postheadericon Lazos de Sangre cap. 3



La enfermera anciana, Blanca se encontraba en la calle Valencia. Se acercó a un edificio y llamó al telefonillo que había frente al portal.

Ruano: ¿Quién es?
Blanca: Soy yo.

El hombre abrió la puerta y la mujer subió.

Mientras tanto Víctor había ido a su casa. Iba a coger lo necesario para emprender la búsqueda del doctor Ruano. A este le siguió en un coche Claudia, la chica del mostrador de ayuda que le había facilitado el teléfono de Ruano.

Claudia: ¡A ver! Por favor, tranquilízate. ¿Por qué no vas a la policía?
Víctor: No me hacen falta. Encontraré a mi chica y a mi hijo yo solo.
Claudia: Bueno, al menos déjame a mí que te ayude. Antes no te he contado toda la verdad...
Víctor: ¿¡Qué!?
Claudia: Sé donde vive el doctor Ruano.

En la casa del doctor Ruano...

Blanca: ¿Cómo está ella?
Ruano: Está bien. Está en la habitación del fondo.
Blanca: ¿Y el bebé?
Ruano: Ya lo he vendido.
Blanca: ¿Por cuánto?
Ruano: Veinte mil euros. ¿Te parece poco?
Blanca: Dame la mitad. Era el trato...
Ruano: No. El trato era la tercera parte.

Desde ahí se oían los gritos de Ana encerrada en la habitación.

Ana: ¡Dejadme salir! ¿Y mi hijo? ¡¡¡Dejadme salir!!! Por favor. ¡Socorro!

Blanca: ¡Hazla callar!
Ruano: No. Le haré como a las otras madres.
Blanca: ¿Qué le harás?
Ruano: Amnesia permanente.
Blanca: jajajajajajajaja
Ruano: Y luego la soltaré. Y podrá ir a donde quiera pero no sabre ni donde está. ¡Já-já!

Víctor fue con Claudia a la calle del doctor. Justo cuando estaban delante del portal, vieron este abrirse y salir por el Blanca, la enfermera anciana que le había dicho a Víctor que no sabía nada de Ana.

Víctor: ¡Es la enfermera!
Claudia: Al parecer está con el...

Víctor bajó del coche. Siguió por la calle a Blanca y cuando está cruzó una esquina y se dispuso a atravesar un callejón, el chico se le echó encima.

Víctor: ¡Ahora me vas a decir donde está Ana!
Blanca: ¡¡¡¡Yo no sé nada!!!! Suéltame.

Pero el chico estaba demasiado impotente y sacó el arma que había cogido de su casa y apuntó con ella a la anciana a la cabeza.

Claudia también bajó del coche. Y sin pedir permiso a Víctor. Hizo parar a un agente de policía.

Claudia: ¡Oiga!
Policia: ¿Si?
Claudia: Quiero denunciar una desaparición...

En el callejón, justo cuando Víctor estaba a punto de disparar a Blanca oyó un grito de auxilio, era de su chica, era de Ana. Venía de una ventana de más arriba.

Víctor: ¡Ana! ¿Estás ahí? ¡¡¡Ana!!!

De golpe, soltó a la mujer y salió del callejón en dirección al portal del doctor Ruano. Llamó a todos los telefonillos hasta que uno le abrió el portal y este subió rápidamente las escaleras hasta el 3ºB.

Policia: ¿Y qué dice?
Claudia: ¡Pues que la tiene secuestrada ese doctor! Vive en esa casa.
Policía: Mire, señorita, nosotros no podemos allanar una morada así como así. Necesitamos una orden judicial, una sentencia de...
Claudia: ¡Me da igual! Lo necesito.
Policía: Bueno, pues yo no se lo pienso dar. Buenas tardes.

El policía se fue tan campante. Cumpliendo con su oficio.

En la casa del doctor Ruano, este con una jeringa en las manos entró en la habitación en la que tenía encerrada a Ana y esta, aunque intento escaparse no lo consiguió.

Ana: ¡Déjame hijo de puta!
Ruano: Calladita estarás mas guapa...
Ana: ¡Cabrón!

El doctor le inyectó en la cabeza el contenido de la jeringa. La mujer se desmayó. En pocas horas despertaría y ya no recordaría jamás nada de su pasado.

En la comisaría...

Policía [Jorge]: No veas como está hoy la gente. Hoy una chica me ha pedido que allanara un domicilio así como así.
Policía 2 [Berna]: Tu ni caso... ya sabes que nosotros cumplimos perfectamente con nuestro oficio.
Jorge: Pero claro, me ha preocupado la manera en la que me lo ha dicho. La he creído. Decía que no se quién tenía en una casa secuestrado a alguien.
Berna: ¿Quiéres que hagamos algo?
Jorge: No, no si son tonterías.

Víctor subió las escaleras lo más rápido que pudo. Allí llegó al 3ºB y aporreó la puerta. El doctor Ruano, le oyó desde dentro.

Ruano: ¡Maldito imbécil!

El doctor cogió su móvil y llamó a su abogado.

Abogado: Dime Ruano.
Ruano: Emmm.... ¿en qué habíamos quedado? Absoluta discreción. Y de todo menos eso ¿eh?
Abogado: ¿Por qué? ¿Qué pasa?
Ruano: Tengo al novio de la chica que me llevé el otro día aporreando la puerta de mi casa. ¿Qué hago? No puedo dejar que lo descubra todo. Cientos de niños robados y vendidos... separados de sus familias durante toda mi carrera, saldría todo a la luz.
Abogado: ¡Mátalo!
Ruano: De acuerdo.

El doctor cogió uno de sus cuchillos y se disponía a abrir la puerta que estaba aporreando con fuerza Víctor. De golpe la abrió y le clavó en el estómago el arma blanca al hombre. Este desangrandose le dijo:

Víctor: Hijo de puta...

Eso fue lo último que dijo antes de morir.

Claudia: ¿Víctor? ¿Estás ahí?

Claudia estaba subiendo las escaleras del portal. El doctor se percató de ello y cerró la puerta de su casa, dejando en el suelo y frente a su puerta el cadáver de Víctor.

La chica llegó al 3º y nada más ver el cuerpo inerte del chico gritó y salió corriendo.