postheadericon La Despechada cap. 11

Capítulo 2x05 (11): El secreto mejor guardado.

María Adelaida subió rápidamente las escaleras traseras al torreón. Una vez arriba subió al desván y consiguió despistar a Jun Alberto, al menos durante un tiempo. Juan Alberto bajó por las escaleras delanteras y fue al comedor, donde estaban ahora reunidos Encarnación, Jeremías, Ricardo y Humberto. El también se sentó junto a ellos.

Encarnación: Os he llamado para deciros que acabamos de matar a mi hermana Rosa.
Jeremías: ¿¡Qué!?
Ricardo: ¡¿Tu estás loca?! ¡Zumbada!
Encarnación: Hasta ahí quería yo llegar.... Tu, ya te puedes ir haciendo las maletas y largándote de aquí, si vivías aquí es porque le diste pena a mi hermana y te llamó ¿estamos?
Ricardo: Por favor, te lo pido de rodillas si hace falta (se arrodilla) pero no quiero volver a dormir en la calle... por favor, haré lo que sea.
Encarnación: Está bien, quiero que te libres de toda prueba que nos meta en el asesinato de Rosa. En cuanto pase un tiempo y vean en comisaría que ella no aparece, empezarán a preguntar... El cadáver está escondido en un lugar seguro.



Humberto se levantó y grito.

Humberto: ¿¡En un lugar seguro!? ¿Detrás del garaje verdad? Lo hemos averiguado.
Encarnación: No te olvides que sigues siendo mi hijo y yo mando en ti.
Humberto: Lo siento, pero Adelaida y yo nos vamos de aquí. Y no se os ocurra acercaros a ella.

La puerta del caserón se abrió y entró por ella Hugo, el ex de la despechada.

Humberto: Y tu tampoco, baboso de mierda.
Hugo: ¿Perdona? ¿A que te parto la cara?

Humberto pasó de el y fue para arriba a su habitación a recoger las cosas de María Adelaida y de el. Se iban a un lugar lejos y seguros, donde tener al niño en paz.

Por el pasillo se encontró con ella.

Humberto: Cariño... nos vamos de aquí, ya no pintamos nada.
María Adelaida: Por favor, me quedo contigo todo el rato... tengo mucho miedo después de lo que he visto ahí abajo.
Humberto: Es normal... esa mujer no tiene corazón, ha hecho que maten a su propia hermana con manipulación.

Cuando iban bajando, se quedaron agazapados entre la escalera para oír lo que decían todos en el comedor... ellos oyeron esto:

Juan Alberto: Pero no les podemos dejar ir... pueden ir a la policía.
Encarnación: ¿Y qué sugieres que hagamos?
Juan Alberto: Si le contases eso a Adelaida, la cosa cambiaría...

Flash-back de Encarnación:

Rosa: ¿Qué os ha hecho María Adelaida para que la tratéis así?
Hugo: Yo soy su ex... tuve una hija con ella. De jóvenes, al dejarla embarazada yo huí...
Rosa: Muy valiente por tu parte también...
Hugo: Pensaba que sus padres, los de María se pondrían furiosos, pero la cosa está en que la madre de la abandonó de cuando era pequeña y ella vivía en un orfanato... nadie se preocupó por ella, pero de repente ella apareció en el orfanato con unos moratones en la cara y por todo el cuerpo y dijo que el culpable era yo.
Rosa: ¿Entonces estuviste un tiempo en la cárcel y de sus padres de verdad?

Encarnación estaba muy nerviosa ante esta conversación.

Rosa: Encarna... ¿tu no sabrás ni tendrás nada que ver en este tema no?


Encarnación: Está bien, se lo diré.
Juan Alberto: Pero antes...quiero que sepas que si le dices esto, lo cambiará todo.
Encarnación: Me expongo a ello.

María Adelaida estaba escuchando que hablaban de ella y no pudo evitar bajar. Humberto la siguió.

Humberto: Bueno... nosotros ya nos vamos.
Encarnación: Espera tu asquerosa.
María Adelaida: No te voy a pedir mi sueldo no te preocupes, métetelo por el culo guapa.
Encarnación: No es eso. Solo quiero decirte una cosa. ¿Tu conociste a tu madre?
María Adelaida: ¿A qué viene esto?
Encarnación: Contesta.
María Adelaida: No, yo no los llegué a conocer, viví mi infancia en un orfanato pero esto no viene a cuento.
Encarnación: Solo quería decirte que cada día desde que entraste por esa puerta me arripiento mucho de haberte tenido. Eres la hija mas repugnante que una madre podría tener.

La mujer los empujó afuera y cerró las puertas del caserón de un portazo. Tanto Humberto como María Adelaida estaban bloqueados. Eso no podía ser cierto... María Adelaida no podría ser hija de ese monstruo.

Humberto: No creo que eso sea cierto...
María Adelaida: ¡No me toques! ¿No lo entiendes? ¿Y si es verdad? Estoy embarazada de ti, de mi propio hermano... ¿Sábes como puede salir el niño? ¿Sábes lo que hemos hecho?
Humberto: ¿Quieres que nos hagamos unas analíticas para comprobarlo?

Humberto y María Adelaida estaban a primera hora de la tarde en el hospital. Se habían sacado ya sangre y estaban ahora esperando en la sala de espera a que les dijeran el resultado. El médico salió y les habló.

Médico: El resultado es positivo.... ustedes dos si son hermanos.

En la puerta del hospital, María Adelaida se paró en seco.

Humberto: Tranquila, por favor.
María Adelaida: ¿Por qué me abandonaron Ricardo y Encarnación? ¿Por qué a vosotros dos os cuidaron y a mi no?
Humberto: ¿Llamas cuidar a que nos encierre en un sucio y apestoso desván?
María Adelaida: Quiero abortar...