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La Víctima cap. 3
15:36 |
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Capítulo 1x03 (03): La iglesia
A la hora de comer, Eugenio bajó a ver si su madre había regresado, puesto que ya llevaba mucho tiempo sin aparecer. Esta no estaba. El chico se tuvo que hacer la comida como pudo, a duras penas.
Pasaban las horas y la madre no llegaba. Eugenio ese día se había fugado del instituto, lo que le permitió tener paz durante ese día. Al rato se asomó al buzón. Ya no sabía que hacer, puesto que le daba pánico volver a encender ese ordenador.
En el buzón un sobre enorme. Eugenio lo abrió y observó una foto en la que salía frente a su ordenador llorando. A este se le vinieron todo tipo de cosas a la cabeza. Después miró un papel escrito a mano con rotulador negro. El papel decía: Si quieres volver a ver a tu madre con vida, debes matar esta tarde frente al instituto y delante de tu hermana a tu perro. A Eugenio se le vino el corazón arriba...
Eugenio cogió el movil y telefoneó:
Eugenio: ¿Hola? Esta Marcos, ¿está el general Marco?
Mujer: Lo siento mucho, el oficial Marco fue encontrado en su habitación colgado hace tres días. Hemos intentado avisar a la familia, pero no dan señales de vida. ¿Quién es usted? ¿Es pariente suyo?
Eugenio se tambaleó dejando caer el teléfono al suelo. No podía creer lo que le habían dicho. El mundo se le había echado encima.
Ató la correa al perro y fue al colegio a recoger a su hermana.
Patricia: ¿Dónde vamos hermanito? ¿Por qué estas nervioso?
Eugenio: Vamos a un sitio...¿Y tu que sabes si estoy nervioso o no? Solo tienes 7 años...
Patricia: Tendré siete años, pero te conozco demasiado...
Llegaron frente al instituto. Sonó el timbre: habían acabado las clases de por la tarde. Entonces, Eugenio recordó lo que decía la carta: Si quieres volver a ver a tu madre con vida debes matar a tu perro delante de tu hermana en el instituto esta tarde.
La gente empezó a salir. Eugenio buscó con la mirada a los matones, pero no los encontró. Entonces supuso que la nota y el secuestro de su madre no fueron ellos.
Cogió un palo del jardín del parque del instituto y empezó a aporrear al perro. Los muchacos más cercanos le separaron. Patricia empezó a llorar.
Patricia: ¿Qué haces estas tonto? ¡Tonto! ¡Tonto!
Chica: Oye como vuelvas a pegarle al perro te mato. ¿Te enteras friki de mierda? ¿Qué pasa que no eres capaz de pegarte con gente de edad y te peleas con gente con menos fuerza?
Entonces la chica le tiró una piedra que había cogido del suelo a Eugenio.
Chica: ¡Vete y no vuelvas mas!
Eugenio entró en la iglesia más cercana. Se sentó frente al confesionario. Empezó a llorar. No sabía que hacer.
Eugenio: Padre...por favor ayúdeme, nadie me quiere, todos me insultan, no valgo para nada...
Sacerdote: Tranquilo chico, todos hemos nacido para algo en este mundo...
Eugenio: Pues yo he nacido para que me insulten, me discriminen, se metan conmigo, me digan gordo y que viva en una amargura. No puedo más, no sé que hacer...han secuestrado a mi madre y mi padre ha muerto.
Sacerdote: En el nombre del padre, del hijo, del espíritu santo, amen.
El sacerdote se marchó como si le estuvieran persiguiendo dejando al chico plantado. ¿Qué habría pasado?
Eugenio salió de la iglesia extrañado. Entró en su casa y se sentó frente al ordenador, ya era de noche. Había recibido un archivo por e-mail. Era un vídeo.
En el salía su madre atada a una silla con las manos atadas y sangrientas, y una mordaza en la boca que la tenía medio quitada.
Madre: Hijo...sal de casa, van a por ti, alguien muy cercano a ti te esta pensando matar. No hagas nada por mi, no hables con la policía porque sino me matarán, hijo (dijo llorando) vete de casa...
El vídeo se acabó....
No muy lejos de allí, la profesora Matilde estaba haciendo fotos de nuevo a Eugenio mientras veía el vídeo. Esta se reía y cogió el teléfono móvil.
Profesora Matilde: Ya ha visto el vídeo. Voy a pasar a matar....
A la hora de comer, Eugenio bajó a ver si su madre había regresado, puesto que ya llevaba mucho tiempo sin aparecer. Esta no estaba. El chico se tuvo que hacer la comida como pudo, a duras penas.
Pasaban las horas y la madre no llegaba. Eugenio ese día se había fugado del instituto, lo que le permitió tener paz durante ese día. Al rato se asomó al buzón. Ya no sabía que hacer, puesto que le daba pánico volver a encender ese ordenador.
En el buzón un sobre enorme. Eugenio lo abrió y observó una foto en la que salía frente a su ordenador llorando. A este se le vinieron todo tipo de cosas a la cabeza. Después miró un papel escrito a mano con rotulador negro. El papel decía: Si quieres volver a ver a tu madre con vida, debes matar esta tarde frente al instituto y delante de tu hermana a tu perro. A Eugenio se le vino el corazón arriba...
Eugenio cogió el movil y telefoneó:
Eugenio: ¿Hola? Esta Marcos, ¿está el general Marco?
Mujer: Lo siento mucho, el oficial Marco fue encontrado en su habitación colgado hace tres días. Hemos intentado avisar a la familia, pero no dan señales de vida. ¿Quién es usted? ¿Es pariente suyo?
Eugenio se tambaleó dejando caer el teléfono al suelo. No podía creer lo que le habían dicho. El mundo se le había echado encima.
Ató la correa al perro y fue al colegio a recoger a su hermana.
Patricia: ¿Dónde vamos hermanito? ¿Por qué estas nervioso?
Eugenio: Vamos a un sitio...¿Y tu que sabes si estoy nervioso o no? Solo tienes 7 años...
Patricia: Tendré siete años, pero te conozco demasiado...
Llegaron frente al instituto. Sonó el timbre: habían acabado las clases de por la tarde. Entonces, Eugenio recordó lo que decía la carta: Si quieres volver a ver a tu madre con vida debes matar a tu perro delante de tu hermana en el instituto esta tarde.
La gente empezó a salir. Eugenio buscó con la mirada a los matones, pero no los encontró. Entonces supuso que la nota y el secuestro de su madre no fueron ellos.
Cogió un palo del jardín del parque del instituto y empezó a aporrear al perro. Los muchacos más cercanos le separaron. Patricia empezó a llorar.
Patricia: ¿Qué haces estas tonto? ¡Tonto! ¡Tonto!
Chica: Oye como vuelvas a pegarle al perro te mato. ¿Te enteras friki de mierda? ¿Qué pasa que no eres capaz de pegarte con gente de edad y te peleas con gente con menos fuerza?
Entonces la chica le tiró una piedra que había cogido del suelo a Eugenio.
Chica: ¡Vete y no vuelvas mas!
Eugenio entró en la iglesia más cercana. Se sentó frente al confesionario. Empezó a llorar. No sabía que hacer.
Eugenio: Padre...por favor ayúdeme, nadie me quiere, todos me insultan, no valgo para nada...
Sacerdote: Tranquilo chico, todos hemos nacido para algo en este mundo...
Eugenio: Pues yo he nacido para que me insulten, me discriminen, se metan conmigo, me digan gordo y que viva en una amargura. No puedo más, no sé que hacer...han secuestrado a mi madre y mi padre ha muerto.
Sacerdote: En el nombre del padre, del hijo, del espíritu santo, amen.
El sacerdote se marchó como si le estuvieran persiguiendo dejando al chico plantado. ¿Qué habría pasado?
Eugenio salió de la iglesia extrañado. Entró en su casa y se sentó frente al ordenador, ya era de noche. Había recibido un archivo por e-mail. Era un vídeo.
En el salía su madre atada a una silla con las manos atadas y sangrientas, y una mordaza en la boca que la tenía medio quitada.
Madre: Hijo...sal de casa, van a por ti, alguien muy cercano a ti te esta pensando matar. No hagas nada por mi, no hables con la policía porque sino me matarán, hijo (dijo llorando) vete de casa...
El vídeo se acabó....
No muy lejos de allí, la profesora Matilde estaba haciendo fotos de nuevo a Eugenio mientras veía el vídeo. Esta se reía y cogió el teléfono móvil.
Profesora Matilde: Ya ha visto el vídeo. Voy a pasar a matar....
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