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Lazos de Sangre cap. 1
15:32 |
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Ana: ¡Ahhhhhrggg!
Víctor: ¡Aguanta! ¡Respira hondo por favor y aguanta! ¡Estamos llegando!
Ana: Cariño... si salimos de esta, te prometo que nos vamos a casar...
Víctor: No digas chorradas mujer, claro que vas a salir de esta. Eres madre primeriza, por eso te parece tan exagerado el dolor...
Ana: ¡No puedo más! ¡Lo voy a tener aquí mismo! ¡Ayuda!
Víctor miró a la carretera, tuvo que hacer una maniobra con el volante, porque había un niño de pie en mitad de la carretera obstruyéndola. Víctor no pudo frenar. Tuvo que seguir adelante, el chico le había dado un gran susto. Cuando volvió a mirar para atrás, al lugar donde estaba el niño, este ya no estaba.
Tras duras penas, llegaron al hospital, donde metieron a Ana en una sala de parto, donde podría tener el bebé con los especialistas.
Doctor: Usted debe esperar fuera... ¿Cómo se llama? Es para avisarle cuado acabe...
Víctor: En el DNI que le hemos dado lo puede ver.
Doctor: Esta bien, espérese en la sala de espera.
El doctor Ruano se metió adentro.
Víctor no paraba de pensar en esa aparición que se le hizo en la carretera, era un niño de unos siete u ocho años, moreno, alto para su edad y delgado. ¿Sería un espejismo o lo provocaría su vista por el cansancio de llevar tanto rato conduciendo?
Fuera lo que fuera ya no podría hacer nada...
Pasaban las horas y el doctor no salía. Víctor estaba muy nervioso, eran las tantas de la madrugada, y desde que llegó al hospital no había ni una sola persona ahí. Estaba todo vacío. El hombre esperó media hora más, pero no pudo aguantar. Llamó a la puerta por donde había visto por última vez entrar al doctor y donde habían metido a su esposa.
Sobre la puerta ponía ”Maternidad”. Abrió una enfermera de unos cincuenta años, canosa...
Enfermera: ¿Disculpe? ¿Quería algo?
Víctor: Quiero saber cómo está mi mujer. Ha entrado hace unas cinco horas y nadie me ha avisado ni nada...
Enfermera: Aquí dentro estamos atendiendo dos partos a la vez señor. Espere, veré que puedo hacer...
La mujer entra para adentro y a los pocos minutos vuelve a salir.
Enfermera: ¿Es usted familiar de Trinidad Martínez o Paula Vázquez?
Víctor: No, mi mujer... mi novia se llama Ana Robles. Acaba de entrar hace unas cinco horas ya le digo...
Enfermera: Mire los DNIS que tenemos... ¿Es alguna su novia?
Víctor: No... por favor, ¿esto debe ser un error verdad? Dígale al doctor que salga, el fue el que nos atendió.
Enfermera: ¿Qué doctor? Ah... el doctor Ruano terminó su jornada hace dos horas. Se ha ido a casa.
Víctor: ¿Y mi chica? ¿¡Dónde coño está!? ¡Déjeme entrar! Voy a buscarla...
Enfermera: Lo siento, aquí no hay ninguna “Ana Robles”...
La enfermera, muy molesta y pensando que Víctor era el típico pesado que se dedicaba a molestar le cerró la puerta en las narices.
Víctor, muy enfadado ya volvió a llamar a la puerta y en cuanto la enfermera la abrió, este la empujó con fuerza y se coló en Maternidad para ver si realmente estaba allí Ana...
Pero para sorpresa de Víctor, la enfermera tenía razón. La sala que había tras la puerta de Maternidad solo tenía dos mujeres, las dos habían tenido ya a sus hijos y allí no estaba Ana. ¡Era imposible!
Enfermera: ¡Seguridad! ¡Seguridad!
Los de seguridad vinieron al rato...
Enfermera: Este hombre... está loco. Dice que su novia o yo que se ha entrado aquí ha tener a su hijo, pero aquí no ha entrado dicha persona. Se lo aseguramos, mire la comadrona y yo llevamos aquí desde las siete de la tarde y no ha entrado ninguna mujer que entre en la descripción.
Víctor: ¡No me toquen los cojones! ¡¿Dónde coño está Ana!? Me atendió el doctor Ruano... quiero hablar con el. El sabrá que ha sido de ella.
Segurata: Debe acompañarnos, ha entrado usted sin ningún permiso a una sala de parto... esto le va a costar un buen paquete.
Víctor: Me importa una mierda. Yo llegué aquí con mi novia a las once de la noche, el doctor salió y la metió para adentro.
Enfermera: ¡Vamos a ver! El doctor no metió a nadie para dentro... ¡Llévenselo de aquí ya! Bueno... no estoy muy segura, yo estaba atendiendo el parto, no me acuerdo.
El segurata se llevó al hombre hasta la sala de espera. Allí lo hizo sentar en una silla.
Víctor: Debe creerme, yo entré aquí con mi novia embarazada y ahora no está ni mi novia ni mi hijo. Y ese doctor lo sabe todo... seguro...
Segurata: Mañana a las diez o por ahí viene el doctor, háblelo con el...
Víctor: ¡Vamos a ver cojones! ¡Yo me voy a comisaría o a donde haga falta a denunciar la desaparación! ¡Esto no es normal joder!
Víctor estaba muy enfadado... golpeaba las sillas y se levantó. Iba a comisaría a denunciar una supuesta negligencia médica....
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