guerra estaba a punto de comenzar.

Dorada llegó a la cocina. Allí buscó las pinzas. Las encontró fácilmente en uno de los cajones.
DORADA: Aquí están.
Cuando dio media vuelta para salir se encontró con que uno de los niños ya había entrado en convento por una ventana rota que estaba a la izquierda del corredor que daba a la cocina. Tenía una cara a lo “zombie”. A la hermana le produjo una sensación de asco.
DORADA: ¡Maldito bastardo, arde en el infierno!
El niño gritó y salió a correr hasta la cocina. Dorada, en un movimiento rápido cerró la puerta de ésta para ganar tiempo. El niño golpeó la puerta al llegar a ella. Cada vez lo hacía más fuerte, y las bisagras se comenzaban a resentir. Esa puerta no iba a aguantar eternamente. Dorada necesitaba buscar otro lugar para salir de aquella cocina.
DORADA: ¡Dios mío! ¡Que nervios! Vamos a ver.
La mujer entró en la despensa y allí encontró la puerta al sótano del San Felipe.
Sin pensárselo dos veces, bajó por la trampilla. A la vez que bajaba, la puerta de la cocina estallaba y el hijo de Satanás entraba furioso en la cocina. La mujer cerró a tiempo la trampilla para que el niño no viera nada.
Macu corría por los pasillos del San Felipe en busca de su hermana.
MACU: ¡Dorada!¡¿Dónde estás?!
La monja llegó hasta la habitación donde debía estar Dorada. No estaba allí.
MACU: ¡Joder! ¿Dónde coño se habrá metido?
Cuando Macu iba a salir de la habitación, oyó paso de unos niños que habían asaltado otro de los ventanales del pasillo que iban caminando por allí. Instantáneamente cerró la puerta y se apoyó contra ella. Por suerte, los niños no la oyeron entrar allí.
MACU: Ufff...
Pero cuando Macu pensó que se había librado por los pelos, un papel comenzó a entrar en el cuarto por debajo de la puerta. Tenía algo escrito en el con sangre.
MACU: (Leyendo) ¿Te atreves a mirar en el armario?
Macu miró al armario. Estaba frente a ella. Entonces desde dentro de este, se oyó un movimiento. Macu no estaba sola en aquella habitación.
Dorada había atravesado el sótano y había salido por la otra puerta de este. Había aparecido cerca de un corredor que llevaba a la habitación de Sor Pilar. Llegó a ella rápidamente y encontró allí a la madre superiora con Loli.
SOR PILAR: ¡Por fin! Ya pensé que no venías.
DORADA: ¡Casi me matan! Hay un montón como ella... están aquí, dentro del convento.
SOR PILAR: ¿Has cerrado el despacho al entrar?
DORADA: Sí, por supuesto.
SOR PILAR: ¿Ahora que vamos a hacer?
DORADA: Apártate.
Dorada le retiró el camisón a Loli y observó con detenimiento la herida. El cristal del espejo no había penetrado mucho, al parecer.
DORADA: Creo que no le ha ocasionado ningún daño en los órganos. Lo podré extraer fácilmente.
SOR PILAR: Dorada, ¿tú sabes lo que estás haciendo?
DORADA: Pues mira, si te digo la verdad, no. Es mejor que cortemos esto por lo sano. Vamos a llamar a la policía. ¡Que vengan ellos!
SOR PILAR: Parece mentira que no sepas como son las noches de tormenta en el San Felipe.... incomunicados... no hay cobertura siempre que hay tormenta.
DORADA: ¡Estamos apañadas! Dios quiera que no ocurra nada grave.
SOR PILAR: Vamos a salvarle la vida a Loli, y después vamos a ver qué ocurre afuera.
Dorada, con mucha concentración, agarró el trozo de espejo con las pinzas y lo extrajo rápidamente. Un chorro de sangre salió del pecho de Loli. Sor Pilar lo tapó pronto con unas sábanas.
DORADA: ¡Ya está!
SOR PILAR: ¡Pero no despierta...! ¡Está muerta!
DORADA: ¿Cómo? ¡No puede estar muerta!
SOR PILAR: ¡Compruébalo!
Dorada puso su oreja sobre el pecho de la mujer. Su corazón latía. Y sus pulmones se movían.
DORADA: Está viva, pero inconsciente.
SOR PILAR: ¡Uff! Menos mal.
DORADA: Lo hemos conseguido, le hemos salvado la vida.
SOR PILAR: Sí. Ahora solo queda saber qué ha pasado fuera.
DORADA: No podemos salir de aquí... ya no.
Dorada se fijó en las cadenas que había junto a Loli.
DORADA: ¿Qué son estas cadenas?
SOR PILAR: Nada que te importe a ti.
FLASHBACK
Al final, llegaron al lugar a dónde iban. El despacho de Sor Pilar, la madre superiora del convento San Felipe. Sobre la puerta de su despacho, había una enorme escultura en la pared de un dragón. Las fauces de este estaban por encima de la puerta.
LOLI: Ah, por eso no os preocupéis. Ninguna de las hermanas que estamos aquí, salvo yo, que soy la mano derecha de Sor Pilar, ha visto alguna vez el despacho. Así que no tendréis que entrar.
LOLI: Ah, por eso no os preocupéis. Ninguna de las hermanas que estamos aquí, salvo yo, que soy la mano derecha de Sor Pilar, ha visto alguna vez el despacho. Así que no tendréis que entrar.
DORADA: Pilar, ¿qué ocultabas aquí?
Sor Pilar no contestó.
DORADA: Pilar, por favor, ¡di la verdad! ¡Alma de Dios! Está el convento entero en guerra con estos niños y yo creo que tú sabes qué ha pasado.
SOR PILAR: ¡INTENTÉ HACER ALGO!

Sor Pilar gritó a la vez que le saltaban lágrimas de los ojos.
SOR PILAR: ¡Intenté pararlo! Pero fue muy tarde...

DORADA: ¿Intentaste parar el qué?

SOR PILAR: Hace meses me encontré a Alexandra en la calle, moribunda. La había abandonado su familia. Yo desconocía el motivo de su abandono, hasta que un día me di cuenta. Hasta entonces, tuve a la niña oculta en mi torreón. Descubrí que esta niña estaba poseída.
DORADA: Pero...

SOR PILAR: Entonces la até aquí, por si pasaba algo...

DORADA: ¡Entonces cómo explicas que nos la encontráramos en mitad de la carretera!
SOR PILAR: ¡Se escapó! Alexandra se escapó la otra noche... rompió las cadenas y salió afuera. Cuando me fui a dar cuenta, ya era tarde...

FLASHBACK: LA NOCHE ANTERIOR
Sor Pilar entró en la habitación de Alexandra para comprobar que todo fuera bien. Pero allí no estaba. En su lugar, las cadenas estaban sueltas en el suelo.
SOR PILAR: ¡¡¡Alexandraaaa!!!
La madre superiora salió por la puerta del torreón al exterior, entonces lo oyó. Oyó un golpe. Era el atropello a Alexandra. Intentó salir corriendo hacia fuera, pero entonces, vio como Dorada, Soledad y Cloti habían salido a socorrerla.
SOR PILAR: ¡Santo cielo!
Entonces empezó a oír golpes en su puerta. Macu y Fausti habían llegado hasta la puerta de la habitación de Sor Pilar. Estuvieron llamando sin piedad a la puerta a golpes. Sor Pilar no quiso contestar..
MACU: ¿Esta mujer es tonta o sorda?
FAUSTI: ¡Ay, calla! ¡Sor Pilar! ¡Abra por favor! ¡Es una urgencia!
MACU: Nada... ¡que no contesta!
FAUSTI: A saber qué estará haciendo...
MACU: Cómo mínimo, en el tercer sueño. O algo peor.
FAUSTI: ¿El qué?
MACU: Pues no lo sé. Igual se está tocando o algo...
SOR PILAR: ¡¡¡Alexandraaaa!!!
La madre superiora salió por la puerta del torreón al exterior, entonces lo oyó. Oyó un golpe. Era el atropello a Alexandra. Intentó salir corriendo hacia fuera, pero entonces, vio como Dorada, Soledad y Cloti habían salido a socorrerla.
SOR PILAR: ¡Santo cielo!
Entonces empezó a oír golpes en su puerta. Macu y Fausti habían llegado hasta la puerta de la habitación de Sor Pilar. Estuvieron llamando sin piedad a la puerta a golpes. Sor Pilar no quiso contestar..
MACU: ¿Esta mujer es tonta o sorda?
FAUSTI: ¡Ay, calla! ¡Sor Pilar! ¡Abra por favor! ¡Es una urgencia!
MACU: Nada... ¡que no contesta!
FAUSTI: A saber qué estará haciendo...
MACU: Cómo mínimo, en el tercer sueño. O algo peor.
FAUSTI: ¿El qué?
MACU: Pues no lo sé. Igual se está tocando o algo...
DORADA: ¿Cómo pudo contraer la enfermedad?
SOR PILAR: No es una enfermedad. Es Lucifer quién está en ella.
DORADA: ¿Y de donde han salido los otros niños que nos atacan? ¿De la nada?
SOR PILAR: ¡No lo sé! ¡Lo juro!


Macu continuaba aprisonada en la habitación. Estaba a punto de abrir el armario.
MACU: ¡Dorada! ¡Si esto es una broma no tiene ni puñetera gracia!
Nadie contestaba. La mujera avanzaba cada vez más hasta el armario. Hasta que puso la mano en el pomo, y lo abrió de golpe. Un niño que estaba allí dentro le saltó encima y la tiró de espaldas contra la cama.
NIÑO: ¡Eres míaaaaaaa! ¡OVCNPOZCJIOAUHVADISFHLKZJÑLFKZLZHFDSA!
MACU: ¡¡¡Ahhhhhhhhhhh!!!
Macu intentó zafarse del niño, pero era imposible. Estaba comenzando a arañarle la cara y a golpearla fuertemente hasta que la puso en una postura que la inmovilizó por completo.
NIÑO: Abre...tu...boca...
MACU: ¡No!
NIÑO: Abre...la...boca...
MACU: ¡He dicho que no!
Entonces, una fuerza hizo que la boca de Macu se abriera de golpe. El niño puso su cabeza frente encima de la de Macu y también abrió su boca. Algo comenzó a salir desde la garganta del niño. La monja era consciente de lo que estaba pasando. El diablo quería entrar en su cuerpo.
MACU: ¡Jamás!
Macu, en un acto de valentía levantó las piernas y tiró contra la pared al niño. Este se golpeó la cabeza y cayó en seco al suelo. Parecía muerto.
MACU: ¡Que te jodan!

La hermana aprovechó la ocasión para salir corriendo de allí y esquivado ser vista por varios niños, consiguió llegar de nuevo a la biblioteca.
MACU: ¡Abrir! ¡Vamos soy yo!
Desde dentro abrieron y la dejaron entrar. Fausti corrió a los brazos de Macu.
FAUSTI: ¡No vuelvas a hacer esto! No sabes el susto que me has dado...
MACU: Me lo imagino...
SOLEDAD: ¡No lo hagas más!
MACU: Dorada no estaba en la habitación. Creo que está muerta.
FAUSTI: No creo. Tú hermana es un hueso duro de roer. Seguro que se habrá sabido defender bien.
MACU: Dios... eso espero.
Cloti corrió hasta el grupito de las hermanas y gritó algo.
CLOTI: ¡Ya no están en el patio golpeando la ventana!
MACU: ¡Claro que no, cacho tonta! Están dentro del convento.
FAUSTI: ¡Virgen Santísima! ¿Por dónde han entrado?
MACU: Han roto otros cristales.
FAUSTI: ¿Qué vamos a hacer?
MONJA: La noche es la parte preferida del día del diablo. Cuando salga el Sol, estos hijos de Lucifer se marcharán de aquí para dormir, y si vuelven, volverán a la siguiente noche. Está claro que por el día duermen.
Fausti recordó la tarde anterior, que la niña de la carretera estuvo dormida todo el rato en la habitación que le había preparado Sor Pilar.
FAUSTI: ¡Es cierto! Por el día duermen.
MACU: Entonces... ¿Solo hay que esperar a que amanezca?
SOLEDAD: Sí.
FAUSTI: Así se hará.

3 HORAS DESPUÉS...
Ya era de día. No se oían ruidos en el exterior del San Felipe. ¿Se habrían marchado ya los Hijos de Satanás? En la biblioteca, las hermanas más atrevidas se aventuraron a abrir la puerta y salir afuera. Había numerosos destrozos por todo el convento.
MACU: ¿Están?
MONJA: ¡Parece que no!
Fausti saltó a los brazos de Soledad de la alegría.
SOLEDAD: ¡Ohhhhhhh! ¡Bien!
FAUSTI: ¡Les hemos vencido!
MACU: Eh...bueno, vencido, si vencer es quedarse en un sitio encerradas como ratas...

SOLEDAD: ¡No estropees la emoción del momento!
También se pudo notar la emoción en Gabula, que cogió a Cloti y le dio un enorme abrazo, después de haberla tratado mal los días anteriores.
CLOTI: Pero... Gabula... ¿no decías que yo no te caía mal...?
GABULA: ¡Qué tontería dize tú!
La cocinera le plantó un beso en los morros a la otra cocinera, allí, ante todas.
Fausti se tapó los ojos.
FAUSTI: ¡Dios mío! ¡Qué hacéis!
GABULA: ¿Qué paza? Nozotrah no zomo ni monja ni ná. Podemoh comernoh el chichi aquí zi queremoh.
MACU: ¡¡¡Ohhhhhh!!!
SOLEDAD: ¡Qué escándalos!
CLOTI: A ver... que yo... yo... ¡bah!
Cloti dejó de hablar y le plantó otro beso en los morros a Gabula.
GABULA: ¡Viva el amoooooor!2
MACU: ¡Que vivaaaaaa!
FAUSTI: ¡Macu!
MACU: ¿Qué?
FAUSTI: ¡Que son unas pecadoras!
MACU: ¡Anda ya! Con lo bonito que es esto.
Fausti miró con desprecio a las dos cocineras y les dediicó unas palabras.
FAUSTI: Ojalá el Señor tenga piedad con vosotras el día de vuestro juicio final (se santigua)
Tras esto, la hermana se marchó a la iglesia.
MACU: ¿Cómo podemos estar tan seguros de que no van a volver?
SOLEDAD: Pues la verdad es que no hay nada seguro. Pueden volver en cualquier momento, eso sí, siempre y cuando sea de noche.
Dorada y Sor Pilar estaban en la enfermería con Loli, que ya estaba recuperándose.
LOLI: Gracias por salvarme la vida.
DORADA: Tampoco es para tanto... lo que hemos hecho por ti lo hubiera hecho cualquiera.
LOLI: No, cualquiera no. Usted me chantajeó.
DORADA:
SOR PILAR: Ya se lo he contado todo a Dorada.
DORADA: Lo que me sigue sin cuadrar es de dónde han salido los demás niños.
LOLI: No creo que lo sepamos jamás.
SOR PILAR: Yo solo espero que no vuelvan. Y Alexandra tampoco.
DORADA: Recemos para que sea así...
SOR PILAR: ¡Bueno! Yo me tengo que ir a mi habitación a ordenar las cosas, y creo que usted, Dorada debe ir a la iglesia. Olvidemos esto.
DORADA: Así es. Con Dios.
SOR PILAR: Con Dios.

Soledad salió afuera del San Felipe, iba a ver si ya había recibido una correspondencia que tanto hallaba tener. Llegó al buzón de correos y allí, efectivamente, encontró una carta para ella. Justo cuando estaba a punto de abrirla, dos de los niños diabólicos se abalanzaron sobre ella. La mujer cayó en seco al suelo.
SOLEDAD: ¡No por favor! ¡Dejarme! ¡Ayudaaaaaa! ¡NOOO!
Mientras gritaba, los niños la cogieron por los pies y la fueron arrastrando hasta la espesura del bosque de detrás del San Felipe. Una de las limpiadoras del convento salió con una bolsa de basura y se encontró en el suelo la carta a Soledad. Estaba medio abierta. La cogió y la sacó.
LIMPIADORA: (Leyendo) Estimada Soledad, nos complace en comunicarle que ha sido aceptada su solicitud de entrar a quirófano a llevar a cabo su operación del cáncer de fémur. Le comunicamos que el día de dicha operación es este mismo jueves...

Fausti se tapó los ojos.
FAUSTI: ¡Dios mío! ¡Qué hacéis!
GABULA: ¿Qué paza? Nozotrah no zomo ni monja ni ná. Podemoh comernoh el chichi aquí zi queremoh.
MACU: ¡¡¡Ohhhhhh!!!
SOLEDAD: ¡Qué escándalos!
CLOTI: A ver... que yo... yo... ¡bah!
Cloti dejó de hablar y le plantó otro beso en los morros a Gabula.
GABULA: ¡Viva el amoooooor!2
MACU: ¡Que vivaaaaaa!
FAUSTI: ¡Macu!
MACU: ¿Qué?
FAUSTI: ¡Que son unas pecadoras!
MACU: ¡Anda ya! Con lo bonito que es esto.
Fausti miró con desprecio a las dos cocineras y les dediicó unas palabras.
FAUSTI: Ojalá el Señor tenga piedad con vosotras el día de vuestro juicio final (se santigua)
Tras esto, la hermana se marchó a la iglesia.
MACU: ¿Cómo podemos estar tan seguros de que no van a volver?
SOLEDAD: Pues la verdad es que no hay nada seguro. Pueden volver en cualquier momento, eso sí, siempre y cuando sea de noche.
Dorada y Sor Pilar estaban en la enfermería con Loli, que ya estaba recuperándose.
LOLI: Gracias por salvarme la vida.
DORADA: Tampoco es para tanto... lo que hemos hecho por ti lo hubiera hecho cualquiera.
LOLI: No, cualquiera no. Usted me chantajeó.
DORADA:

SOR PILAR: Ya se lo he contado todo a Dorada.
DORADA: Lo que me sigue sin cuadrar es de dónde han salido los demás niños.
LOLI: No creo que lo sepamos jamás.
SOR PILAR: Yo solo espero que no vuelvan. Y Alexandra tampoco.
DORADA: Recemos para que sea así...
SOR PILAR: ¡Bueno! Yo me tengo que ir a mi habitación a ordenar las cosas, y creo que usted, Dorada debe ir a la iglesia. Olvidemos esto.
DORADA: Así es. Con Dios.
SOR PILAR: Con Dios.

Soledad salió afuera del San Felipe, iba a ver si ya había recibido una correspondencia que tanto hallaba tener. Llegó al buzón de correos y allí, efectivamente, encontró una carta para ella. Justo cuando estaba a punto de abrirla, dos de los niños diabólicos se abalanzaron sobre ella. La mujer cayó en seco al suelo.
SOLEDAD: ¡No por favor! ¡Dejarme! ¡Ayudaaaaaa! ¡NOOO!
Mientras gritaba, los niños la cogieron por los pies y la fueron arrastrando hasta la espesura del bosque de detrás del San Felipe. Una de las limpiadoras del convento salió con una bolsa de basura y se encontró en el suelo la carta a Soledad. Estaba medio abierta. La cogió y la sacó.
LIMPIADORA: (Leyendo) Estimada Soledad, nos complace en comunicarle que ha sido aceptada su solicitud de entrar a quirófano a llevar a cabo su operación del cáncer de fémur. Le comunicamos que el día de dicha operación es este mismo jueves...

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario