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El zoo cap. 7
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Eran sobre las cuatro de la tarde. Natalia llevaba un rato buscando a su hija por el zoo.
NACHO: ¿Qué pasa?
NATALIA: Nada, que estoy buscando a Ángela, que seguro que se ha vuelto a ir por ahí...
NACHO: ¿Has mirado en la cueva de los murciélagos? Ahí suele estar ella muchas veces.
NATALIA: Sí, pero el caso es que ahí no está.
Sin detenerse más, la mujer continuó con su búsqueda.
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Marta estaba limpiando las mesas que habían quedado sucias de su bar, antes de abrir su turno de tarde. Como en ese momento nadie entraba, la mujer fue a la cocina y sacó del cajón que estaba en la estantería de detrás de la despensa la caja de papeles que había recogido.
Cogió uno de los papeles. En ese momento, llamó por teléfono.
MARTA: Ya está, solo tengo que esperar a que el zoo se quede vacío y podré extraer la sangre de los animales.
DCT. FONT: Sí, además ya sabes lo importante que sería. Gracias a esa sangre, salvaremos millones de vidas, será un gran avance para la medicina.
MARTA: Sí, pero no entiendo por qué debo hacerlo a escondidas. ¿por qué tengo que esperar a que todos se vallan para sacar la sangre a los animales?
DCT. FONT: Es por seguridad, ya sabes que estamos en fase de experimentación, y no queremos decirle a la población que estamos a punto de conseguir una cura para el cáncer, y que luego no lo consigamos, porque serían falsas esperanzas, y se nos echarían encima. ¿lo entiendes?
MARTA: De acuerdo, esperare a que esto se quede vacío y lo haré.
Celia estaba acercándose a la fuente del zoo.
CELIA: ¡Huy! Que calor hace hoy... ¡y estamos a principios de diciembre!
PAUL: Sí, la verdad es que es extraño.
CELIA: Como todo últimamente... este país se va a la mierda.
PAUL: Maldita crisis...
CELIA: La crisis y lo que no es la crisis, y encima ahora con Marianito a la cabeza.
PAUL: Bueno... yo no le voté.
CELIA: Ni yo tampoco.
La mujer se remangó las piernas y entró en la fuente.
PAUL: ¿¡Pero que haces!?
CELIA: ¿¡Qué pasa!? ¡Está fresquita! ¡Ven y pruba!
PAUL: Madre, estamos a las cinco de la tarde y....
CELIA: ¡Y a veinticinco grados! Hace calor.
Natalia llegó muy alterada.
NATALIA: Paul..... Paul.... Paul.... Paul
PAUL: ¿Qué? A ver tranquilizate.
NATALIA: La niña... ¡La niña!
PAUL: ¿¡Qué!?
NATALIA: La niña no aparece por ningún lado. Ángela se ha perdido.
PAUL: ¿Has buscado bien?
NATALIA: Sí, totalmente.
CELIA: La niña no se ha perdido.
NATALIA: ¿Ah si? ¿Y como lo sabes? ¿La has visto?
CELIA: No, la niña lo que ha hecho ha sido marcharse, se habrá hartado de tanto baboseo y de tantas ñoñerías.
PAUL: ¡Mamá por favor!
De repente, Nacho llegó corriendo.
NACHO: ¡Natalia! Que se algo sobre la niña...
NATALIA: ¿Y bien?
NACHO: Pues que antes, no le di importancia, pero que sí, que hará como dos horas, la niña se ha ido con Berta.
PAUL: Justo cuando lo del muñeco.
NACHO: ¡Sí!
NATALIA: ¿Qué muñeco?
PAUL: Nada, una tontería. ¿¡Dónde está Berta!
Justo en ese momento, Berta entró por la puerta del zoo y todos se echaron encima de ella.
NATALIA: ¡¿Qué has hecho con mi hija!? ¿Qué le has hecho hija de puta?
La mujer le soltó un tortazo a la otra.
BERTA: ¿?
NACHO: ¡Te ví salir con la niña! Desde el bar te ví.
PAUL: ¿Dónde la has llevado? ¿Qué quieres de ella?
La mujer, que se veía aprisionada y sin escapatoria, confesó.
BERTA: La he llevado con María, María Shaw.
CELIA: ¿Eing?
NATALIA: ¿Quién?
PAUL: ¡Ehh! ¿Esa no es la del muñeco? ¡El nombre que ponía en el muñeco ese!
NACHO: Llévanos hasta ella.
BERTA: Está en la mansión, en su mansión.
Entre todos, ocuparon varios coches y fueron hasta la mansión de la señora Shaw.
Mientras, en el zoo, Marta ya se había quedado sola.
MARTA: (por teléfono) Ya estoy sola, se han ido todos a buscar nose qué a una mansión.
DCT. FONT: De acuerdo.
Marta fue hacia el lugar donde estaban las jirafas. Debía ir animal por animal, extrayendo sangre. Ahora tenía todo el tiempo del mundo...
Berta que iba en el coche de delante y los demás le seguían en otro coche hasta la mansión, llegó primero y entró corriendo en la mansión y se dirigió al salón donde estaba la señora Shaw.
BERTA: ¡María! ¡Intrusos! La madre de la niña. Y más gente, vienen aquí. A la mansión.
SHAW: Tranquila... no pasa nada.
BERTA: Lo siento, no he podido evitar que entren.
SHAW: Tranquila, nos vamos a reir un rato...
Natalia, Paul, Nacho y Celia entraron al recibidor de la mansión.
NATALIA: ¡Ángela!
PAUL: ¡Ángela!
CELIA: Anda que ya hay ganas de venir aquí...
NATALIA: ¡Oiga! Pues no haber venido, nadie la ha obligado.
CELIA: Pero es que sino ¡me aburro!
NACHO: ¡A callarse ya! En esa sala hay alguien. Allí en la silla.
Todos entraron y a vista lejana, parecía Ángela la que estaba sobre la silla. Cuando se acercaron vieron su cara transformada en ventrílocuo.
NATALIA: ¡Oh noooooo! ¡Hija!
Las puertas de la sala se cerraron de golpe y todos miraron hacia atrás. María Shaw se encontraba allí y con ella estaba Ángela, la de verdad, la que estaba en la silla solo era una réplica perfecta de la niña en ventrílocuo.
PAUL: ¡Devuélvenosla!
SHAW: Vaya vaya.... tengo visita, quien me lo iba a decir a mí, y la verdad es que no me habéis dado tiempo a que me arregle, no sabéis lo que me fastidia eso...
CELIA: ¡¿A qué si?! La verdad es que jode, y bastante.
PAUL: ¡Mamá!
SHAW: Pero de todas formas, NO sois bien recibidos en mi morada...
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En el zoo, Marta había conseguido extraer la sangre a todos los animales, y ahora mismo estaba en el laboratorio de sanidad, entregando las muestras.
DCT FONT: Muchas gracias, de verdad, no sabe la de vidas que va a salvar.
MARTA: Y que me lo digan a mí...
DCT FONT: ¿Perdón?
MARTA: Nada... que hace unos años, que perdí a un familiar muy cercano.
DCT FONT: Todos hemos perdido alguna vez a un familiar cercano.
En la mansión...
NATALIA: ¡Hija ven!
De repente, la señor Shaw sacó un cuchillo y lo puso en el cuello de la niña.
SHAW: Despedios de ella.
Justo en el momento en el que se lo iba a clavar a la niña, y bien lo sabe dios, que si no llega a ser porque justo en ese momento, se cometió una gran traición, la niña estaría muerta, vamos que si lo estaría. No, en su lugar, Berta disparó a la mujer. Esta calló al suelo, y la niña pudo escapar corriendo.
BERTA: ¡Corred! ¡Escapad!
Ángela se reunió con su madre.
ÁNGELA: Mama, te quiero.
NATALIA: Cariño ¿¡estás bien!?
BERTA: ¡Tenéis que iros!
Cuando todos se iban, Paul fue el último en hacerlo, de la mano de su madre.
PAUL: Gracias de verdad.
CELIA: No hay nada que agradecerle, ella trajo aquí a la niña.
BERTA: Lo siento mucho... de verdad.
CELIA: Eres un bicho, muérete.
Tras las duras palabras que le dijo Celia a Berta, estos abandonaron la mansión.
En ese mismo momento, llegó Fabio que vio a todos marcharse y a la señora Shaw en el suelo, herida. Berta estaba a su lado sosteniendo todavía el arma.
FABIO: Eres una traidora.
BERTA: Abandono. Lo siento, pero no pienso seguir con vosotros.
FABIO: ¡La has matado!
BERTA: No, no seas melodramático. Esta herida. Sobrevivirá. Llévala a un hospital.
Berta se fue de la mansión dejando a Fabio con una María Shaw más herida e indefensa que nunca.
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