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viernes, 4 de febrero de 2011
Hijas del señor cap. 5
4:30 |
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Fausti y Rebe estaban pidiendo explicaciones a Macu.
MACU: ¡Qué no tengo nada que decir leches!
FAUSTI: Macu, te estás engañando a ti misma, tenemos la foto que acredita lo que decimos.
MACU: Yo no tengo familia...
REBE: Pues claro que la tienes. Hermana, anda dinos si Dorada te es algo a tí. ¿Una prima? ¿Madre? ¿Tía? ¿Hermana? ¿Prima lejana?....
MACU: No me es nada.
Tuvieron tan mala suerte de toparse con Dorada por el pasillo, esta había oído todo.
DORADA: A ver esa foto... (la coje)
MACU: Lo siento... se me debió caer.
REBE: ¿Osea que es verdad? Diooooooooooooooos.
FAUSTI: Lo sabia, ja ja.
DORADA: La hermana Inmaculada y yo éramos hermanas.
FAUSTI: ¿Qué? ¿Erais? ¿Ya no lo sois?
REBE: Pues lo seguís siendo entonces.
DORADA: No, cuando ella entro al Santa Teresita hizo un juramento... juramento que se lo ha pasado por donde yo me sé. Ya hablaremos, Inmaculada.
La monja madre se fue. Chiva iba paseando por el patio con Petra.
CHIVA: Y al final logramos escapar de las garras del mismísimo Satanás...
PETRA: ¡Oh!
CHIVA: Chica, ¿qué te pasa?
PETRA: ¡Oh!
Petra cayó al suelo.
CHIVA: ¡Ayuda!
PETRA: No... yo puedo (se levanta) No ha sido nada.
CHIVA: Hermana Petra ¿está usted bien?
PETRA: Sí, perfectamente. Me voy a ayudar a Romilda a limpiar la cocina.
CHIVA: Pues estás tu como para ayudar, cuando debía de ser a ti a quién ayuden... en fin.
Cuando Petra se marchó, Chiva observo, que había una carta en el suelo. Debió haberse salido del bolsillo de Petra cuando esta cayó al suelo. Chiva la ojeó.
CHIVA: Se informa a la señora Petronila García que la operación para el transplante del corazón está lista, tan solo haría falta abonar una cantidad anticipada de 3.500 € para que se pueda realizar la operación, y a las semanas de que esta sea realizada, se abonarían los 7.300 € restantes. Un saludo cordial, Hospital Perpétuo Martínez.
Chiva se quedó boquiabierta con lo que acababa de leer.
En las escaleras del convento...
MACU: Pues yo me voy a vestir de pilingui.
REBE: ¿Macu? Por favor, un respeto hija...
MACU: ¿Qué pasa? ¿No puedo? ¡Para eso están los caranvales narices!
FAUSTI: Perdón, pero ¿qué es una pilingui?
REBE: Una señorita... una señorita de esas que los hombres compran.
MACU: ¡Una puta!
FAUSTI: ¡Oooooooooooh! Por Dios Macu, ni se te ocurra. ¿Tú estás tonta? ¿Quieres acabar como el padre Santiago?
MACU: Sí, a saber donde está el ahora, viviendo la vida...
En un crucero, en mitad del Atlántico, estaba el padre Santiago, tumbado tomando el sol.
CHICA: Perdone, me han dicho que usted es cura ¿es verdad?
SANTIAGO: Ehh... no. No soy cura.
CHICO: Que pena, es que mi novia y yo teníamos intenciones de casarnos a bordo, y necesitamos un sacerdote que oficie la ceremonia... lo que pagaríamos nosotros por encontrar un cura a bordo.
Cuando la pareja se iba, Santiago se levantó.
SANTIAGO: ¿Cuánto decís que pagáis? Si soy cura.
CHICA: Ahora no me lo creo...
SANTIAGO: ¡Pues mirad! (muestra el alzacuellos) ¡Soy sacerdote!
CHICO: Pues te pagaríamos unos mil euros por oficiar nuestra boda ¿qué te parece?
SANTIAGO: ¡Huy! Me parece muy poco...
CHICA: 2.000 € y no se hable más.
SANTIAGO: ¡2.500 y ni para tí ni para mí!
CHICO: Mira que se las sabe buscar el cura ¿eh? Está bien. Esta tarde nos casamos. Allí, junto a la piscina de abordo. Cuando el sol se vaya a poner.
Chiva entró al despacho de Dorada.
CHIVA: Señora, no la molestaría si lo que voy a decir no fuera importante...
DORADA: Pues habla.
CHIVA: Se trata de la hermana Petra. Mire esto.
Le da la carta. Dorada la lee.
DORADA: Voy a hablar con ella ahora mismo.
Dorada va a buscar a Petra, la encuentra sentada en un banco. Petra estaba llorando.
PETRA: Hoy, tengo miedo, e impotencia, de no volver a sentir esa felicidad que añoro, de no volver a ser yo. Hoy es uno de esos días en los que se necesita el abrazo cálido de alguien que te comprenda. ¿Nunca te ha pasado que en el momento en el que algo necesitas no está ahí? Yo necesito más de diez mil euros para poder seguir en esta vida. Durante toda mi vida, he estado perdiendo el tiempo callada, en voto de silencio, y ahora parece que fue ayer cuando era aquella chica rubia de dieciséis años que tenia toda una vida por delante. Ahora no, ahora tengo casi 80 años y ya me queda poco tiempo en este mundo, y encima me queda aún menos porque no tengo nadie que me quiera y ni un euro.
DORADA: Petra... eso no es así.
PETRA: Dorada...
DORADA: Dime.
PETRA: Me voy a morir.
DORADA: Eso no va a pasar.
Dorada se levantó y fue corriendo a su habitación, cogió su teléfono y llamó a una ambulancia. La ambulancia vino y se llevó a Petra al hospital.
DORADA: No voy a permitir que nadie se muera en mi convento. Le daré todo el dinero que necesito.
Dorada, cogió su caja fuerte, la metió en el bolso y fue con Petra al hospital.
Macu estaba cosiendo su traje para Carnavales.
MACU: ¿Te gusta?
FAUSTI: Ya te he dado mi opinión sobre este tema.
MACU: ¿Qué haces para adelante y para atrás?
FAUSTI: Estoy esperando a que Dorada llame... a ver como escapa la pobre Petra.
MACU: Seguro que no es nada...
FAUSTI: No Macu, no es nada... solo es un trasplante de corazón.
MACU: Ah, pues no lo sabía... (nerviosa) ¡Mira! Me estás poniendo negra. Siéntate ya y deja de andar para un lado y otro que parece que estás más perdida que un hijo de puta el día del padre.
FAUSTI: Ja ja... me encantan tus chistes (sarcástica).
En el hospital, habían metido a Petra en la sala de operaciones.
CIRUJANO: El dinero, antes de empezar con la operación.
DORADA: Espere un momento, lo tengo en la caja fuerte.
CIRUJANO: ¿Tiene una caja fuerte ahí en el bolso?
DORADA: Sí. ¡¿Qué pasa?! La metí antes de venir aquí...
Dorada mira en la caja fuerte y está vacía. En su lugar hay una nota.
Nota
Querida Dorada, ya que me echas del convento, voy a vivir una nueva vida, pero no puedo vivirla sin dinero, así que te cojo todo el dinero de tu caja fuerte, un besito, Santiago.
Todas las esperanzas de salvar a Petra se habían ido al traste y todo por culpa del maldito Santiago, que había robado el dinero para pagarse un crucero de lujo. Dorada estaba muy enfadada. Pero mucho.
DORADA: No tengo el dinero...
El sol estaba bajando. El cielo se había teñido de un color naranja. Santiago estaba subido a una especie de altar, con el novio. La chica llegó.
SANTIAGO: Bueno, ya estamos todos aquí para casar a...
CHICA: Matilde y Pepe.
SANTIAGO: Para unir en santo matrimonio a la bella Matilde y al honesto Pepe.
CHICA: Sí.
SANTIAGO: Pepe, ¿quiéres a Matilde para amarla y respetarla durante toda la vida?
PEPE: Sí.
SANTIAGO: Matilde, ¿quiéres a Pepe para amarlo y respetarlo durante toda la vida?
MATILDE: Sí quiero.
SANTIAGO: Por el poder que me ha sido otorgado, yo os declaro marido y mujer.
El teléfono de Santiago empieza a sonar.
SANTIAGO: ¿Diga?
DORADA: ¡Eres lo peor! ¡LO PEOR! La hermana Petra necesitaba el dinero de esa caja fuerte para una operación, sin ella se va a morir y tu te lo has llevado.
SANTIAGO: Dorada bonita, déjame que te diga algo: JO-DÉ-TE.
Santiago lanzó el móvil a bordo.
En el hospital, le habían dejado una habitación a Petra para morir. Dorada estaba junto a ella en los últimos momentos de su vida.
DORADA: Hermana Petra, tu ausencia marcará un antes y un después en el día a día en el Santa Teresita.
PETRA: El destino manda. Dios ha querido que todo sea así.
DORADA: ¿Petra? ¡¿PETRONILA?!
PETRA: A... adiós.
En ese mismo momento sonó el teléfono de Dorada.
DORADA: ¿Si?
MACU: Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii yeaaaaaaaaaaaaaaah!! nouuuyyyyyyy!guaaaaaaaaaaaaay!!!
DORADA: Inmaculada, ¿qué ocurre?
MACU: ¡Que nos ha tocado la lotería! 3 millones de euros hermanita!
DORADA: ¿Hablas en serio?
MACU: ¡Qué si! Nos acaban de hacer el ingreso en la cuenta del convento. ¡Bien!
Macu colgó de la alegría. Dorada pulsó el marcador de socorro de la habitación del hospital y unos médicos vinieron de inmediato.
DORADA: Esta mujer necesitaba hoy un nuevo corazón y dinero€, pues ya tiene el corazón y los euros así que ¡a operar!
DOCTOR: ¿En serio?
DORADA: Tome, la tarjeta de crédito. Pueden comprobar ustedes mismos que está el dinero.
DOCTOR: ¡Vamos a quirófano!
En el convento estaban comiendo.
ROMILDA: Perdone señor apártese, que tengo que limpiar la mesa.
MACU: ¿Eh? Que soy una tía...
ROMILDA: ¡Ups! Perdón. Me equivoqué, que cabeza la mía.
MACU: ¡Monstruo! Que eres un MONSTRUO.
ROMILDA: Oye pues tu no eres precisamente guapa ¿eh?
MACU: Tú eres más fea que la Duquesa de Alba en el váter ¡jajajajaja!
Rebe interrumpe.
REBE: ¿Qué está pasando?
MACU: Nada, esta pesada que no me deja en paz.
El teléfono del Santa Teresita suena. Chiva va corriendo a cogerlo.
CHIVA: ¿Si?
DORADA: Chiva, la operación ha salido estupéndamente. Podéis estar traquilas.
CHIVA: ¡Bien! Gracias al Señor, hay que creer en los milagros, porque esto ha sido un milagro.
Chiva se puso a darle golpes a la pared. Las demás monjas se escandalizaron y fueron a ver que pasaba.
CHIVA: ¡Han operado a Petra con el dinero de la lotería!
REBE: ¡Síííí! Cuanto me alegro por ella.
En el crucero...
OFICIAL: Capitán, ¿qué es eso?
CAPITÁN: Seguro que no es nada. Vamos a girar 180º mejor, para evitar chocar.
OFICIAL: De acuerdo.
Cuando estaban girando. El barco chocó. Empezaron a sonar las sirenas.
Santiago salió atemorizado de su camarote. Cogió su dinero y fue a montarse en una lancha salvavidas.
CAPITÁN: (por micrófono) Cojan todos una balsa salvavidas. ¡Este barco se va a hundir!
Casi se había montado todo el mundo en las balsas, pero solo quedaba un hueco en una de ellas. Y quedaban tres personas en el buque, Santiago y dos niños. Los niños salieron corriendo a montarse, pero Santiago les empujó contra la piscina y se montó en el lugar.
El crucero se empezó a hundir, con los niños en la piscina. Los padres de los niños, que estaban en la misma balsa que Santiago, cogieron a Santiago y lo tiraron a bordo de la balsa y intentaron salir a rescatar a los niños del buque, pero ya era tarde, los niños estaban boca abajo en la piscina, se habían ahogado.
SANTIAGO: ¡Ayuda! No me dejen aquí.
MADRE: Te lo mereces, ojalá te mueras ahogado... ¡MIS NIÑOS!
PADRE: ¡Voy a por ellos!
Santiago que apenas sabía nadar intentó mantenerse a flote como pudo... mientras el padre de los muchachos saltó de la balsa para ir a salvar a sus hijos.
En el Santa Teresita...
DORADA: Y resulta que Santiago había robado el dinero para que Petra hubiera podido sobreviivr... menos mal que a la hermana Inmaculada le dio por mirar si nos había tocado algo en la primitiva... por ello Petra sigue viva.
MACU: Que cabrón el cura...
DORADA: ¡Eh! Esos tacos...
REBE: ¡Una muy mala persona! Ojalá el barco en el que va se hunda con el a bordo.
MACU: Ojalá hija, ojalá.
DORADA: A pesar de todo el mal que ha hecho, no podemos desearle una desgracia tan grande querida, espero que no se hunda su barco.
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