postheadericon La Despechada cap. 5

1x05: El desván

Jeremías, un hombre de unos cuarenta años, pelo castaño, complexión media estaba ahora mismo en la habitación de los Civera. Después de tomar lo que parecía ser una ampolla farmacéutica dijo:

Jeremías: ¿Hasta cuando tengo que estar aquí?
Encarnación: Hasta que lo veamos conveniente. Tu sólo tienes que hacer tu trabajo y tendrás tu ampolla diaria. Comunícale a tu hermano que le toca bajar.

Jeremías salió de la habitación y subió al desván. Allí, otra persona igual a el, su hermano gemelo, le estaba esperando.

Jeremías: Baja, te toca.
Humberto: ¿Hay alguien por el camino?
Jeremías: No, tu baja.

Humberto, el hermano gemelo de Jeremías estaba bajando ahora. Cuando iba a bajar, se chocó directamente con María Adelaida. Esta estaba subiendo la trampilla al desván y se chocó con el hombre.

María Adelaida: ¿Quién eres? ¿Qué hacías ahí arriba? ¿Por qué hay otra persona igual que tu? ¿Es tu hermano gemelo?

El hombre intentó esquivarla, pero esta le agarró.

María Adelaida: ¡Contéstame! ¿Quién eres y qué hacías ahí arriba?

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Ricardo: El hermano de Jeremías esta tardando en venir ¿no?
Encarnación: ¿Y si se ha cruzado con la chacha?
Ricardo: Voy a buscarle.

Mientras tanto, María Adelaida había llevado a Humberto hasta una esquina.

María Adelaida: ¿Sois gemelos tu y el otro hombre que esta en el desván?
Humberto: Si.
María Adelaida: ¿Qué hacéis ahí arriba?
Humberto: Por favor... suéltame. Necesito tomarla...
María Adelaida: ¿Tomar? ¿El qué? 

De repente, el hombre se desplomó al suelo. Había pasado la hora exacta de tomar la ampolla farmacéutica y el hombre había perdido el conocimiento.

María Adelaida ya no sabía que hacer. Ricardo llegó hasta donde estaban ellos. Al ver al hombre en el suelo, le hizo beber la ampolla. Pasado unos minutos, el hombre recuperó el reconocimiento y se puso en pie.

Ricardo: Que sea la última vez que te veo acercarte a mis hijos y a ese desván ¿entendido?
María Adelaida: ¿Tus hijos? ¿Este hombre y el hermano gemelo son tus hijos?
Ricardo: Si, lo son. Son nuestros gemelos, de Encarnación y yo. Ahora vete.
María Adelaida: ¿Por qué tienen que tomar esas ampollas?
Ricardo: Nacieron con una enfermedad. Necesitan tomarlas. Eso es todo.
María Adelaida: ¡¿Y por qué coño están encerrados allí arriba?!

Ricardo abofeteó a la limpiadora.

Ricardo: No quiero oír ni una sola pregunta más sobre mi familia. De lo contrario acabarás tu y tu hija muy mal.

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María Adelaida estaba en su cama. Estaba pensando en el día tan ajetreado que había tenido. Era muy difícil de comprender por qué los Civera tenían a sus hijos encerrados.

Lejos, en la habitación de los Civera, Ricardo le contaba a su esposa lo que pasaba.

Encarnación: Debemos eliminarla.
Ricardo: No, vamos a ir a lo que mas duele. 
Encarnación: ¿Qué quieres decir?
Ricardo: Vamos a ir al hospital ese donde está su hija y la vamos a matar.