postheadericon La Despechada cap. 1

1x01 (01): La llave

María Adelaida era una mujer de cuarenta años. Tuvo un amor fugaz del que fue fruto su hija Sofía. La chica nació con una enfermedad cancerígena y necesita tratamiento hospitalario. Dicho tratamiento cuesta mucho dinero, bastante mas del que María Adelaida se puede permitir.

Los Civera eran una de las familias mas ricas de la zona. La señora Civera se llamaba Encarnación y el se llamaba Ricardo. Buscaban asistenta. María Adelaida llamó a la puerta de dicho caserón.

Juan Alberto: ¿Eres la nueva asistenta? Te doy cinco días....
María Adelaida: ¿Perdona? ¿Cómo ha dicho usted? ¿Qué quiere decir con eso?
Juan Alberto: Pues que ninguna de las otras asistentas han durado mas de un mes. Todas están desaparecidas.

A María Adelaida le tembló el pulso. Pensó que el jardinero estaba loco y pasó de el. Entonces una mujer mayor, abrió la puerta.

Encarnación: ¿Eres la nueva chacha? 
María Adelaida: Me presento para ser la nueva asistenta, señora. 
Encarnación: Admitida. Tendrás que quedarte a dormir en esa pocilga. 
María Adelaida: Pero señora, yo no me puedo quedar aquí a dormir. Mi hija esta ingresada en un hospital. Debo ir a verla todos los días hasta que consiga dinero para su tratamiento.
Encarnación: El dinero que cobrarás mensualmente será de 100 dólares. 
María Adelaida: Pero señora, con eso no me llega para el tratamiento.
Encarnación: ¿Lo tomas o lo dejas?
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María Adelaida aceptó el trató y se instaló en la “pocilga” que le habían preparado. El dinero que iba a cobrar era insuficiente para curar a su hija, así que debería robar a esta familia, solo para salvarla. 

Al ponerse en su labor, se cruzó con un hombre mayor de estatura alta que estaba pisando lo que había fregado.

María Adelaida: Si no es mucha molestia, ¿le importaría pasar por allí que no he fregado todavía?
Ricardo: ¿Eres la nueva chacha? Pues toma, es la llave del garaje. Ve allí y límpialo, que para eso te pagamos. Ah y si te cruzas con Juan Alberto, el jardinero, no le hagas caso, porque esta loco y no sabe lo que dice.

María Adelaida salió al garaje. Por el camino se encontró a Juan Alberto, el jardinero limpiando la piscina.

Juan Alberto: ¿Qué tal tu primer día? ¿Son majos los Civera no? Jaja
María Adelaida: Mire... haga usted su trabajo y déjeme a mí hacer el mío.

María Adelaida abrió con la llave el garaje. Estaba todo lleno de polvo. Hacía siglos que no limpiaban eso. Empezó con su labor, pero tuvo que parar porque encontró en lo alto del mueble una caja que se le iba a caer encima. La mujer la puso en el suelo y la caja estaba abierta. 

La curiosidad mató al gato y María Adelaida miró el contenido de la caja. La caja estaba llena de fotografías. En ellas estaban los Civera con el jardinero y otras limpiadoras. En cada foto había una limpiadora diferente. El jardinero era siempre el mismo, pero en más de treinta fotos, cada una tenía una asistenta diferente. 

En ese momento, María Adelaida recordó lo que le dijo el jardinero:

Juan Alberto: ¿Eres la nueva asistenta? Te doy cinco días....
María Adelaida: ¿Perdona? ¿Cómo ha dicho usted? ¿Qué quiere decir con eso?
Juan Alberto: Pues que ninguna de las otras asistentas han durado mas de un mes. Todas están desaparecidas.


Si alguien sabía porque había tenido tantas asistentas los Civera y que había pasado con ellas era el jardinero, María Adelaida guardó la caja donde estaba y se dispuso a preguntar al jardinero.