Parca Producciones 2012. Con la tecnología de Blogger.
Lazos de Sangre cap. 4
3:16 |
Editar página
El doctor Ruano, muy agobiado, llamó por teléfono a Blanca.
Ruano: Blanca. La he soltado. Pero también he tenido que matar al novio.
Blanca: Te has pasado...
Ruano: ¿Por? No lo creo. He hecho lo correcto.
Blanca: Yo creo que no. Tú sabes que lo que nosotros hacemos no está bien ¿verdad?
__________________________________________________________________________
Ana estaba perdida. Andaba por la cuidad, calle por calle sin saber a donde ir ni quién era. Al final fue a parar a una comisaría, la más cercana a de donde salió.
Ana: Hola. ¿Sabéis quién soy?
Jorge: ¿Perdona?
Ana: No recuerdo nada...
Jorge : ¿Qué dices? A ver ¿qué es lo último que recuerdas?
Ana : Que me han dejado salir de una habitación en una casa de la calle Valencia.
Jorge: ¿¡Cómo!?
Los dos policías estaban alucinando.
Jorge: A ver chica, ¿de dónde vienes? ¿Qué te pasó? ¿Qué es lo último que recuerdas?
Ana: Pues recuerdo que salía de una habitación, llena de sangre. Después un señor con una bata me sacó hacia afuera. Tenía un muerto, un hombre. Estaba muerto, en el suelo.
Berna: ¿¡Cómo!?
Ana: Sí, y después me dijo que me fuera a buscar mi vida.
Berna: Jorge, ven conmigo adentro un momento.
Jorge: Voy.
Los dos entraron en la parte de atrás de la comisaría.
Berna : ¡Eh! Jorge tío... ¿esa no es la calle donde la chica que me contaste te había parado? Pues esta mujer que no recuerda nada, dice que la tenían ahí.
Jorge: Sí...
Berna: ¿Qué hacemos? ¿Vamos a esa casa?
Jorge: ¿Para qué?
Berna: Joder, ¡hay un muerto!
Claudia estaba muy enfadada, estaba histérica. Fue en coche hasta el hospital. Lo que ella había visto no era normal. El doctor Ruano había matado a Víctor. La chica entro por el hospital y vociferó lo siguiente:
Claudia: ¡El doctor Ruano es un asesino!
La gente empezó a mirarla. Blanca que estaba por allí y lo oyó, se acercó a ella y cogiendola fuerte de la mano la condujo hasta el pasillo superior.
Blanca: ¡Cállate ya!
Claudia: Tú estás con el. Te vimos salir de su casa.
Blanca: ¿Y cómo lo podrías demostrar?
Claudia: No puedo… pero es verdad. ¡Matasteis a Víctor!
Blanca: Yo no he matado a nadie, no te equivoques.
Berna y Jorge dejaron a Ana al cuidado de la becaria de la comisaría, Sara.
Sara: Bueno, ya está ya pasó.
Ana: No se que me pasa. Tengo pinchazos en el estómago.
Sara: A ver, déjame ver.
Sara le levantó la camisa y le vio el estomago abultado. También tenía una cicatríz a la altura del útero.
Sara: ¿Estabas embarazada?
Ana: No lo sé.
Sara: Pues hará como mucho unas 48 horas has tenido una cesárea…
Berna y Jorge estaban subiendo las escaleras en dirección a la casa del doctor Ruano. Cuando estaban frente a la puerta llamaron.
Berna: ¡Abra la puerta!
La puerta se abrió. Tras ella estaba el abogado del doctor.
Abogado: ¿Algún problema?
Jorge: ¿Es usted el doctor Ruano?
Abogado: No, soy su abogado. ¿Hay algún problema con el?
Berna: Se le ha acusado de asesinato. Veníamos a comprobar que todo estuviera bien por aquí.
Abogado: Pues ya lo está viendo, todo está perfectamente.
Jorge vislumbró una mancha de sangre en el suelo. Se agachó y la recogió con el dedo.
Jorge: Sangre…
Berna: ¡Queremos pasar! Dígale al doctor que salga.
Abogado: Mi cliente se encuentra incapacitado para poder levantarse de la cama.
Jorge: ¿Está enfermo?
Abogado: Sí, por eso se ha cogido la pre-jubilación.
En el hospital…
Claudia: ¡Que no estoy loca! No estoy loca.
Blanca: Lleváosla.
Unos celadores la tenían agarradas de las manos. Le habían puesto una camisa de fuerzas.
Celador: ¿La subimos a planta?
Blanca: Llevarla a la planta de incapacitados mentales.
Claudia: ¡No pienso ir a la planta del psiquiátrico!
Celador: Vamos que si vas a ir…
Entre los dos celadores subieron a la mujer a fuerza como pudieron y la ataron a la cama. Una vez allí, la sedaron.
Blanca llamó por teléfono a el doctor.
Blanca: Ya me he quitado del medio a la única testigo de la muerte de Víctor.
Ruano: Si… yo ahora tengo la policía en mi casa.
Blanca: ¿Y qué vas a hacer?
Ruano: Entregarme.
Blanca: ¡¿QUÉ?!
El doctor colgó el teléfono y salió de su habitación en dirección a la puerta de las escaleras de la calle, donde estaba el abogado intentando defenderle contra Berna y Jorge.
Abogado: ¡Que les digo que no va a salir!
Ruano: Gracias Fermín por tu trabajo. Pero si estos señores quieren llevarme con ellos, no quiero serles de un problema.
Jorge: Vámonos.
Cuando llegaron a comisaría, encerraron al doctor en una celda.
Berna: Ahí quietito. Mañana por la mañana tendremos una vista rápida contra ti.
Ruano: ¿Vista?
Jorge: Juicio rápido…
Sara, la becaria se acercó a Berna.
Sara: Berna, quería hablar con vosotros…
Berna: ¿Qué pasa?
Sara: Pues que esta chica tiene una cicatriz de cesárea.
Jorge: No sabemos qué pero ese doctor no es trigo limpio…
Berna: ¿Y dónde está el cadáver?
Jorge: ¿Qué cadáver?
Berna: El cadáver que vio la mujer de la cesárea. ¡La sangre del suelo!
Jorge: Tenemos que registrar esa casa…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)