Parca Producciones 2012. Con la tecnología de Blogger.
martes, 28 de junio de 2011
Hijas del señor cap. 14
13:24 |
Editar entrada
28 de junio de 2012.
Ya hace unos cuantos meses desde que llegué al Santa Teresita. Este lugar está patas arriba. Te puedes encontrar a cualquier tipo de persona... como en el mundo. Está Dorada, la mandamás aquí, ella es la madre superiora del convento, es bastante estricta y seria... yo creo que oculta algo. Luego está Inmaculada, su hermana, esta es todo lo contrario a la madre superiora, es muy divertida, chistosa... incluso a veces ya hasta se pasa. También está Petra, es una mujer muy mayor y al parecer muy lista, he tenido poco contacto con ella, pero el poco que he tenido ha sido normalito... Rebe es la más joven del convento, quizás la más de mi edad, que pena que tenga el voto de castidad, sino... jajaja... también es bastante guapa y lista. No me presta mucha atención porque ahora está muy liada, ya que va y viene todos los días de su "Bar Cristiano"... ella no lo dice, pero por la cara que trae cada vez que vuelve, sé que el negocio no le va precisamente bien. Fausti es todo un caso, es la persona más extrovertida que conozco, aunque le gusta mucho llamar la atención, diría yo... Casi tres meses y estoy como en casa, y para colmo, este lugar es precioso.
Mateo.
Mateo cerró su diario y lo guardo en el cajón superior de la mesilla. Saltó de la cama y se dispuso a vestirse, poco después salió por la puerta y se chocó de cara, literalmente con Dorada.
Dorada: Vaya... buenos días.
Mateo: Buenos días Dorada.
Dorada: ¿A dónde ibas con tanta prisa? Te levantas más pronto que las gallinas ja ja.
Mateo: Iba a desayunar y después tenía previsto hacer una revisión médica.
Dorada: Ah... pues hazla hombre, hazla.
Cada uno continuó por su camino. En el patio del convento, Petra estaba agachada junto al lago, con una caña de pescar. Fausti llegó corriendo.
Fausti: ¡Pero qué haces! Mira como te estás poniendo de agua...
Petra: Fausti, por favor, ahora estoy ocupada.
Fausti: Vamos a ver, si me cuentas qué es lo que buscas aquí te podría ayudar.
Petra se puso en pie y se sacudió las manos.
Petra: ¿Qué busco? Busco unos huesos. Unos huesos que ha tirado Dorada a este lago... sospecho que son huesos humanos... de lo que te conté.
Fausti: Petra, querida... ¿todavía sigues con esas paranoias tuyas sobre la madre Dorada?
Petra: No son paranoias, es cierto, coño. Mientras yo siga en este convento, voy a hacer todo lo posible por destapar la verdad sobre esa mujer hasta que la echen de aquí.
Fausti: ¿Y quién la iba a echar?... Si este convento es suyo...
Petra le habló sinceramente.
Petra: Mira, tu ve a lo tuyo, que yo voy a lo mío. No tengo ningún motivo por el cual levantar estas calumnias a Dorada, pero si tú piensas así, entonces quizás ya no debas seguir siendo mi amiga.
La mujer tiró la caña al suelo y se alejó del lago, muy ofendida.
Mateo estaba pasando revisión a todas las hermanas del Santa Teresita. Estas estaban haciendo cola junto a su consulta en el pasillo, junto a la escalera.
Macu: Y entonces fue cuando la clienta se levantó y dijo: ¿¡Pero qué coño pasa aquí!?
Fausti: Jajajajajajaja... que mala eres Macu.
Rebe: Pues sí, por su culpa he perdido mucha clientela ya.
Mateo: Inmaculada, por favor, tú primero.
Macu: ¡¡¡Rezad por mí!!!
Fausti: ¡Bah! Exagerada...
Macu se sentó en la camilla y observaba de mientras como Mateo cogía una aguja.
Macu: ¡Uy! ¿Por dónde me vas a meter eso?...
Mateo: Pon el culo en pompa.
Macu: ¡¿Qué?! ¡Y un cojón de pato!
La hermana le propinó un tortazo a Mateo.
Mateo: Ejem... Hermana Inmaculada, si no colabora tendré que pasarle la factura a Dorada y que ella le lea la cartilla ¿estamos?
Macu: Jo... pero ¿por qué me quieres pinchar?
Mateo: Mira, Hermana, no voy a mentir. He observado que últimamente hay mucha monja mala por aquí, y en cama.
Macu: ¿Y qué? Estamos en una mala época. Es por culpa del mes.
Mateo: ¿Junio? ¡Pero si es un mes precioso!
Macu: Uy si... precioso como un oso jajaja
Fausti: Que chistosa eres, Macu ja ja.
Mateo: ¡Pero bueno! ¿Y tú cuando has entrado?
Fausti: Cuando te dejaste la puerta abierta.
Mateo: ¿Y por qué entraste?
Fausti: Porque me dio la gana.
Mateo: Así no vamos a llegar a ninguna parte.
Macu: Bueno... entonces yo me voy yendo.
Mateo: ¡De aquí no se va nadie hasta que te pinche en el culo! ¡Coño!
Fausti salió corriendo, escandalizada y asustada.
Fausti: ¡Chicaaaaas! Que nos quiere pinchar en el trasero.
Petra: ¡Rayos y centellas!
Rebe: ¿Cómo? ¡A mí no por favor! Uy... además, mira, son las 12 hora de abrir el Bar. ¡Chao!
Rebe se marchó.
Fausti: Mira como se escaquea la bicha...
Petra: Sí ja ja.
Macu salió de la consulta, muy dolida.
Macu: Me ha dolido mogollón.
Petra: Pues te chinchas.
Macu: ¡A que te te doy un garrotazo!
Macu cogió el garrote de Petra y insinuó pegarle, pero Mateo las interrumpió.
Mateo: Señoras, por favor, acompáñenme hasta el despacho de Dorada.
Petra: ¿Por qué? ¿Ha pasado algo?
Mateo: Por favor, es urgente.
Dorada estaba tan tranquila en su habitación, hablando por teléfono.
Dorada: Entonces esta noche... sí, a las 12... de acuerdo. La trampa ya ha comenzado. Además, yo estoy a puntito de montar el orfanato... No, que va, es una estupenda idea... así podremos hablar tranquilos. (suena la puerta)... bueno te tengo que dejar, adiós. Adelante, pasar.
Mateo entró en el despacho con Macu, Fausti y Petra.
Macu: ¡Y una mierdaaaa!
Fausti: Cállateeeeeeeeeeeeeeeeee.
Macu: ¡Oooooooooooooooooh!
Dorada se levantó furiosa.
Dorada: ¡Pero bueno! ¿Qué es esta escandalera?
Mateo: ¡Cállense! A ver, Sor Dorada, he sospechado una cosa.
Dorada: Tú dirás.
Mateo: He estado muy atento a como han ido evolucionando las hermanas enfermas que tenemos en nuestro convento, y tras varios análisis a estas señoras, me he dado cuenta de que...
Macu: ¡Oh! Nos llama señoras... ¿tan mayores nos ves?
Fausti: ¡Esto es una falta de respeto! ¡Un gran escándalo!
Macu: ¡Eso! Vendamos a Telecinco la exclusiva.
Fausti: Si hombre, para que se la quede el Jorge Javier ese, no te jode.
Dorada: Oye, ¿se van a callar ya o me voy a tener que poner seria?
Fausti: Vale, vale, ya nos callamos...
Dorada: Prosiga, Mateo...
Mateo: Lo que decía, que me he dado cuenta de que todas tienen los mismos efectos. Es como una especie de epidemia o infección o algo... que hace dificultar las vías respiratorias, y bueno eso a la larga... podría... podría llegar a provocar la muerte.
De golpe, el padre Santiago irrumpió en la habitación.
Santiago: ¡¡¡Dorada!!! Ha muerto... la hermana Jéssica ha muerto.
Dorada: ¿Qué? ¡No puede ser!
Mateo: Espera un momento... ¿La hermana Jéssica es una de las que estaba en cama verdad?
Santiago: Sí, ¿por?
Mateo: ¡Dorada! Es lo que decía, hay una epidemia mortal en el convento.
Fausti saltó de la silla y salió de la habitación. Se puso a gritar por todo el convento.
Fausti: ¡Salvarooooooooooooooos! ¡Vamos a morir todoooooooooooooooooos! ¡Esto es una epidemia mortaaaaaaaaal! ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
Dorada: Bueno... iba a decir que no se desatara el pánico, pero ya veo que no lo he dicho a tiempo.
Mateo: A la vista está que no.
Dorada: Bueno... ¿Y hay algún remedio para esta enfermedad?
Santiago: ¡¡¿Pero no me estáis escuchando?!! ¡Que ha muerto la hermana...!
Dorada: Que sí, pesado, que la metas en un cajillo y la entierres. El muerto al hoyo y el vivo al bollo.
Santiago: Que repelente eres, hija...
El padre se fue a enterrar a la hermana Jéssica.
Mateo: Es que no sé en concreto que enfermedad es, solo sé sus efectos, Dorada... no podría decirte con exactitud una cura, porque no la sé.
Dorada: ¿Y cómo ha llegado esa enfermedad aquí?
Mateo: Eso es lo más extraño... pero me he documentado. Es un veneno. También tengo un culpable. Verás, he llegado a la conclusión de qué ni tú ni yo tenemos la epidemia esa pero todas las monjas y monjes sí, algunos lo han desarrollado más y otros menos... pero todos la tienen menos nosotros. Entonces he intentado buscar algo que tú y yo tengamos en común y los demás no.
Dorada: No te sigo...
Mateo: Dorada, voy a ser claro. La cocinera, la hermana Romilda ha echado el veneno en la comida. Ya que todas las monjas y monjes se comen esa comida, menos nosotros dos, que ambos nos la preparamos independientemente cada uno.
Dorada: ¿Por qué iba a querer la hermana Romilda hacer esto?
Mateo: Eso preguntémoselo a ella... ¿no?
Dorada: Vamos.
Dorada y Mateo fueron corriendo hasta la cocina a buscar a la hermana Romilda.
Dorada: ¿Romilda? ¿Estás ahí?
Mateo: Sí, la despensa tiene luz, estará ahí.
Mateo abrió la puerta de la despensa y la sorpresa fue grande, pues la hermana estaba colgada del techo, muerta.
Dorada: ¡Noooooooooooooooo! ¡Por Dios! ¡Qué espanto! (se santigua)
Mateo: ¿Pero... por qué?
Dorada: Hay que deshacerse del cuerpo. Las hermanas no se deben enterar que se ha suicidado.
Mateo: ¿Y cuando pregunten por ella qué?
Dorada: ¡Les decimos que se ha marchado! Pero esto no lo deben saber.
Mateo: Es un poco raro que después de envenenar a todo el mundo se cuelgue... que extraño.
Dorada: ¡Mira! Una nota.
Mateo: ¡Oh! Clásico de suicidios...
Nota
Si estáis leyendo esto, es porque entonces lo he hecho... me he colgado. No me echéis de menos, ya que he sido una niña muuuuuy mala. Me he tomado la libertad de envenenar la comida a todas las monjitas y así, ya que me voy a morir yo que se mueran ellas también. Dos besitos,
Romilda.
PD: Sí que hay cura. Y Dorada sabe cuál es.
Romilda.
PD: Sí que hay cura. Y Dorada sabe cuál es.
Dorada: Te juro que no sé nada de esto...
Mateo: Ahora sí, se puede desatar el pánico.
Dorada: ¿Llamamos a un hospital y a ver si ellos tienen la cura?
Mateo: Dorada, piensa... ¿por qué iba a querer esta mujer dejarte este muerto a tí? ¡Tú debes de conocer la cura!
Dorada: Mmmm... ¡Oh! Ya sé. Creo que ya se por qué lo dice. Mi madre murió de una enfermedad en los pulmones... tomaba una medicación... no sé ¿podría tener algo que ver?
Mateo: Podría... pero ¿Cuál medicación es?
Dorada: (mira por la despensa) ¡Esta! ¡ESTA!
Mateo: Está medicación es de un solo uso. Es decir que con una dosis es suficiente para curar.
Dorada: Sí.
Tras deshacerse del cadáver, Mateo y Dorada echaron las pastillas en todos los platos de comida. Ellos mismos la hicieron esa noche y la repartieron por todo el convento.
Mateo: En lo que habéis comido esta noche, está vuestra cura. Podéis estar tranquilas, hermanas... ya pasó todo.
Macu: ¡Bien!
El médico salió del comedor y se reunió de nuevo con la madre superiora.
Mateo: No lo sé, pero todo esto es muy extraño... ¿por qué ha hecho esto antes de suicidarse la hermana Romilda?
Dorada: Ni idea... a mí siempre me pareció una loca, la verdad. Bueno me tengo que ir, que he quedado.
Sor Dorada salió por la puerta. Fue, sin que nadie la viera a la iglesia del convento. Ese lugar era el punto de encuentro entre ella y su conocido.
Dorada: Ya está todo listo. Todo pasó. Jajaja
Hombre: Jajajaja.
Flashback
Hombre: ¿Cuándo quedamos para comentar qué tal ha salido todo?
Dorada: Entonces esta noche...
Hombre: ¿A las 12?
Dorada: Sí, a las 12.
Hombre: ¿Escribiste la nota y todo? ¿Has colocado las pastillas a mano? La verdad es que es una idéa original de deshacerse de alguien ja ja ja.
Dorada: Sí. De acuerdo. La trampa ya ha comenzado. Además, yo estoy a puntito de montar el orfanato...
Hombre: Bueno... mientras que nadie te pille, santas pascuas. La idea es buena.
Dorada: No, que va, es una estupenda idea...
Hombre: Vale, te veo luego.
Dorada: Así podremos hablar tranquilos (suena la puerta) Bueno te tengo que dejar, adiós.
Hombre: ¡Adiós!
Dorada: Entonces esta noche...
Hombre: ¿A las 12?
Dorada: Sí, a las 12.
Hombre: ¿Escribiste la nota y todo? ¿Has colocado las pastillas a mano? La verdad es que es una idéa original de deshacerse de alguien ja ja ja.
Dorada: Sí. De acuerdo. La trampa ya ha comenzado. Además, yo estoy a puntito de montar el orfanato...
Hombre: Bueno... mientras que nadie te pille, santas pascuas. La idea es buena.
Dorada: No, que va, es una estupenda idea...
Hombre: Vale, te veo luego.
Dorada: Así podremos hablar tranquilos (suena la puerta) Bueno te tengo que dejar, adiós.
Hombre: ¡Adiós!
Hombre: Menuda mujer, más le vale no haber metido las narices en todo esto.
Dorada: Pues hay otra persona que las está metiendo...
Hombre: ¿Quién?
Dorada: Petra. Una monja.
Hombre: Si te viene la ocasión cárgatela.
> Con la aparición de Iñaki Font como Mateo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario