viernes, 24 de junio de 2011

postheadericon El zoo cap. 22







Nacho corría por la carretera hasta el zoo. Tenía el libro negro bajo el brazo, el libro que contenía todos los secretos del Proyecto Maponto. Fabio le estaba persiguiendo.

Fabio: ¡No te vas a escapar!
Nacho: ¡Ya lo creo que sí! ¡Ahhh!
Fabio: ¡Vuelve aquí!

Nacho cogió carrerilla y saltó hacia el campo y se oculto detrás de unos árboles.

Fabio: ¿Eooo? ¿Dónde te has escondido? ¡No podrás estar escondido eternamente! Ya lo creo que no ja ja ja.

Fabio sacó su móvil y llamó a Rodrigo.

Fabio: Rodrigo, estoy a punto de coger al chico que huye con el libro.
Rodrigo: Pues atrápalo ya. No tengo todo el día. Si la gente descubre cuales son nuestros planes, si alguien leyera "la fase 3" del Proyecto Maponto, estaríamos perdidos.
Fabio: No te preocupes, yo me encargo de que este chico no salga con el libro a ningún lado.

Nacho, que seguía escondido detrás del árbol, abrió el libro. Pasó las páginas rápidamente, hasta que llegó a la sección de "La fase 3" del Proyecto Maponto. 

NachoEsta fase, la más duradera de las tres (leía del libro) consiste en hacer llevar todas y cada una de las diferentes especies y o mutaciones a un lugar externo a la atmósfera terrestre. Es decir, a algún otro satélite o planeta y probar su supervivencia allí. (continuaba leyendo) Por ejemplo, el lugar más cercano al que podríamos llevar a las mutaciones, sería la Luna. Antes de llevar a las mutaciones a la Luna, se debería de organizar un equipo de avanzadilla que fuera hasta allí en nave espacial.

Fabio: ¿Dónde te escondes?

Nacho miró más abajo de la página donde estaba leyendo, había una nota a mano.

Nacho: (leyendo) Nota: 13 de enero de 2012, hemos procedido a hacer el viaje de prueba a la Luna, ha sido un fracaso, hemos tenido la mala fortuna de que el equipo que viajaba ha impactado contra un asteroide de dimensiones desconocidas. Hay que volver a empezar de 0. Firmado: Rosa Domínguez, una de las descubridoras del Proyecto Maponto.

Nacho estaba realmente impresionado. Sin más tapujos, salió de su escondite.

Nacho: Lo sé todo.
Fabio: ¿Ah sí?
Nacho: ¿Así que habéis viajado ya a la Luna? ¿Y se os chocó un asteroide? jajaja patético. Realmente patético.
Fabio: Chico, esto es más serio de lo que crees. Dame ese libro y te será perdonada la vida.
Nacho: No.

Fabio sacó su arma.

Fabio: Es tu vida la que está en juego... no la mía.
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Natalia estaba sola en su despacho, llorando. Lola llamó a la puerta.

Lola: ¿Puedo pasar?
Natalia: No. Está cerrada la puerta. ¿No lo ves? ¡No entres!

Lola abrió y entró.

Lola: Natalia... se perfectamente por lo que estás pasando.
Natalia: ¡No es por Paul! Es... otra cosa.
Lola: Ya. La sé. Te ha amenazado Rosa.

Natalia se quedó impresionada. ¿Cómo podía Lola saber eso?

Natalia: ¿Cómo... cómo sabes tú eso?
Lola: Ayer, estaba escondida y lo vi todo. Incluso lo de tu hija.

Natalia se echó aún más a llorar.

Lola: ¿Qué piensas hacer?
Natalia: No lo sé.
Lola: ¿La has readmitido?
Natalia: Sí. Está ahora mismo en la caja...
Lola: Déjamelo a mí, yo hablaré con ella.

Lola fue decidida a hablar con Rosa.

Natalia: ¡¿Pero dónde vas!? ¡NO!

Lola llego junto a la caja.

Lola: ¡Tú!
Rosa: ¿Qué pasa?
Lola: No te hagas la tonta. ¿Dónde tenéis a la niña?
Rosa: ¿Qué niña?

Natalia llegó corriendo.

Natalia: (a Rosa) perdónala... no sabe lo que dice.
Rosa: Natalia, ¿cuál parte de que no le contaras nada a nadie o tu hija moriría no te entra en la cabeza?
Lola: ¡Es verdad! Voy a denunciarte ahora mismo a la policía.
Rosa: No lo vas a hacer.

En ese mismo momento, sonó el teléfono móvil de Natalia.

Natalia: ¿Diga?
Nacho: ¡Natalia! Necesito tu ayuda, vente a la carretera de acceso al zoo. Me tienen rodeado, tengo un libro con toda la información sobre el Proyecto Maponto.
Natalia: ¡NACHO! ¡Nacho! ¿estás vivo? ¿¡Estás bien!?
Nacho: ¡Ayúdame por favor!

El chico colgó el teléfono. Natalia se quedó patidifusa.

Natalia: Me tengo que ir.
Lola: ¡Eh! ¿Qué decías de Nacho?
Natalia: Está vivo. Y estos hijos de puta lo van a matar (mira a Rosa). Voy a su ayuda.

La mujer salió corriendo.

Lola: ¡Ten cuidado con tú bebé!

Natalia salió corriendo del zoo y se montó en el coche, iba a socorrer a Nacho.

Rodrigo estaba en el orfanato, estaba sentado en una mesa.

Mujer: ¿Cómo se llama la niña?
Rodrigo: Ángela. Es una niña preciosa, es por ahora, de las mejores que tenemos en este orfanato. La podrían adoptar y llevársela hoy mismo si lo precisan.
Mujer: ¡Cariño! ¿Lo has oído?
Hombre: Sí, bueno... pues si ustedes no tienen ninguna pega.
Rodrigo: Ninguna. Os la traigo ahora mismo a la niña.

Rodrigo se levantó y fue a la habitación de Ángela. La niña estaba tumbada en la cama.

Rodrigo: Ahora, te vas a ir con una familia.
Ángela: ¿Qué familia? ¿Qué dices?
Rodrigo: En pie.
Ángela: ¡No!

Rodrigo le dio un bofetón a la chica.

Rodrigo: ¡Desfilando!

Rodrigo y Ángela llegaron a la sala donde estaban esperando la pareja que iba a adpotar a la niña.

Mujer: ¡Que niña más guapa!
Hombre: Hola bonita.
Ángela: Hola.
Mujer: Vamos a ser tus nuevos papás. Yo seré tu nueva mamá y el tu nuevo papá.
Ángela: Yo ya tengo una mamá y es más guapa que tú.
Rodrigo: Bueno... pueden irse con ella.

El matrimonio cogió a la niña de la mano y se la llevó del orfanato. Por fin, habían conseguido los del Proyecto Maponto deshacerse de Ángela.



Llegó la hora de cerrar el zoo. Este día había venido muy poca gente. Paul iba saliendo del lugar y se encontró con Rosa. 

Paul: ¡Rosa! ¿Qué tal?
Rosa: Pues aquí ando... como puedo.
Paul: ¿Has cenado ya?
Rosa: No. A eso iba ahora. Mi hija Irene me esta esperando en casa.

Justo cuando Rosa se iba, Paul se fijó en una pulsera que tenía Rosa. Le era familiar.

Paul: ¡Ey!
Rosa: ¿Si?
Paul: ¿Esa pulsera...?
Rosa: ¿Qué?
Paul: Esa pulsera ¿de dónde la has sacado?
Rosa: Emmm... me la regaló mi hija Irene.

Paul lo sabía. Esa mujer estaba mintiendo como una bellaca. Esa era la pulsera que llevaba Natalia el primer día que llegó a Barcelona. El día en que la conoció y Celia la contrató como cajera.

Hace 11 meses...
Natalia: Me llamo Natalia... la cajera.
Paul: Jajajajaja. Yo soy Paul, me encargo de la alimentación de todos y cada uno de los animales de este zoo.
Natalia: ¡Joder! Jajaja. Esta es mi hija, Ángela.

(...)

Al salir del zoo, Ángela habló con su madre.

Ángela: Mamá, ¿me puedes devolver la pulsera?
Natalia: Sí, ¿por?
Ángela: Es que no me ha gustado mucho como te ha quedado y puedo arreglártela.
Natalia: Toma.

La niña se guardó la pulsera en el bolsillo.

(...)

Celia estaba en su despacho, hablaba con alguien por teléfono.

Celia: Sí vive en la calle León número 7.
Rosa: Bien. Iré allí cuando esté dormida.

(...)

Por la noche, Rosa se coló en la casa de Natalia. Cogió a Ángela. La durmió con cloroformo y la llevó en coche hasta el zoo. Allí, Celia le abrió las puertas y juntas bajaron por la fuente al subterráneo. Llevaron a la niña a uno de los laboratorios y la tumbaron en una camilla.

Dct. Font: Este experimento podría tener secuelas...
Celia: ¿Qué tipo de secuelas?
Dct. Font: Dolor agudo de cabeza, sueños premonitorios, catalepsia...
Rosa: Da igual. Estamos dispuestos. Puedes empezar.

Los doctores desnudaron a Ángela. Al quitarle la ropa, una pulsera cayó al suelo. Rosa la vio y la cogió.

Dct. Font: Vamos a introducir en su cerebro las células caninas. Por favor, las tijeras.
Enfermera: Toma.

(...)

Varios minutos después.

Rosa: No ha funcionado. Sigue siendo humana.
Dct. Font: Quizás haya alguna cosa que debamos perfeccionar. Ahora puede que tenga las secuelas...
Celia: Llévala a casa, antes de que se levante su madre.

Rosa llevó a Ángela (que seguía sedada) a su casa. La tumbó en su cama. Aún no se había despertado Natalia.

(...)

Por la mañana...

Natalia: ¿Qué te pasa?
Ángela: Nada... que me duele la cabeza...
Natalia: Vamos, come.
Ángela: Mama, a mi no me gusta.
Natalia: ¿Eh? ¿Qué es lo que no te gusta cariño? ¿La comida?
Ángela: No... tu novio nuevo. El del zoo. ¡Yo ya tengo mi padre!
Natalia: Cariño, no es mi novio y tu no tienes padre.

Cuando Rosa se marchó, a Paul no le quedaba ya ninguna duda de que esa mujer ocultaba algo.

Mientras tanto, en el cruce de campo del zoo, Fabio seguía apuntando a Nacho con el arma.

Fabio: No te lo voy a repetir más...
Nacho: ¿Tan importante es para vosotros lo que hay en este libro?
Fabio: Dáme el libro.
Nacho: ¡NO!

Fabio disparó el arma. El disparo impactó en el brazo de Nacho, justo en el que sujetaba el libro. El libro negro cayó al suelo. Fabio se acercó a coger el libro del suelo y Nacho aprovechó y le dio una patada al hombre en la cara.

Fabio: ¡Oh! ¡Hijo de puta!

Nacho salió a correr, miraba para atrás, Fabio le perseguía. Sin darse cuenta de que frente suya había un pozo en el suelo, Nacho seguía corriendo... hasta que cayó por el agujero.

Fabio: ¡Já!

Para asegurarse, Fabio disparó hacia adentro del agujero. Si Nacho no había muerto de la caída, ya habría muerto de los disparos. Natalia llegaba en ese momento al cruce. Vio a Fabio con el arma, y bajó corriendo y fue hasta allí.

Natalia: ¿Fabio? ¡Fabio por favor! 
Fabio: ¿Tú también quieres acabar como el?
Natalia: ¿Dónde está el libro?
Fabio: ¿Qué libro? ¿Cómo sabes tú que estaba aquí?
Natalia: Nacho me lo dijo.

Natalia vio el libro en el suelo.

Natalia: Déjame verlo.
Fabio: Por encima de mi cadáver.

Fabio cogió rápidamente el libro del suelo y salió a correr a campo abierto. Natalia intentó perseguirle, pero era imposible. 

Él matrimonio que adoptó a Ángela y ella llegaron a la casa de estos. 

Mujer: Bienvenida, cariño.
Hombre: Aquella es tu habitación.

El hombre señaló a la puerta del sótano.

Ángela: No pienso dormir ahí. Eso está muy oscuro.
Hombre: ¡Vas a dormir donde yo te diga!

El hombre empujó a la niña y la hizo entrar en el sótano. Esta bajó las escaleras y se encontró con que el sótano, había una cama, un lavadero, una mesilla y una televisión. 

Ángela: ¡No!

La niña se tumbó en la cama y se dejó dormir... lo que no sabía era que iba a tener uno de sus sueños premonitorios. 
Sueño de Ángela
El matrimonio que la había adoptado estaban en la cocina. Estaban conversando.

Mujer: Creo que ha llegado la hora.
Hombre: ¡Toby! Bonito.

El hombre se acercó a unas enormes jaulas que tenían. Dentro estaban unos perros ladrando muy enfadados y agresivos. Parecía que no comían desde hace tiempo. El hombre abrió la puerta de la jaula de manera que los perros salieran directamente al patio.

Mujer: ¡Cariño! Ten cuidado que te muerden.
Hombre: Ya lo sé. Perritos míos, no os preocupéis, ya tengo vuestra comida lista. Anastasia, tráe a la niña.
Mujer: Voy.

La mujer bajó al sótano y cogió a Ángela por los pelos.

Mujer: Tranquila bonita... ha llegado la hora de la comida.
Ángela: ¿Qué hay de comer?
Mujer: No lo entiendes, querida, la comida... eres tú.

La mujer arrojó a Ángela hacia el patio donde estaban los perros agresivos, dispuestos a comerse a la niña.

Ángela se despertó bruscamente de su pesadilla.



Natalia: Ayer... ví como Fabio mató a Nacho. Hay un libro... en el que está todo sobre el Proyecto Maponto. Nacho intentaba traérnoslo para que lo viéramos.
Lola: ¿Pero cómo consiguió sobrevivir? ¿Y salir de la isla?
Natalia: Lola, no lo sé. Lo único que sé es que Nacho cayó por una zanja en el suelo... como una especie de pozo y que luego, Fabio disparó hacia el pozo para asegurarse de que estuviera bien muerto.
Lola: Hay que encontrar ese libro. Con ese libro podremos destapar a Rosa.

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