jueves, 2 de junio de 2011

postheadericon El zoo cap. 19







En la Isla Luna, estaban eligiendo a la persona que no se iba a salvar su vida.

Nacho: Se acabó, nunca nos vamos a poner de acuerdo, así que ir vosotros. Yo me quedo.
Lola: ¡No digas tonterías!
Paul: Que no Nacho, que NO.
Nacho: No, vosotros tenéis a alguien más allá de esta isla. Tú, Lola tienes a tu hija Marta. Y Paul y Natalia se van a casar y tienen a Ángela. Pero yo no, yo estoy solo. Y si alguien merece salvarse la vida, sois vosotros.

Tom se estaba enfandando.

Tom: ¡Se acabó el esperar! Vosotros tres, montaros en la moto.

Sin dejar de mirar a Nacho, los tres se montaron en la moto. Tom se montó en ella y la arrancó. Fue alejándose de la costa. Entonces Nacho gritó:

Nacho: ¡Hasta siempre!

Justo cuando ya se habían alejado lo sufiente de la playa, una gran ola de unos treinta metros se acercó a la playa y la arrasó.

Paul: Dios mío...
Natalia: ¡Nachoooooo! ¡Nooooo!
Lola: No puede ser verdad...

Los tres echaron a llorar. Tom sonrió.

Tom: Habéis echo lo correcto. Venga volvamos al zoo, ahora es que acaba de empezar el juego.



Rosa estaba a punto de entrar al Zoo Safari. Iba con su hija Irene. Ambas eran rubias, de cabello ondulado. La niña, de quince años iba a acompañar a su madre, para ver si la cogían en su nuevo puesto de trabajo. Rosa entró en el despacho, de la directora del zoológico. Irene tuvo que esperar afuera.

Natalia: Toma asiento.

Rosa se sienta.

Natalia: ¿Y bien?
Rosa: Verás, mi nombre es Rosa. 
Natalia: ¿Vienes por la oferta de empleo?
Rosa: Sí, vengo por la oferta de cajera.
Natalia: Verás, el trabajo que quieres realizar no lo puede hacer cualquiera, porque en el, vas a manejar el dinero del zoo... y claro, eso no está en manos de cualquier persona ¿Me entiendes? Yo misma, era la anterior cajera.
Rosa: Sí, y no te preocupes, lo haré lo mejor posible. Además, necesito mucho el dinero para mantener a mi hija.

Natalia se sorprendió. La situación en la que estaba ahora mismo Rosa era idéntica a la suya un año atrás.

Natalia: Vaya... curioso, realmente curioso.
Rosa: ¿Por qué lo dices?
Natalia: Yo llegué a este zoo en la misma situación que tú. Con mi hija y para colmo al puesto de cajera ja ja ¡ya es casualidad!
Rosa: Pues sí...

Natalia se levantó y tendió la mano a la nueva cajera.

Natalia: Felicidades, estás contratada.

La cajera abandonó el despacho. Natalia se giró y echó a llorar. Recordaba felizmente como había conseguido pasar de ser la cajera a la directora del Zoo Safari. Después, se le vinieron a la cabeza imágenes del día en el que Tom les trajo a todos de vuelta al zoo…
Flashback hace 7 meses
Tom, les llevó hasta el zoo. Pero había un gran revuelo. Estaba lleno de gente y también estaba la policía. Natalia, Paul y Lola estaban tristes, pues acababan de perder a Nacho en la isla Luna.

Paul: ¿Qué pasa aquí?

Entraron corriendo y vieron como la policía estaba deteniendo a Rodrigo.

Rodrigo: ¡El! ¡El también está metido en el ajo! -dijo señalando a Tom.

Tom intentó salir a correr, pero Paul le detuvo. El policía cogió a Tom.

Natalia: ¿Qué ha pasado aquí?
Policía: Hemos recibido el aviso de unas personas. Nos llamaron por el móvil a comisaria. Les habían encerrado en las cuevas subterráneas del zoo. Afortunadamente, nadie ha muerto. Hemos llegado a tiempo.
Natalia: ¿¡Y mi hija!?
Lola: ¿Dónde está su hija? Una niña, de ocho años, bajita, morena, con trenzas ¿la han visto?
Policía: Me temo que no...

A la vez que esto pasaba, Ángela estaba aporreando la puerta de la habitación que le habían asignado en el orfanato donde la habían metido a traición los miembros del Proyecto Maponto.

Ángela: ¡Dejadme salir de aquí!

En el restaurante, Lola estaba limpiando la encimera, cuando entró Natalia.

Lola: ¡Ey!
Natalia: Lo siento, no estoy para tonterías...

La mujer volvió a echar a llorar.

Lola: ¡Pero bueno! ¿Qué te pasa?
Natalia: Hoy hace siete meses que no se nada de Ángela. ¿Qué harían esos cabrones con ella?
Lola: Vete tu a saber... ya vistes lo que hicieron con Marta... mi niña... le pegaron un tiro en la cabeza, menos mal que esos bondadosos marineros encontraron el cadáver flotando en el mar y gracias a la suerte la pudieron identificar.
Natalia: Pero tu al menos ya tienes a tu hija enterrada. Puedes visitarla todos los días, yo ni eso. No se como coño he acabado aquí, de directora.
Lola: Porque quisiste.
Flashback hace 7 meses
Natalia estaba al frente del banquillo del juicio. En ese momento, acababan de terminar de declarar contra los del proyecto.

Juez: Caso cerrado. La dirección del zoo, queda adjudicada, si el quiere, a Paul, aquí presente.

Paul se puso en pie, suspiró y respondió.

Paul: No, lo siento, pero no quiero llevar yo el zoo.
Juez: Entonces, elige tu al nuevo director.
Paul: Natalia. Ella querrá seguro.

Natalia miró sorprendida y se levantó también.

Natalia: Sí, si quiero ser la nueva directora.

Natalia: Pero te juro, que no voy a parar hasta encontrar a mi pequeña.

La mujer salió del bar a la vez que entraba Paul. Paul intentó hablar con Natalia, pero esta le apartó de un empujón. Este la siguió, pues no se daba por vencido.

Paul: Por favor, Natalia. Escúchame por lo menos... por favor.

La mujer se hartó y gritó.

Natalia: ¿Quiéres que te escuche? ¡Pues antes TOMA ESTO!

Natalia le arrojó el anillo de matrimonio.

Natalia: Ya no lo quiero. No pienso perdonarte lo que me hiciste y más en mi situación…

Natalia se tocó el vientre, donde en su interior estaba creándose una nueva persona.
Flasback hace 5 meses
Paul esperaba en el altar a Natalia. Se empezó a oír un murmullo. Y eso solo podía significar una cosa: la novia había entrado en la iglesia. La gente comenzó a aplaudirla y ella llegó al altar.

Paul: Estás preciosa.
Natalia: Te amo.
Paul: Yo a tí más.
Natalia: No, yo más.
Paul: Pensaba que no ibas a venir.
Natalia: ¿Por qué?
Paul: Bueno... a una madre no le apetecería mucho celebrar una boda con su hija desaparecida.

El sacerdote comenzó la ceremonia, y en el momento de contraer matrimonio...

Sacerdote: Natalia, ¿quiéres a Paul en la salud, en la enfermedad, en la vida y en la muerte, hasta que esta os separe?
Natalia: Sí quiero.
Sacerdote: Y ¿tú Paul? ¿Quieres a Natalia?

Paul se lo pensó.

Paul: No quiero. Lo siento... creía que estaba preparado, pero creo que no.
Natalia: ¡Paul! ¡NO! ¡Estoy embarazada!

La gente se quedó boquiabierta.

Paul: Lo siento… no puedo…

Paul abandonó el altar.


Paul se quedó pasmado. No podía reaccionar ante lo que le había dicho Natalia, en el fondo, el sabía que Natalia tenía razón, fue un cobarde en dejarla tirada en el altar.



A muchos kilómetros del zoo, en la isla Luna, todo parecía estar tranquilo. Pero por muy tranquilo que pareciese estar todo, no quitaba que allí habían ocurrido cosas inexplicables en el pasado, cosas que si yo te contara, jamás podrías creer. 

Flashback hace 7 meses
Una gran ola había arrasado la Isla Luna, nada quedaba sobre ella, solo las ruinas del antiguo edificio-sede del proyecto Maponto. Unos helicópteros llegaban hacia la isla. Aterrizaron sobre la arena y de el salieron hombres. Eran policías.

Policía 1: ¡Esto está muerto!
Policía 2: Revisemos el edificio, puede que haya supervivientes.

Los dos policías entraron en el edificio. Como todo estaba muy oscuro, llevaban linterna. Iban pasillo por pasillo, habitación por habitación, puerta por puerta, mirando si había alguien allí.

Policía 2: Pues no, creo que no hay nadie por aquí.
Policía 1: ¡Te lo dije! Vámonos de aquí, que esto me da muy mal rollo.

Pero aunque ellos no lo pudieran ver, si que había alguien. Era Nacho, estaba oculto en las celdas donde había estado encerrado tan solo hace unas horas con Paul, Natalia y Lola por culpa de la traición de Marta.
El helicóptero se marchó, con los policías en el y Nacho salió. La poca ropa que llevaba estaba mojada y parecía destruída.

En ese mismo momento, Nacho estaba comiendo un coco, debajo de una palmera, en la isla. Tenía aspecto de desaliñado, con el pelo largo, barba de meses y vario tiempo sin ducharse. Había tenido la suerte de poder alimentarse de la reserva de comidas que había en los calabozos de la sede del proyecto en la isla. Todo cambió hoy, un ruído sonó.

Nacho: ¿Quién hay ahí?

De entre unos matorrales, una extraña criatura salió. Parecía un mono, o un gorila, o era una especie de mezcla entre ambos. Nacho tenía claro que era eso: uno de los experimentos del proyecto Maponto.

Mono: ¡AJhdhfhahfhafhghhghgfhg!
Nacho: ¡Ahhhhhhhhhh!

Nacho salió a correr, la extraña mutación le perseguía, parecía querer matarle. Nacho entró al edificio y se encerró en una de las salas. Era la sala de las videollamadas. Delante de el, tenía un enorme libro, de título: “Proyecto Maponto”. Cogió el libro. Al lado, una cinta de video en la pantalla, dada al pause. La inició. 
Pantalla
Un grupo de personas estaban en esa misma sala en la que estaba ahora Nacho.

Celia: Bienvenida al Proyecto Maponto, Marta.
Marta: Gracias. Es un placer trabajar con vosotros.
Celia: Irás a trabajar al Safari, el zoo que yo dirijo actualmente. Allí procederemos con las investigaciones en el subterraneo del zoo.
Marta: De acuerdo, tengo muy claro mi objetivo.
Tom: Más vale que lo tengas.
Marta: Sí, lo tengo. Tengo que sacar las pruebas de sangre a los animales y llevarlas al laboratorio al Doctor Font.
Celia: En efecto. Nos serás de gran utilidad. Igual que será de utilidad que nosotros descubramos la cura contra el cáncer.
Marta: ¿Entonces? ¿Por qué pone ahí lo del viaje a la Luna? ¿Qué tiene eso que ver con el cáncer?
Celia: Nada. El Proyecto Maponto abarca más cosas aparte de la cura contra el cáncer. Entre ellas la creación de nuevas especies.
Marta: ¿Para qué?

Todos se quedaron pensativos.

Tom: Para... para cuando llegue el día...
Marta: ¿Qué día?
Celia: Ya te estamos contando demasiado. Tú haz lo que te hemos dicho.


Se hacía de noche, y esta vez no iba a ser como todos los días, al salir del zoo, Natalia no se iba a disponer a iniciar la búsqueda de su hija. Este día le estaba entrando un fuerte dolor de estómago.

Lola: Por favor… Natalia, no sigas, te estas haciendo daño a ti misma ¿no ves que la niña ya no va a aparecer? Yo creo que está muerta.
Natalia: ¡No! Eso jamás.
Lola: Otra cosa, antes sonó el teléfono de tu despacho, y como no estabas lo tuve que coger yo.
Natalia: ¿Quién era?
Lola: Un hombre, decía que si el puesto de vigilante estaba libre. Yo le dije que si, como Nacho está… ya sabes.
Natalia: De acuerdo. Si viene le haré una entrevista de trabajo y ya veremos si le contrato. Ahora me voy a casa (mintió), estoy agotada.

Paul pasó por delante de ellas.

Paul: Hasta mañana.
Lola: ¡Adiós!

Natalia ignoró a Paul completamente. Cerró la verja del zoo y se dispuso a ir al hospital, para pasar revisión de su bebé.
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Un poco lejos de allí, en un orfanato, unos señores se acercaron a la habitación 382. En ella estaba una Ángela mayor, hoy había cumplido 9 años y nadie la había felicitado.

Encargado: Hola Ángela.
Ángela: Dejadme salir de aquí… por favor.
Encargado: Tranquila, ahora mismo no puedes salir de aquí.
Ángela: ¿Y eso por qué?
Encargado: Verás, todo el mundo te está buscando. Tu madre, la policía, la televisión. No podemos arriesgarnos.
Ángela: ¿Qué queréis de mí?
Encargado: No queremos nada en concreto de ti. Solo te tenemos aquí para hacer sufrir a tu madre. 

El encargado dejó la bandeja de comida en la habitación y salió agitando la mano hacia Ángela, en forma de despedida.

Natalia fue en su coche al hospital. Hoy tenía cita con el médico, el motivo de dicha cita era simple, la ecografía de los 7 meses de embarazo. Ella estaba embarazada de Paul La mujer entró en la consulta del médico.

Doctor: Túmbese en la camilla, por favor…
Natalia: De acuerdo.

La mujer se tumbó y se quitó la blusa. El doctor procedió a comenzar la ecografía. Tras estar un rato observando, Natalia se fijó en que se podía distinguir la cara del feto… y justo en el momento en el que el doctor se dio la vuelta, el feto abrió los ojos y soltó una sonrisa malévola. A Natalia le entró un escalofrío por todo el cuerpo.

Natalia: ¡Oiga!

El doctor se giró y vio la imagen. No se lo podía creer. A los pocos segundos, el bebé cerró los ojos y se le dejó de notar la sonrisa.

Doctor: Dios mío…
Natalia: ¿Qué está pasando?
Doctor: ¿Usted también lo ha visto?
Natalia: Sí…
Doctor: Puede que haya sido una ilusión óptica… no le demos importancia…

Lejos de ese hospital, en una cárcel de las afueras de Barcelona, estaban encerrados Tom y Rodrigo. 

Tom: Muy pronto podremos salir...
Rodrigo: ¿Tienes controlado el tiempo?
Tom: Sí. Quedan sobre 120 días.
Rodrigo: ¿Cómo estás tan seguro de que saldremos de aquí?
Tom: Tengo un contacto, en ese zoo. Un topo, alguien que nos ayudará a salir de aquí y esta en ese zoo para acabar con la vida de los demás.
Rodrigo: ¿Quién es?
Tom: Alguien muy especial...

Tom sacó una foto del bolsillo del pantalón. Entonces en ella, se podía ver, claramente la cara de Rosa y su hija Irene. Eran la mujer y la hija de Tom.

1 comentarios:

Becker dijo...

¡Muy buen inicio de temporada! ¡La verdad esque me ha dejado sorprendido el cambio! Los flashback han estado muy bien para recordar todo y así saber que fue de Nacho, que sigue vivo y ahora lo sabe todo. Natalia directora del Zoo... Yo creo que van a acabar con ella. Rosa... hay Rosa... me da mala espina. Voy a ver los próximos capis.