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lunes, 5 de julio de 2010
Hijas del señor cap. 15
14:25 |
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Era fin de semana. Nuestras chicas habían preparado todo para ir a ver la Iglesia del Santo Sepulcro, del Camino de Santiago. Iban con mucha ilusión. Iban todas las hermanas del convento... menos Dorada y Petra. En la habitación de las monjas...
Fausti: ¿Pero por qué no quieres ir? ¡Aún estás a tiempo! El autobús no viene hasta dentro de una hora.
Petra: Que no, Fausti, que yo para ver una virgen me bajo a la iglesia de aquí.
Macu: Vaga...
Petra: ¡No! No soy vaga... bueno sí, es que...
Fausti: ¡Ni es que ni esca! Vamos a ver, ¿cuántas veces en la vida crees que vas a ver la iglesia del Santo Sepulcro? ¿eh? ¿89? ¿875? ¿1.208? Por favor, Petra, no seas tonta.
Petra: Si digo que no es que no.
Petra se fue dando un portazo, pero volvió a decir una cosa más.
Petra: Que os vaya bien en el viaje.
Rebe: Pues vas a tener muy buena compañía aquí en el convento ja ja.
Fausti: ¿Ah sí? ¿Quién?
Rebe: Dorada, su querida amiga Dorada se queda también.
Macu: Otra aburrida. Siempre lo ha sido...
Fausti: ¡Bueno! Vamos bajando las cosas, el autobús está a llegar. ¡Camino al camino de Santiago! Uy... jajaja
Macu: Que mal ha sonado eso. ¿Irá el padre SANTIAGO al camino de SANTIAGO? Jajajajajaja.
Fausti: Jajajaja ¡a ver chicas un chiste! ¿Qué hace el padre Santiago en el camino de Santiago?
Macu: ¿Recoger setas?
Fausti: ¡NO! Buscarse a sí mismo jajajaja.
Rebeca se molestó.
Rebe: Ese chiste no tiene fuste.
Santiago: En absoluto.
Fausti: ¡Oh! ¿Cuándo has entrado?
Santiago: Ahora mismo, venía a avisaros. El autobús con camino al Camino de Santiago, ha llegado.
Macu: ¡Pues vamos!
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El autobús partió con dirección al camino de Santiago. Por el camino, las chicas iban cantando.
Macu: ¡Un elefante se balanceabaaaa sobre la tela de una araaaaaaaaña! ¡Como veía que no se caía fueeee a llamar a otro elefaaaaante! ¿Me seguís?
Rebe: Me tienes harta ya con la cancioncita de los huevos.
Macu: ¿Ah sí? ¡Pues canta tú una mejor, listilla!
Rebe: Vale está bien. ¡Al cocheriiiiiiiiiiiiiiito lereeee! ¡Me...
Macu: Buuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu. Que choto de canción.
Fausti: Es que no sabéis ni cantar. Os voy a tener que enseñar yo a estas alturas.
Mateo: ¡Callarse! Que aquí hay gente que quiere dormirse.
Macu: ¿Dormirse? ¿En un autobús? ¿Tú que drogas tomas...? es que igual a mí me interesa.
Mateo: No creo que tome más que tú.
Fausti: ZAS, en toda la boca ja ja ja.
Rebe: Ja ja ja.
Todo iba perfectamente, hasta que de repente, un animal se cruzó por delante del autobús y el conductor perdió el control de este. Entonces el autobús calló por un barranco. Las ruedas iban pegadas al suelo mientras bajaban por el barranco.
Mateo: ¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!
Macu: ¡¡¡¡Vamos a morir todos!!! ¡OOOOOOOOOOOOOOH!
Fausti: ¡SOCORROOOOOOOOOOOO!
Rebe: ¿¡MACU!? ¿QUÉ TE PASA?
Fausti: ¡Macu se ha desmayado!
Conductor: ¡Agárrense! Vamos a caeeeeeeerr..
CATAPLUF
El autobús cayó a un río. Ahora la prioridad era salir de el... y rapidito, si no querían ahogarse...
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Mientras tanto, en el convento Santa Teresita, estaban Dorada y Petra, ajenas a todo lo que estaba ocurriendo en el viaje al Camino de Santiago. Sor Dorada iba con un plato de comida caminando por los pasillos, Petra la iba siguiendo.
Petra: A ver donde va esta mujer...
Dorada subió las escaleras y luego subió al desván. Allí habló con alguien. Petra se puso cerca para poder oír bien todo lo que decían.
Dorada: Tomate esto, estarás mejor.
Joaquín: ¿Dónde están mis papás?
Dorada: Tus papas te abandonaron porque no te querían...
Joaquín: ¡Mentira! ¡Quiero ir con mis padres!
Dorada: Cállate la boca ya.
Dorada tiró el plato contra el suelo y bajó por la escalera del desván. Después, cuando la madre superiora se fue, Petra subió al desván. Allí estaba el niño desaparecido, el del periódico. Pero con un aspecto muy desaliñado, y estaba comiendo en ese momento del plato de comida del suelo.
Petra: ¡Oh!
Joaquín: ¿Quién eres?
Petra: Tranquilo... soy la que te va a sacar de aquí y te va a devolver a tus padres.
Joaquín: ¡Bien!
Petra: Vamos, levántate, tenemos que ir con mucho cuidado.
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Todo el mundo estaba luchando por salir por las puertas del autobús antes de que este se hundiera más.
Macu: ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhh!
Rebe: ¡Macu! ¡Dame la mano! No te hundaaaaaaaaaaaaas.
Mateo y unas cuantas monjitas más habían conseguido llegar a la orillla.
Mateo: ¡Vamos! ¡Nadar rápido!
Fausti llegó corriendo junto a Mateo.
Fausti: ¡Mateo! Macu no sabe nadar... ¡Se va a hundir!
Mateo: ¡Oh! Dios mío...
Fausti: Padre nuestro que estas en los cielos...
Rebe se tiró de nuevo al lugar del autobús y cogió a Macu fuerte de la mano y la subio a la superficie. Estaba desmayada, había perdido el conocimiento. Rebeca la llevó hasta la orilla. Allí ya estaba todo el mundo, chorreando de agua. La tumbó junto al suelo.
Mateo: ¡Apartaos! Hay que hacerle el boca boca.
Fausti: Ah no... pues yo ahí no.
Rebe: Uy... ni yo.
Mateo: Lo iba a hacer yo de todas formas.
Mateo empezó a hacerle el boca boca poco a poco, cada vez con más intensidad, hasta que Macu recuperó el conocimiento.
Macu: ¡Ahhhhhhhhhhhh! ¿Qué me ha pasado? ¡¿ESTOY MUERTA?!
Mateo: Tranquila, Inmaculada, estás viva.
Macu: Oh... ¿estoy viva! ¡Bieeeeen!
Santiago estaba muy asustado.
Santiago: ¡¿Falta alguien?! ¿Estáis todos bien?
Mateo: Sí, están todas.
Santiago: Voy a llamar a pedir ayuda… (coge el teléfono) ¡No! ¡Caramba, no hay cobertura!
Macu: ¡Vámonos a buscar algún sitio donde nos puedan ayudar!
Rebe: ¡Pues va a tener que ser a pie!
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Petra y el niño Joaquín fueron hasta el torreón del convento. Allí era el único sitio que tenían para poder salir sin que los vieran. Bajarían por la escalera de caracol.
Petra: Vamos a ir muy despacito. ¿De acuerdo? Sin formar jaleos.
Joaquín: Vale.
Fueron bajando poco a poco, hasta que llegaron abajo del todo. Pero antes de salir por la puerta, se tuvieron que detener, pues oyeron voces afuera.
Dorada: Sí, está arriba. Ahora mismo está esto vacío, podemos subir y cogerlo.
Hombre: Está bien, vamos.
Dorada: Bueno, si quieres, puedes esperarte aquí tú. Yo no tardo nada.
Hombre: Vale... pero date prisa.
Cuando Dorada se marchó de nuevo hacia adentro, Petra cogió una pala enorme y al salir por la puerta amenazó al hombre. Joaquín iba junto a ella.
Petra: ¡¿Quién eres tú?!
Hombre: Por...por favor... no... no me... no me hagas nada.
Petra: ¿Qué le vais a hacer al niño?
Hombre: ¡NADA!
Petra: ¡Dí la verdad o te dejo aquí tieso de un palazo!
Hombre: ¡No pienso hablar!
Petra: ¡Pues toma esta!
ZAS. Petra le dio un palazo en toda la cabeza.
Joaquín: Ualaaa...
Petra: ¡Vamos, corre!
Al final corrieron hasta llegar lo más lejos posible del convento. Entonces Petra sacó su teléfono móvil.
Petra: ¿Te sabes el número de tus padres?
Joaquín: Sí. 638 78 28 98.
Petra: Vale. Llamando...
Madre: ¿Diga?
Petra: Oiga, ¿es usted la madre de Joaquín?
Madre: ¡Oh! ¿Quién sos vos? ¿Dónde esta mi hijo?
Joaquín: Tranquila mami, esta mujer me ha salvado...
Madre: ¡Oooooooooooooooh! ¡Cariño! ¿Dónde te llevaron corazón?
Petra: Escuche. Vaya a la carretera de Segovia. La S-18. Allí, podrá encontrarnos y le daré a su hijo. Por favor, no quiero que haga preguntas, no le pienso decir como he encontrado el niño...
Madre: Esta bien, yo solo quiero estar con mi niñito...
La mujer colgó.
Petra: Ya te vas a reunir con tus padres.
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En ese momento iban todos andando, hacia el primer pueblo que encontrasen, para pedir auxilio y que les llevaran al Santa Teresita de nuevo.
Santiago: ¡Que bodrio de excursión!
Macu: Sí... ¡por culpa del conductor! Deberíamos quemarlo en la hoguera.
Conductor: Si hombre... la culpa es ¡vuestra! Por ir cantando, me desconcentrásteis...
Macu: ¡Y un cojón de pato!
Fausti: ¡Inmaculada! ¡Habla bien!
Macu: ¡NO!
Rebe: Por favor, si discutimos así, jamás vamos a llegar a ningún lado.
Santiago: Claro que no...
Sonó un ruido por detrás de unos arbustos.
Mateo: ¡Chist! Allí ha sonado algo.
Macu: ¡OH! ¿Y sí es un león?
Rebe: Macu, ¿cómo va a haber un león en un campo de pueblo?
Mateo estaba viendo un cartel. En ese momento se santiguó y tragó saliva.
Fausti: ¿Qué ocurre?
Mateo: Lean eso...
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Macu: ¿¡Es... un toro!?
Santiago: ¡O varios!
Por detrás del matorral asomaron los morros. Eran como cuatro o cinco toros. Uno de ellos hizo "muuuu" y vinieron vacas.
Fausti: ¡Por la virgen de los sustos!
Macu: ¡Correr!
Toros: Muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu...
Los animales salieron detrás de las monjitas.
Macu: ¡Ahafkjaldklfasakjjreqqeqpajakñlanfrñlqhjo!
Fausti: ¡OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH!
Mateo: ¡Corred! ¡Corred!
Santiago: Por favor, Señoooooooor ¡SÁCANOS DE ESTAAAAAA!
Rebe se resbaló.
Rebe: ¡Ayuda! ¡Macuuu!
Macu: ¡Ahí te quedas! ¡Que te ayude tu madre, porque a mí no me coje el toro!
Todos siguieron corriendo, sin darse cuenta de que Rebe se había caído y se quedó atrás, eso solo lo sabía Macu. No dijo nada a nadie, sino que siguieron corriendo. Los toros llegaron hasta donde estaba Rebe y se enzarzaron con ella.
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Petra estaba esperando en la carretera indicada junto con Joaquín a la madre del niño. Ella, por fin llegó en coche. Cogió con fuerza a su niño y lo montó en el coche.
Madre: No te vuelvas a acercar a mi hijo...
Petra: ¡Pero si yo le he sal...!
Madre: ¡JAMÁS!
La mujer arrancó el coche y se marchó, dejando a Petra con la palabra en la boca. Esta volvió caminando hasta el convento. Allí, Dorada acababa de encontrarse con el hombre tirado en el suelo por el palazo.
Hombre: Pufffff...
Dorada: ¿Quién te hizo esto?
Hombre: Una señora... una de tus monjitas... si quizás le viera la cara, te diría quien.
Dorada: Tranquilo, que como que me llamo Sor Dorada vamos a pillar a esa monja y se le va a caer el pelo.
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Por fin llegaron al pueblo. Una vez allí, Santiago se dio cuenta de que faltaba alguien...
Santiago: ¡Esperad! ¿Dónde está Rebe?
Fausti: ¡OH! Es verdad... ¿Dónde está?
Macu: Yo... creo que... se quedó atrás.
Todos: ¿¡QUÉ!?
Entonces Rebe, con las ropas rotas y con la cara llena de arañazos apareció.
Rebe: Ja ja ja... que chistosos sois.
Macu: ¡Rebe! ¿Estás bien? ¡Y viva!
Rebe: ¿Acaso lo dudabas? jijijiji...
Macu: ¿Y cómo escapaste?
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Santiago: ¿Escapar? ¿De qué? No os entiendo...
Macu: ja ja ja ja ja...
> Con la aparición de Iñaki Font como Mateo.
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