lunes, 7 de enero de 2013

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Se acercaba el día de Navidad, y como todos los años, en el Convento San Felipe estaban dispuestos a hacer el gran baile de Navidad que solían hacer por costumbre todos los años allí. Sor Pilar reunió a todas las hermanas en el gran comedor del convento. Iba a comunicar una gran noticia.

SOR PILAR: Buenos días a todos.
MACU: Y tan buenos... cada día más temprano.
SOR PILAR: ¿Algo más? ¿Alguien tiene que decir alguna tontería más?
FAUSTI: No, señora.
SOR PILAR: Está bien. Hermanos y hermanas del San Felipe, quería comunicaros que mañana es Navidad, y como ya sabéis, aquí la celebramos, ya por costumbre, porque otra cosa no... en fin, decía que celebramos el Baile de Navidad. Es un baile donde comemos, bailamos y alabamos al señor.
MACU: Perfecto.
SOLEDAD: ¡Inmaculada! Cierra la boca.
MACU: No me ordenes...
SOR PILAR: (Hablando más alto) Y este año, tenemos, como visita especial, al papa Benedicto XVI.
DORADA: ¿¡QUÉ!?
TODOS: ¿¡CÓMO!?

Nadie se esperaba esa noticia.

SOR PILAR: Pues sí, me ha costado mucho, pero por fin lo he conseguido. Y todo gracias a unas amigas que tengo allí en Italia... ¡La Francessca y la Olivinna!
FAUSTI: (A Macu) A saber quienes son...
MACU: Algunas gua...
SOR PILAR: Ejem... bueno, que vayáis sacando vuestros mejores trajes de gala, porque Benedicto viene mañana a primera hora. ¡Ir con Dios!

Sor Pilar se retiró del comedor. Todas desayunaron con agilidad.

SOLEDAD: ¡Madre mía! Qué rápido se come aquí.
FAUSTI: Uy, es verdad. Aquellas de allí casi han acabado.
MACU: Pues a mi esas monjuchas de tres al cuarto no me ganan.

Macu se levantó con su bandeja y la encasquetó en una mesa de al lado.

MACU: Ale, acabé.
DORADA: Anda, Inmaculada... termina de comer y no hagas la tonta.
MACU: ¿La tonta?
FAUSTI: ¡Mira! Ya se van.
DORADA: Es que ya son las menos cinco... en cinco minutos, misa.
MACU: ¡Jooo! Pues yo, o como o voy a misa. Las dos cosas no.
DORADA: No, tú claro que no.
SOLEDAD: Yo me tomo un yogur y voy lista.
MACU: ¿Tiene bifidus?
SOLEDAD: ¿Tanto te importa?
MACU: Es que a mí también me hace mucha falta...

Gabula entró a poner orden en la cocina.

GABULA: ¡Amoh a vé! Las que acabaron que ze vayan de aquí ya.

Unas cuantas hermanas, muy asustadas, se marcharon de allí santiguándose. Y es que Gabula era muy bruta.

GABULA: Cada día que paza ehtoy más cerca de zaber quién me intentó pegá lah manos... ¡Y lo voy a encontrar!
MACU: Jajajaj... que busque, que busque.
SOLEDAD. Por cierto, ¿dónde está Cloti?
FAUSTI: Ni idea, yo no la he visto en toda la mañana.



Cloti estaba en los baños, con dos monjes que estaban limpiando por allí. Se supone que era ella quién debía estar limpiando aquello, pero tras pillar a estos dos hermanos copulando entre sí, les chantajeó para que lo hicieran si no querían que ella se fuera de la lengua.

CLOTI: ¡Vamos! Los he visto más rápidos
MONJE 1: Uy, Enesio... eso va por ti.
MONJE 2: Pepe, te lo he dicho mil veces. Tengo disfunción eréctil.
MONJE 1: ¡Eso no es excusa!
MONJE 2: Claro que sí, no se me levanta cuando quiero.
CLOTI: ¿De qué habláis? Yo me refería a que los he visto más rápidos limpiando... no sé en qué pensaríais vosotros...
MONJE 1: ¿Y usted nos va a dejar de presionar? Que pesadez de mujer... vayase a comer una fruta, anda.
CLOTI: No me gustan. Yo soy más de carne.
MONJE 2: Mmmmm... carne.
MONJE 1: ¡Pues no nos ponga nerviosos!
CLOTI: Bueno, cuando acabéis, me lo decís, que tengo que avisar a Gabula y decirle que ya lo he limpiado todo.

Cloti se marchó. Los otros dos siguieron trabajando.

MONJE 1: Que mujer más pesada.
MONJE 2: No me extraña que no la quieran para cocinera... si seguro que no sabe hacer nada bien.



Todas las hermanas estaban dentro de la iglesia, menos Loli y Sor Pilar que estaban en las puertas haciendo inventario.

SOR PILAR: Y quiero que me tengas la habitación preparada para cuando él llegue...
LOLI: Si.
SOR PILAR: Y los cubiertos. Saca la nueva vajilla.
LOLI: Sí. Ya lo hablaré con Gabula.
SOR PILAR: Bueno sí, pero ten cuidado... esa mujer no me gusta un pelo.
LOLI: Es demasiado brutilla...
SOR PILAR: Y no solo eso...
LOLI: Ya...
SOR PILAR: Ah y otra cosa. Vigila a las nuevas monjas.
LOLI: ¿A las del Santa Teresita?
SOR PILAR: Sí. Las obras ya están paralizadas en su convento.
LOLI: Señora... ¿Cuándo me va a decir por qué quiere que estén las obras paradas en ese convento? Cuanto más tiempo tarden en hacerse las obras, más tiempo estarán esas monjas aquí... y usted decía el otro día que...
SOR PILAR: Yo decía, yo decía... yo digo muchas tonterías. Venga, entra y vigila.



En una sala llena de gente, un hombre más alto, Damián se levantó.

DAMIÁN: Mañana es el día. Mañana, el papa Benedicto XVI irá al Convento San Felipe, para el tradicional baile navideño.
MUJER: Y tendremos que tenerlo todo listo...
DAMIÁN: Y estará listo, de eso no hay duda.
SEÑOR: ¿Pero... cómo es que ni en la prensa ni nada se ha dicho algo? Se supone que el Papa viene a España...
DAMIÁN: Pues no sé... supongo que será para no levantar revuelo y que la gente no vaya allí a tocar las narices.
SEÑOR: ¿Y cómo te has enterado tú?
DAMIÁN: Me lo han dicho unas pobres monjitas que soborné con un pan cuando iban pasando por allí... casualmente yo iba allí a vigilar a las hermanas del Santa Teresita. No soporto que Dorada siga viva después de lo que nos hizo.
SEÑOR: Bueno, por lo menos se quedaron sin convento.
MUJER: ¡Que va! Se lo van a restaurar. Están a punto de comenzar las obras, creo.
DAMIÁN: No nos desviemos del tema.

Las puertas de la sala se abrieron, y por ellas entró el Cardenal Sánchez.

CARDENAL: Vayamos al San Felipe. Mañana va a ser un día muy largo.
SEÑOR: Puede que esté usted a menos de 48 horas de ser el nuevo papa...
CARDENAL: Ojalá Dios te oiga, ojalá...



Las chicas salieron a dar una vuelta por el jardín, y así de paso, ya cotilleaban todo lo que estaban montando para el baile de Navidad. Habían adornado el porche de entrada con unas flores preciosas, y un enorme árbol de Navidad.

También habían puesto altavoces.

FAUSTI: No deja de sorprenderme este convento... cafetería, altavoces...
MACU: Ya pronto montan una discoteca, jaja. Ay, cuánto echo de menos aquellos tiempos.
SOLEDAD: ¿Qué tiempos?
FAUSTI: Nada, nada. Es que Macu no ha sido toda la vida una hija del Señor.
SOLEDAD: Yo no lo sabía...
FAUSTI: De hecho, lleva tan solo poco más de un año ejerciendo.

Las tres cogieron una cestita llena de comida y fueron junto al estanque del fondo. Se sentaron sobre el césped y sacaron el mantel con las cosas.

MACU: ¡Mirad lo que he encontrado! Unas cartas.
FAUSTI: ¡Qué bien!
SOLEDAD: Yo no voy a jugar al Cinquillo.
FAUSTI: Nadie ha dicho que vayamos a jugar a eso. ¿Tan viejas nos ves?
MACU: ¿Pero al Cinquillo se juega con cartas...?
FAUSTI: Claro que sí, ¿no?
SOLEDAD: Pues ahora que lo dices no me acuerdo.
MACU: Da igual. Jugamos al un Bris.
FAUSTI: ¿Y eso qué es...?
MACU: Yo te explico...

Mientras las tres hermanas jugaban pacíficamente a las cartas a la luz de esta buena tarde de invierno, dentro del convento, Sor Pilar acababa de recibir una nefasta noticia.

SOR PILAR: Vale.. de acuerdo.

La mujer colgó el teléfono. Loli se interesó por el asunto.

LOLI: ¿Qué ha pasado?
SOR PILAR: Esto si que no me lo esperaba.
LOLI: ¿¡Pero qué ha pasado...!?
SOR PILAR: Tráeme a un monje, el que tú quieras.

Gabula estaba loca perdida en la cocina. Estaba preparando la cena para esa misma noche (Nochebuena) y la comida de el baile de mañana (Navidad).

GABULA: ¡Venga nenas! ¡Un poquino de azúcar por ahí!
AYUDANTA 1: Esta se cree que somos vacas
AYUDANTA 2: Pues a mi que no me toree, porque la mando a la mierda.
AYUDANTA 1: Esta mujer no tiene que saber mcuho la diferencia entre lo que es la mierda y lo que no lo es...
AYUDANTE 2: Cierto.
GABULA: ¿¡Cómo!? ¿Quién ze va a la mierda?
AYUDANTA 2: Nadie, que digo que por aquí huele a mierda.
GABULA: (Huele) A mi no me huele a nada. ¡Dejarze de tonteríah y a cocinar! 

Macu y Cloti habían planeado robar unas botellas de alcohol para esta noche. No todas las noches eran Nochebuena, y ellas querían celebrarlo a lo grande. La primera, porque le daba igual ser monja o no y la segunda porque no era monja. Así que ambas le importaban bien poco los votos.

MACU: Espérate a que vayan a la despensa...
CLOTI: Shh...

Gabula y sus ayudantas fueron a la despensa a llevar el carrito con el ponche.

MACU: ¡Ahora!

Cloti entró corriendo a la cocina. Fue a la nevera y sacó dos botellas de Ron, una de Vozka, una de Ginebra y unas cervezas. Cuando iba a regresar a donde estaba Macu corriendo, la vio Gabula.

GABULA: ¡Ladronah en mi cocinaaaa!

La mujer corrió escandalizada hacia Cloti.

GABULA: ¡Dame ezo!

Gabula le arrebató la bolsa con las bebidas de las manos.

CLOTI: ¡Eh!
GABULA: ¿¡Eh!? Ni eh ni ah.
CLOTI: ¡Que me dejes en paz!
GABULA: ¡Las monjitah no pueden bebé!
CLOTI: Yo no soy monja, ya te lo dije el otro día... yo era la antigua cocinera del Santa Teresita.
GABULA: ¡Me importan tres lecheh! Eztah botellah zon míah.
CLOTI: ¿Tuyas?
GABULA: Zí.
CLOTI: Tú si que no puedes beber... estás trabajando. Mira, o me dejas llevarme las botellas o le digo a Sor Pilar que las guardabas ahí tú para emborracharte.
GABULA: ¡Ereh una hija de la gran puta!
CLOTI: ¡Como tú! Cacho zorra.

Cloti se estaba empezando a hartar e iba a estallar, cuando entró Macu.

MACU: ¡Cloti! Te llaman por la escalinata.
CLOTI: ¡Voy! (Coge las botellas)

Las dos consiguen salir de la cocina con el objetivo, las botellas de alcohol.



Llegó la Nochebuena. Mientras la mayoría de las hermanas iban al comedor a cenar, Macu y Cloti parecían tener otros planes.

DORADA: ¿No vais a venir?
MACU: No. Nosotras cenamos aquí.
FAUSTI: ¿Cenar, qué?
MACU: ¿A ti que te importa?
FAUSTI: Bueno... hay que ver cómo te pones.
SOLEDAD: Madre mía... mejor que las dejemos, porque nos comen.

Cloti y Macu se quedaron a solas.

CLOTI: ¡Por fin! (saca las botellas de debajo de una cama)
MACU: ¡Ohhhh! ¡Vozka! Bendito Vozka.
CLOTI: Yo en mis tiempos era una crack.
MACU: Jaja, ¿y te crees que yo no? Yo iba de discoteca en discoteca.
CLOTI: ¿Y tus padres no se enfadaban?
MACU: Mis padres... mis padres...

Flashback hace unos años
Macu iba bebida, tenía 18 años. La traían de vuelta unas amigas en coche al Santa Teresita.

DOLORES: ¡Macu, descansa bien!
MACU: (borracha) Que si. Preciosa.

Junto a Macu, en un coche se bajó un chico guapo y fuerte, de unos 19 años.

MACU: Vamos Nacho, que te voy a comer tó el pistacho.

Macu y su ligue entraron por una puerta trasera al convento. Intentaron que ninguna de las monjas las vieran, pues luego se chivaban todas a su padre.

DORADA: ¡Papá! He oído un coche. Creo que Macu ha llegado.
PADRE: Sí, yo también lo he oído. No te muevas de ahí, Dorada.

Macu y su ligue echaron a correr hasta la habitación de ésta primera. Cuando por fin entraron, la chica tiró al hombre contra la cama y empezó a desnudarlo.

En el pasillo...

PADRE: ¡Inmaculada! Sé que has entrado. ¡Cómo estés borracha te vas a enterar!

El padre sacó una navaja del bolsillo.

PADRE: ¡Sé que estás en tu habitación! Voy para allá.

Mientras tanto, en la habitación, Macu ya no podía oír nada. Estaba quitándole los pantalones al chico. Luego los calcetines, los calzoncillos... cuando se disponía a quitarse el sujetador, se sentó sobre el chico, ya totalmente desnudo. Macu se desabrochó todo.

NACHO: Abre bien, que te la voy a meter bien dentro... mmm...

Entonces, el padre irrumpió en la habitación y vio aquella bonita escena.

MACU: ¡Noooo!

El padre tiró a su hija desnuda al suelo y se acercó al chico que estaba tapando con sus manos las partes nobles.

PADRE: ¿Qué decía que le ibas a meter? (Le amenaza con la navaja)
NACHO: Señor, por favor...
PADRE: ¡Te la voy a cortar!
NACHO: ¡Que me deje en paz!

El padre de Inmaculada le dio una bofetada al chico que lo tiró de espaldas. Le agarró por el cuello y justo cuando lo iba a dejar sin respiración, le soltó.

PADRE: Lárgate de aquí. No te quiero ver más, o te juro que te la corto.

El chico muy asustado se fue corriendo y descalzo, sólo con el pantalón puesto. Macu ya se había medio vestido cuando su padre le propició un puñetazo en todo el pómulo.
CLOTI: ¡Ey! Macu.... ¿hola..?
MACU: Eh... Mira, Cloti, que lo he pensado mejor y me voy con las demás a cenar.
CLOTI: ¿Y eso?
MACU: Las bebidas solo traen problemas.
CLOTI: (Sujetándola) Venga tía, no te rajes...
MACU: Ya lo he pasado muy mal...

La monja se fue dejando a Cloti sola.



Era la mañana de Navidad. Un carruaje había llegado al San Felipe. Un señor bien vestido y escoltado fue llevado hasta una habitación de la planta de Sor Pilar. El pasillo se llenó de monjitas ansiosas por ver a Benedicto XVI.

SOR PILAR: ¡Todas atrás! Ni se os ocurra acercaros a su puerta.
SOLEDAD: ¡Pero tenemos derecho a verle!
SOR PILAR: Que si. Ya le veréis luego en el baile.

La zona se despejó, y Loli fue junto con Sor Pilar.

LOLI: Señora... ¿cómo piensa hacerlo para que no se den cuenta?
SOR PILAR: Ya... quizás he llegado demasiado lejos con esto. Lo mejor sería decirles la verdad.

Flashback, hace unas horas
SOR PILAR: Vale.. de acuerdo.

La mujer colgó el teléfono. Loli se interesó por el asunto.

LOLI: ¿Qué ha pasado?
SOR PILAR: Esto si que no me lo esperaba.
LOLI: ¿¡Pero qué ha pasado...!?
SOR PILAR: Tráeme a un monje, el que tú quieras.
LOLI: ¿Para qué?
SOR PILAR: Me ha llamado mi amiga. Que el Papa no viene.
LOLI: ¿Qué piensas hacer ahora?
SOR PILAR: Mañana aquí tiene que haber un papa sí o sí. Coge al monje que quieras, lo vistes de Papa, le preparas un carruaje y lo quiero aquí mañana. Por lo menos que le vean llegar.

LOLI: Creo que lo mejor es que digamos en la fiesta que el Papa se ha tenido que ir por motivos personales.
SOR PILAR: Ya veremos... ¡Uy! Las diez y media. Qué tarde es. A la una del mediodía empieza el baile. Me voy a poner guapa.

Los conspiradores entraron al San Felipe diciéndole a los porteros que venían al baile, pero traían armas desmontadas en sus mochilas.

PORTERO 1: Mmm... no me fío de esta gente.
PORTERO 2: Ni yo, pero ya les has dejado pasar
PORTERO 1: ¡¿Y tú qué?! ¡Ya podías haber dicho algo en vez de estar ahí solo con la radio!
PORTERO 2: Hijo, es que Cristiano está triste.
PORTERO 1: ¿Otra vez?
PORTERO 2: Sí, otra vez.

Cuando fueron pasando invitados al porche del Baile, Damián dio la orden de que se escondieran detrás de unos árboles. El patio del San Felipe estaba lleno de gente.

FAUSTI: ¡Macu! ¡¿Quiéres bailar conmigo?!
MACU: ¡¡¡Claro!!!

Las dos comenzaron a bailar, como tantos otros que había por allí.

De repente, comenzó a sonar una marcha Nupcial. Todo el mundo dejó de bailar y se giró. Por la escalera del porche bajaba el Papa junto con Sor Pilar. Tenía la cara cubierta con un velo blanco.

CLOTI: ¿Y tanta devoción que tenéis todas por semejante truño? Yo no lo entiendo.

Todos se quedaron asombrados ante lo que acababa de decir Cloti.

HOMBRE: ¡Mujer loca!
CLOTI: ¿¡Qué!?
MACU: Café.
CLOTI: A las tres.
MACU: En el Corte Inglés.

Sor Pilar pidió disculpas por ese “numerito” y continuó bajando junto con ‘El Papa’ por las escaleras al porche.

GENTE: ¡Que se quite el velo!
SOR PILAR: A ver, hermanos y hermanas. Benedicto tiene problemas en la vista. ¿A que sí?

El hombre asintió con la cabeza.

SOR PILAR: Así que le vais a dejar tranquilo, ¿vale? El cena y se va.
FAUSTI: Pero ¿cómo nos va a hacer esto? Que diga unas palabras por lo menos.
MACU: ¡Quejica! Si tú y yo ya lo hemos visto en persona... ¿te acuerdas cuando fuimos a verle al Vaticano? Jijiji...
FAUSTI: Qué experiencia más mala.

El baile se reanudó. La gente comía, bailaba y se divertía. Tal y como estaba previsto. Pero lo que nadie sabía es que más allá de aquel porche, había unos conspiradores montando unas armas de francotirador, dispuestos a atentar contra El Papa. Pero lo que ellos no sabían, era que ese señor no era el papa.

DAMIÁN: Cuando yo os dé la señal. (Por un walkie)

Sor Pilar había entrado un momento al baño. Era el momento perfecto, Dorada tenía mucha curiosidad en ver a Benedicto, así que se acercó a él.

MACU: ¡Eh! Tramposa. Eso no vale. Nadie se puede acercar.
DORADA: ¡Anda! Si estáis deseando!

DAMIÁN: ¡Apuntar!

DORADA: Señor Benedicto.

El hombre que se estaba haciendo pasar por el Papa se dio la vuelta y se quedó frente a Dorada.

DORADA: ¿Puede quitarse un momento el velo?
“PAPA”: ¿Para qué?
MACU: ¡Ohhh!
FAUSTI: Ha hablado.
DORADA: Estamos deseando verle.  


Soledad se levantó de una silla, muy ofendida.

SOLEDAD: Por Dios, ¿hay alguien que se crea esta patochada?

La gente miró mal a la mujer.

SOLEDAD: Uy, vale. Ya me callo.

Entonces, Dorada se acercó a él para retirarle el velo. Lo que no sabía es que justo en ese mismo instante se había interpuesto entre las mirillas de apuntaje de las armas y el objetivo.

Damián sonrió.

DAMIÁN: Dos pájaros de un tiro.

El hombre se puso en pie y gritó.

DAMIÁN: ¡Disparad!

Justo entonces, más de diez policías se echaron encima de los conspiradores. Junto a ellos, los porteros les estaban señalando. Sin duda habían sido ellos quienes habían llamado a la policía.

Dorada aprovechó el asalto de la policía para retirarle el velo al Papa. Entonces se descubrió la farsa: Ese no era más que un monje del convento. Sor Pilar salió en ese mismo momento y observó el panorama.

FAUSTI: ¡Eres una mentirosa!
SOR PILAR: ¡Apartaos! ¿Qué ha pasado aquí?
POLICIA: Por suerte, nada señora. Tranquila. Ya los tenemos a todos.

Entonces, Damián esposado iba delante de un policía hacia fuera, cuando se cruzó con Dorada y le dio el tiempo justo para pronunciar unas palabras.

DAMIÁN: Un segundo más y estabas muerta.
DORADA: Dios no lo ha querido

Los policías se llevaron a los Conspiradores y la fiesta continuó, pero esta vez, con la mentira de Sor Pilar al descubierto.

DORADA: Anda que... se pilla antes a un mentiroso, que a un cojo.
MACU: Y que lo digas.
SOR PILAR: Bueno... ¡Que siga la fiesta!

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