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miércoles, 9 de marzo de 2011
Hijas del señor cap. 10
12:19 |
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Rebeca iba andando por el aeropuérto. Se había sentado a tomar un café en el bar del lugar mientras esperaba a que Petra volviera de "evacuar". Pero esta, no venía.
Rebe: Supongo que ya habrá entrado al avión. Esta mujer... no se puede esperar.
Rebe avanzó hasta la cinta donde tuvo que colocar sus cosas. Una chica de seguridad iba vigilándola mientras pasaba por el detector.
Rebe: ¡Uy! Ha pitado... lo sabía, me ha mirado un tuerto.
Chica: ¿El qué decías?
Rebe: ¡Ah! Nada, que sabía que iba a pitar.
Chica: Póngase con las manos hacia arriba.
A Rebeca le dio un arrebato.
Rebe: ¡Las manos hacia arriba! ¡Esto es un atraco!
La gente de alrededor comenzó a mirarla y señalarla.
Rebe: ¿Me va a cachear?
Chica: Faltaría más...
Rebe: Jo... está bien.
La chica terminó de cachear a Rebe y seguían sin encontrar la cosa que pitaba.
Rebe: ¡Pero bueno! ¡¿Qué será?! ¡Que sale el avión!
Una voz por detrás sonó: Avión con destino a París, de las 8.30 de la tarde, sale en cinco minutos....
Rebe: ¡Por favor! Déjeme pasar.
La chica se lo pensó, miró dos veces a Rebe y la dejó pasar.
Chica: ¡Bah! No tienes cara de mala persona.
Rebe: ¡Miles de millones de gracias!
Rebeca corrió por todo el aeropuerto, dejó la maleta en el montacargas y pasó por el puente hasta entrar en el avión, entonces buscó su asiento y se sentó. Para su asombro, Petra no estaba allí.
Rebe: ¡Dios mío!
Por fin llegaba Petra. Se sentó al lado de Rebe.
Petra: ¡Ja já! No falla ¿eh? En cuanto toca... toca. Ya sabes, una no puede cambiar sus horarios.
Rebe: Ay hija... eres un reloj. Que oportuno.
Petra: Ni que cagar fuera malo...
Rebe: ¡Uy! ¿Y esa grosería? ¿Petra? ¿Estás bien? ¿Desde cuando has hablado tú tan grosera?
Petra: ¿Yo? Pues desde hoy. Ya sabes, vamos a París y allí la podemos liar parda ja ja ja ¡No nos conocen! Además, llevamos el traje de hermanas quitado. Démonos un respiro. ¿Qué te parece?
Rebe: ¿Llevas el marcapasos?
Petra: Que sí... (lo señala) Que no va a pasar ná... pesá.
Rebe: ¡Está bien! Es porque no pase lo de la otra vez...
El avión despegó. Mientras, en el viaje...
Rebe: ¿Seguro que llevas todo no?
Petra: ¡Cansina!
El avión llegó, se bajaron de el y después de coger el equipaje, fueron a buscar un taxi que les llevara al hotel.
Rebe: No mires atrás.
Petra: ¿Por qué?
Rebe: Nos están siguiendo.
Petra: ¡¿Qué?! ¿¡Quién!?
Rebe: No lo sé. Es aquella de atrás, la de la gorra.
Mientras seguían avanzando, la persona de atrás les continuaba siguiendo. Y la persona que les seguía no era otra que Macu...
Macu: ¡Ja já! Hotel Capitol. ¡Cinco estrellas! Allá voy...
Mientras las chicas dejaban el equipaje en su habitación de lujo, Macu había llegado al hall del hotel. Era muy lujoso, con una enorme fuente en el centro y en la derecha, un mostrador de oro, donde estaban los cajeros, atendiendo a los huéspedes del hotel.
Macu: ¡Que bonito todo!
Hombre: Dame, j'étais en avance! Señora, ¡yo estaba delante!
Macu: Y yo bonito, y yo también.
Macu seguía sin moverse de la cola.
Hombre: Retirez le milieu ou je vais appeler la sécurité! ¡Quítese del medio o voy a llamar a seguridad!
Macu: ¿Qué dices? Aim dont parle franchais ¿okey?
Hombre: S'il vous plaît... Je ne vais pas répéter Por favor... no te lo voy a repetir más
Macu: ¡Oh! Amo el francés.
En ese momento, llega la mujer del hombre.
Señora: Miel, quoi de neuf? Cariño... ¿qué pasa?
Hombre: Cette dame, j'ai été jeté, nous supprimerons la chambre est gratuit! Esta señora, que se me ha colado ¡Nos va a quitar la habitación que queda libre!
La mujer se remanga los brazos y pincha con el dedo acusadamente a Macu en el hombro.
Macu: ¡Ay! ¿Qué pasa? ¡Que me haces daño! ¡Melona!
Señora: Rechercher dame, que vous ne sera pas supprimé à partir de là, je vais voir obligés de recourir à la violence Mire señora, como usted no se quite de ahí me voy a ver obligada a recurrir a la violencia...
Macu: ¡Wi wi! ¡Of curs!
La señora estira de los pelos a Macu.
Macu: ¡Ah! ¡Hija de puta!
Macu le devuelve el estirón.
Macu: ¡Ramelosa! ¡Guarrona!
Señora: Bitch! ¡Perra!
La gente se acercó e intentó separarlas. El hombre intentó defender a su esposa, pero Macu cogió una tarta que llevaba en ese mismo momento el cocinero del hotel a una habitación y se la chocó en toda la cara.
Señora: Regardez ce que vous avez fait pour mon mari! ¡Mira lo que le has hecho a mi marido!
Macu: ¡Putóóóóóóóóóóóóóóóóóóóóóón! (estirar de los pelos)
Señora: Ahhhhhhhhhhhhhhh! ¡madame! ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhh! ¡Señora!
En las escaleras del hotel, Petra y Rebe iban bajando tranquilamente.
Rebe: Todo perfecto ¡es que me ha encantado!
Petra: Sííííí
Rebe: Hija... ¿por qué lloras?
Petra: Es que me he emocionado... nunca había visto un lugar tan lujoso y tan bonito.
Rebe: ¡Puag!
Petra: ¿Qué?
Rebe: ¿Eso que llevas en la cabeza es un escupitajo?
Petra: ¡Oh!
Petra se tocó la cabeza y vio que si que era. En el momento que bajaron la escalera, se encontraron con todo el revuelo que había provocado Macu. Petra, a la que le daba mucho asco que la hubieran escupido encima, se puso a vomitar por el recibidor a la gente.
Rebe: ¡Petra por Dios!
Macu: ¡Guaaaaaaaaaaaaaarrraaaa! ¡Ah sueltame! ¡El moño no! ¡El moño noooooooooo! Ahhh
Señora: Pour vous aider à apprendre! ¡Para que aprendas!
Rebeca vio a Macu liandola en el hotel y miró a Petra vomitando a la gente, volvió a mirar a Macu y otra vez a Petra y así unas cuantas veces, no se podía creer lo que estaba viendo.
Rebe: I'm flyping.
Rebeca se desmayó.
Macu: ¡Rebe! ¡Rebe! ¡Rebeca! ¡Rebeca por Dios despierta!
Rebeca abrió los ojos timidamente. Se incorporó.
Rebe: ¿Dónde estamos?
Macu: En París, en la calle.
Rebe: ¿Y qué hacemos aquí?
Macu: Que nos han echado a las tres del hotel.
Rebe: ¡¿Qué?!
Macu: Sí si si si...
Rebe: ¿Dónde está Petra?
Macu: Ha ido a un restaurante de estos franceses. Está reservando mesa.
Rebe: ¿Y con qué dinero piensas pagarlo?
Macu: ¡ja já! Con el que robé a mi hermana. He venido preparada.
Ambas iban caminado.
Rebe: Macu... ¿cómo has llegado hasta aquí?
Macu: Me colé en la parte de los equipajes del avión.
Rebe: ¿Qué? ¿¡Tú estás loca!?
Macu: Emm... sí. ¡Anda! Ahí viene Petra.
Petra: Ya he encontrado mesa. Me ha costado mucho... por el tema de la comunicación y tal... ya sabéis que yo de francés 0.
Rebe: Bueno... ya que estamos, pues vamos a probar la comida.
Mientras iban de camino al restaurante, se fijaron en la Torre Eiffel.
Macu: ¡Es preciosa! ¡Después del restaurante vamos allí!
Rebe: Bueno... eso ya lo decideremos ¿ok?
Macu: No, ok no. Somos mayoría, y vamos ¿verdad Petra?
Petra: Verdad.
Las chicas entran en el restaurante. Se sientan en la mesa reservada y esperan. De repente, llega el camarero.
Macu: Hola.
Camarero: Hola.
Macu: Ooooooohohhhhhhhh! ¡Alguien español!
Camarero: No. No ser españole, pero estudiar muutu bien el idioma.
Rebe: Sí sí... ya se ve.
Camarero: Que les querer poner yo.
Macu: Me pones a mil (se mete el dedo índice en la boca)
Petra le da un manotazo a Macu.
Petra: ¡Por Dios! Si el te viera...
Macu: Ay...
Rebe: En fin. Bueno, queremos tres tortillas francesas.
Macu: Pues que sean dos, porque yo la quiero española.
Camarero: Yo no no comprenderme.
Macu: ¡Oh! ¿Tú no te comprendes a tí mismo?
Petra: Parece ser que no, mira que cara de estreñido se le ve...
Macu: Que vida más triste...
Petra: Sí...
Rebe: ¡¡¡A callar!!! Bueno, a ver, te explico: Queremos dos tortillas francesas para mi amiga y para mí y para Inmaculada una tortilla española.
Camarero: ¡Ahhhhhhh! Haberlo decirme antes. Bien. Dos tortitas francesas y una española ¡chao!
El camarero se va.
Petra: ¡Oye! ¡Que creo que no se ha terminado de enterar!
Macu: Déjalo, el pobre tiene la inteligencia de un besugo... qué se le va hacer.
Petra: Dios no se esmeró mucho el día de su nacimiento...
Rebe: ¡Oh! ¿Qué es eso? ¡Es una adivina!
Macu: ¡Vamos a ver!
Macu y Rebe se levantaron de la mesa y fueron a una mesa donde había una mujer. Se sentaron con ella.
Macu: Hola ¿qué eres?
Adivina: Yo lo soy el todo... y a la vez no soy nada. Hoy puedo ser tu día y mañana seré tu noche... Mi nombre es Davinia. Soy la adivina Davinia. Un placer.
Rebe: El placer es mío.
Macu: Sí, ya era hora de que viéramos a alguien que hable castellano... y en condiciones, claro.
Adivina: Dime qué queréis.
Macu: ¡Quiero saber cuándo voy a morir!
Rebe: ¡¡¡Macu por Dios!!!
Adivina: Señorita, con esto no se juega... es muy sírio...
Macu: Si... ya... muy sÍrio ¿no?
Rebe: Demúestralo.
La adivina se puso seria.
Adivina: Está bien. ¿Veis a ese anciano de allí?
Macu: ¿Cuál? ¿El de la mesa aquella? ¿El que tiene la barba larga?
Adivina: Sí. El pobre no sabe que unos instantes su vida se va a acabar para siempre, cuando por error, se trague ese trozo de pescado con una enorme espina.
Rebe: ¿Es broma no?
Adivina: Mirad.
El hombre se estaba empezando a atragantar. La camarera pidió una ambulancia, en francés. La gente se había empezado a escandalizar.
Camarera: Nous ne pouvons rien faire ... Je crois qu'il est mort. Ya no podemos hacer nada por el... creo que está muerto.
Macu y Rebe volvieron la cara, con miedo a la adivina. Macu tragó saliva.
Adivina: ¿Qué? ¿Todavía sigues pensando en que te diga cómo vas a morir?
Macu: Sí.
Rebe: No, no quiere (agarra a Macu del brazo y se levantan) Nosotras ya nos íbamos. Gracias por sus servicios.
Adivina: ¡No tan rápido! Cuatrocientocincuenta euros.
Rebe: ¡¿QUÉ?!
Macu: ¡¿EING?!
Rebe: ¡Eso es una barbaridad! ¡Encima no nos has dado nada!
Macu: ¡Vámonos de aquí! ¡No te pienso pagar!
En ese momento, los enfermeros entraban a recoger al anciano muerto...
Macu: ¡Petra vámonos de aquí!
Petra se acerca.
Petra: ¿Por qué? ¿Qué pasó?
Macu: Esta señora ¡es una ladrona!
Adivina: ¡No tan rápido! ¡Nadie se cachondea de la adivina Divina! ¡Que la desgracia caiga sobre tí! Morirás angustiosa y dolorosamente en una larga caída. ¡Te lo juro por snoopy!
Rebe: Vámonos, lo que faltaba por oír.
El camarero que las atendió vino corriendo.
Camarero: ¿No van a querer la mía tortita?
Petra: Ay guapo... no... gracias.
Las tres salieron del restaurante.
Macu: ¡Vaya una payasa la adivina!
Rebe: Macu, la próxima vez ten cuidado con lo que dices, por Dios. Casi me da un infarto cuando vi al viejo ese atragantarse con la espina.
Petra: ¿Y ahora a dónde vamos? ¡Está anocheciendo! Y tenemos un día más en París antes de que salga el vuelo ¡y no tenemos donde caérnos muertas!
Rebe: ¡Todo por culpa de Macu!
Macu: Bueno... para matar el tiempo ¿por qué no subimos a la Torre Eiffel?
Las otras dos se lo pensaron.
Petra: Bueno, está bien ¡vamos allá!
En el bar de Rebeca... que estaba en obras...
Santiago: ¡Estoy muy loco!
Obrero: ¿Pero dónde vas con ese cuchillo? ¡Flipado! Anda, que te vas a hacer daño.
Santiago: ¡Que no!
Santiago lanzó el cuchillo hacia uno de los obreros, y se le clavó en la pierna.
Obrero: Madre del amor hermoso, estás como una chota hijo mío.
El otro obrero salió corriendo...
Santiago: ¡Jajajajajaja!
Santiago pegó un cartel en el escaparate. "Se vende"
Santiago: A ver quién se ríe ahora. Os vais a quedar sin local, como yo me quedé sin abuela ¡jajajaja!
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