postheadericon El zoo cap. 8











Varios días después del incidente en la mansión de la señora Shaw. Todo había recuperado su normalidad en el zoo. Fabio se había marchado con María Shaw, dejando a Berta, en el zoo. Por traición, claro, pero eso era algo de lo que la enfermera se sentía muy orgullosa, por fin había abierto los ojos, ya que nunca es tarde si la dicha es buena.


Celia estaba muy abrigada, de camino a su despacho. Natalia, que iba a la cafetería a tomar algo se cruzó con ella.


NATALIA: ¿Con frío eh?
CELIA: Pues si hija... la verdad, es que hace unos días, bañándome en la fuente y hoy con abrigo de terciopelo, es que esto no hay quien lo entienda.
NATALIA: Estamos a 20 de diciembre.
CELIA: ¡Huy! Se acerca…
NATALIA: ¿El qué?
CELIA: La navidad.
NATALIA: Es la mejor época de todo el año. A mí me gusta celebrarla en familia, pero claro, este año, estoy muy lejos de ellos, así que la celebraré aquí en Madrid.
CELIA: ¿Con quién?
NATALIA: Con todos. Organizaremos una cena aquí en el zoo.
CELIA: Eso no lo veo yo una buena idea ¿eh?...


La mujer se fue a su despacho. Esta otra entró en el bar y tomo asiento en la barra.


MARTA: ¡Ta-rarará! 
NATALIA: ¿Qué pasa? ¿A qué vienen esos cánticos? Estás contenta.
MARTA: Sí, es que hoy se me duplicará la clientela.
NATALIA: ¿Y eso?
MARTA: Hoy abrimos la pista.
NATALIA: Ahhh lo olvidaba, la pista de hielo ¿no? Pues sí que está completito el zoo, si señor.
MARTA: La pista de hielo es el lago del espectáculo acuático. La abrimos al público para que la gente venga a patinar, en estas fechas tan señaladas.
NATALIA: Sí, a la gente le gusta patinar en navidad.
MARTA: A mí también (suena el móvil) ¡Oh! Disculpa.


Va a dentro de la cocina...


MARTA: ¿Dime?
DCT FONT: ¡A…a…ayuda!
MARTA: ¿¡Qué pasa!?
DCT FONT: Hemos estado trabando con las…. con las muestras que nos trajiste… y… y…
MARTA: ¡Termina!
DCT FONT: ¡La hemos probado con pacientes de cáncer! El resultado ha sido catastrófico…
MARTA: ¿Pero qué ha pasado?
DCT FONT: Una terríble mutación genetica.


Sonó un ruido.


MARTA: ¿Doctor?


DCT FONT: ¡Aggg!


Se cortó la comunicación.
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Nacho estaba con Ángela en la entrada del zoo.


NACHO: Niña ¿y tu hoy no tenías cole?
ÁNGELA: Si, pero había excursión.
NACHO: ¿Y por qué no has ido?
ÁNGELA: Porque no quise.
NACHO: ¿Pero por qué?
ÁNGELA: Porque.... porque... ¡¿y si me pierdo por ahí?!
NACHO: Ah vale, pero no lo veas todo tan negativamente bonita.


Nacho abrió el buzón. Miro las cartas, en una de las cartas ponía: Para Ángela


Dentro de la carta ponía:


Que no te mire María Shaw. Tenía muñecos, hijos no. Y si la vieras, no debes gritar, o la lengua de cuajo, te va a arrancar..


Ambos estaban confusos.


NACHO: ¿De quién es?
ÁNGELA: No se... no tengo más familia a parte de mi madre y mi abuela de Cádiz. Pero ella no me escribe nunca, y esa carta no es de ella.
NACHO: ¿Y de tu papá?
ÁNGELA: Mi papá era el señor malo de las pistolas. No creo que me vaya a escribir.


Algo más venía en el sobre, y era una estrella de mar. Muy bonita, pero todo aquello era la mar de extraño.
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La pista de hielo se abrió sin problemas, la gente comenzó a pasar. 


PAUL: ¿Patinamos?
NATALIA: ¡Sí! ¿Por qué no?


Ambos se pusieron sus patines y pasaron a la pista.


Celia llegó y vió a Berta ahí.


BERTA: Me gustaría hablar con usted, bueno, no hemos hablado desde que...
CELIA: ¡Aléjate de mí! ¡Fu! ¡Fu! ¡Fu!
BERTA: Lo siento, con toda mi alma.
CELIA: ¡Me intentaste matar! ¡Zorra!
BERTA: Oiga, estaba obligada a ello. Y ya le he dicho que lo siento.
CELIA: Que no, no te voy a perdonar.
BERTA: Por favor, todos los demás ya lo han hecho... a ver ¿qué te parece si tomamos juntas esos dulces que tengo ahí?


Celia abrió el ojo a la cuarta.


CELIA: ¿Por qué no? Si total, hablando se entiende la gente.


Ambas se comieron dulces juntas. Solo había dos.


BERTA: ¡No no! Ese es el tuyo.


La mujer cogió el indicado y Berta se comió también el suyo.


En la pista…


NATALIA: Ha sido un baile precioso.
PAUL: Ha sido pésimo 
NATALIA: ¡jajajajaja!


Ángela se acercó a su madre.


ÁNGELA: Mamá ¿quién me ha mandado esto?


La mujer examinó el sobre con la extraña nota y la estrella de mar.


PAUL: ¿Qué raro no?
NATALIA: ¿De quién será? Y lo más importante ¿qué significará?


Lo que ellos no sabían, que esa frase que ponía en la carta, era el mayor consejo que nadie jamás les pudiera dar. Que no te mire María Shaw. Tenía muñecos, hijos no. Y si la vieras, no debes gritar, o la lengua de cuajo, te va a arrancar...
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Pero no paraban de ocurrir cosas extrañas esa noche. Tras comer los bollos, Berta se cayó de espaldas. Estaba inmóvil.


CELIA: ¡¿Berta?!


Lo que Celia no sabía que todo había sido una equivocación. En los bollos, Berta había envenenado uno de ellos, el otro no. Y un mal error de cálculo hizo que se cogieran los bollos equivocados, pensando ella que a Celia le había tocado el bollo envenenado, cuando había sido al revés. Pero eso nadie lo supo jamás, pues Berta yacía muerta en el suelo, de espaldas al banco donde se habían sentado ambas.


CELIA: ¡Oh! Dios mío. ¡Ayuda!


Todo el mundo se acercó allí.


PAUL: ¿Qué ha pasado mamá?
NACHO: A ver... ¡voy a examinarla!....
MARTA: ¿Qué le ha pasado? ¿Cómo está?
NACHO: Está.... está muerta.
NATALIA: ¿Celia que ha pasado?
CELIA: No lo sé. Yo estaba aquí tranquilamente, comiendo los bollos con ella, cuando se ha derrumbado de espaldas.
PAUL: Llamar a una ambulancia...
NATALIA: No, para eso, llamar a una funeraria.
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En el teatro de Madrid.... 


SHAW: Duerme tranquilo Ashen.


La mujer se guardó al muñeco en el bolso y entró con Fabio en el teatro.


A ella se acercó Fabio, su único y fiel aliado, o eso parecía al menos.


FABIO: ¿Qué piensas hacer aquí?
SHAW: Por lo menos, hemos recuperado a Ashen. Mi siguiente reto es retomar mis espectáculos en teatros con ventrílocuos.
FABIO: Pero señora, usted.... usted está muy mayor, además antes debemos conseguir a la niña.
SHAW: Sí, con ella haríamos un ventrílocuo precioso. Pero a parte de ella, tengo otros muchos que yo misma fabriqué con mis manos en 1905, con los huesos de esos niños.
FABIO: Menos mal que nunca convertiste a tu niño preferido…
SHAW: Fabio, ¿cómo te voy a convertir a ti en ventrílocuo? ¿A mi propio hijo?


En ese momento, se le vino a María a la cabeza cual fue el último momento en el que consiguió más niños que nunca.


Flash-back Año 1905
La gente estaba en el teatro, todo el mundo sentado, esperando la salida de María Shaw. Todos habían pagado una entrada para ver un espectáculo de la ventrilocua. La mujer salió al escenario, con 4 muñecos.


SHAW: Hola a todos niños y niñas.
ASHEN: ¡Hola!
RAVEN: ¿¡Estáis preparados para disfrutar!?
NIÑOS: Siiiiiiiiiiiii
ASHEN: Pues que empiece el espectáculo.


Las puertas del teatro se cerraron quedando a los niños en el. María Shaw cogió a sus muñecos y los introdujo en su bolso.


SHAW: Bueno, niños, ahora contad conmigo… 1………2………3………4


NIÑO 1: ¡Ey! Oye, ¿qué es ese líquido que hay en el suelo?
NIÑO 2: No sé tío, pero parece como agua.
NIÑO 1: Pero huele como ¿a gasolina?


SHAW: Y 5.


María Shaw lanzó una cerilla contra la gasolina que cubría todo el suelo de las gradas, donde estaban los niños, quemándolos a todos. Una crueldad sí, pero ella tenía ahí ya a más de 100 muñecos.


SHAW: Fin del espectáculo.


Todos estaban muertos. María Shaw bajó del escenario corriendo. Un señor se acercó a ella.


GUARDIA: ¡Detente!
SHAW ¿Y qué me harás si no me detengo?
GUARDIA: ¡Socorro!


La mujer abrió su boca y de ella salió una gran lengua. El hombre gritó e intentó echar a correr, pero ya era tarde. La mujer lanzó su lengua contra la boca del guardia y se la arrancó de cuajo. La mandíbula del hombre quedó desgarrada y el hombre estaba muerto en el suelo...


Que no te mire María Shaw. Tenía muñecos, hijos no. Y si la vieras, no debes gritar, o la lengua de cuajo, te va a arrancar...