sábado, 9 de marzo de 2013

postheadericon ¡Ya puedes leer el 3x03 de 'Hijas del Señor'!





Mientras estaban terminando de tomarse el desayuno, las puertas del comedor se abrieron de un golpe, y Sor Pilar entró a grandes zancadas. Detrás de ella iban Gabula y Loli.

SOR PILAR: Buenos días a todas.
MACU: ¡Ni buenos días ni leches! ¡Traer la comida!
SOR PILAR: Tranquilas... tranquilas... la comida llegará, pero todo a su debido tiempo. Antes queríamos contaros algo. Hoy, uno de los primeros manuscritos conservados hasta la fecha de La Biblia será expuesto en la sala de exposiciones del convento. Vendrán a verla muchos obispos de todas partes del país. Lo abriremos al público...
FAUSTI: Anda... qué bien...
DORADA: ¿Y qué tiene esto que ver con el desayuno?
SOR PILAR: Nada. Lo del desayuno ha sido por un desafortunado accidente... han intentado pegarle las manos a una cacerola a mi cocinera, nuevamente... nada importante...
CLOTI: Ja, ja...
GABULA: ¡Ha zido ella! ¡Mira como ze ríe la mu puta! ¡Me cago en Dioh! ¡Ya eh la zegunda vez que me lo hace, la mu cabrona!
TODO EL MUNDO: ¡Ohhhhhhhhhhhh!



Sor Pilar se puso muy seria y habló a Gabula.

SOR PILAR: Gabula, ¿cuánto tiempo lleva usted en este convento?
GABULA: Muchoh añoh, Zeñora.
SOR PILAR: ¿Y no sabe que aquí no se puede blasfemar? 
GABULA: Ya, Zeñora...
SOR PILAR: Loli, pon orden, que se nos suben por las nubes las hermanas.

A la salida, la madre superiora se dirigió a la cocinera.

SOR PILAR: Señoria Crápula…
GABULA: Gabula, zoy Gabula.
SOR PILAR: Perdón, Gabula. Espero que no vuelvan a salir de tus labios esas sucias palabras que distes antes, ¿de acuerdo? El señor no querría que nadie las pronunciase en un convento como este.
GABULA: Pero vamoh a vé… ¡que yo no zoy crihtiana! ¿Cómo coño te lo digo?
SOR PILAR: ¡Que me da igual! Tú trabajas en el convento y aquí hay una serie de normas que debes respetar. Buenos días.



Cuando terminaron de desayunar, las chicas salieron a dar una vuelta por los jardines del convento. Iban a ver el manuscrito de La Biblia.

FAUSTI: Por lo menos, los jardines son muy bonitos...
SOLEDAD: Faustina, claro que lo son. De hecho, el San Felipe es el tercer convento más grande de toda Europa y el primero de España.
MACU: ¡Ay, qué pesada estás con el San Felipe! Si tanto te gusta, haber venido aquí de un principio y no haber aparecido en nuestro convento.
SOLEDAD: Pues ojalá hubiera sido así, porque no me he perdido nada en el Santa Teresita.
DORADA: Mirad, es allí, la sala de exposiciones.

Todas entraron a la sala. Había mucha gente, al final del todo, sobre una especie de altar, estaba el libro, en un atril. Y un gran cordón separaba el altar de la gente.

FAUSTI: ¡Dios bendito! ¡No puede ser cierto...!
SOLEDAD: ¡Este manuscrito debió ser uno de los que usaron los apóstoles para escribir!
MACU: ¿Los apóstoles? ¿Quiénes son esos?

Una hermana que estaba al lado, se asombró al oír a Macu preguntando eso.

MONJA: Que broma de más mal gusto... no saber quiénes son los apóstoles, ja ja.
MACU: Huy, jeje...
DORADA: ¿No sabes quiénes son, verdad...?
MACU: Pues no. Supongo que cuatro drogatas, ¿no?
FAUSTI: ¡Inmaculada, por Dios! ¡Son los discípulos de Jesús!
SOLEDAD: ¿Es que tú nunca has leído una Biblia o qué?
MACU: Claro que no... Si de hecho no soy ni virgen.

La gente comenzó a irse, y se quedaron solas las chicas.


MACU: Ey... ¿no os apetece verlo de más cerca?
SOLEDAD: Hombre, pues sí nos apetecería... pero no se puede tocar.
DORADA: Es cierto, ahí lo pone: No tocar.
MACU: ¡Bah! ¡Me come la chirla lo que ponga ahí! No va a hacer ningún mal que cojamos el libro un momentín.
DORADA: Macu, ni se te ocurra... ese manuscrito es antigüísimo... se te podría caer al suelo y desplomarse las páginas de su eje.
MACU: ¿¡Qué tonterías son esas...!?

La hermana cogió el libro y lo abrió. Estaba escrito a mano, y las páginas estaban amarillas.

DORADA: Venga, colócalo ya en su sitio.
FAUSTI: ¡Espera, que yo también lo quiero ver!
MACU: ¿Por qué no lo llevamos a nuestra habitación para leerlo tranquilamente?
DORADA: ¿¡Qué!!? ¡Lo que faltaba!
MACU: ¡Siiiiiiiiiiiiiiii! Y luego lo devolvemos…
SOLEDAD: A ver, ¿No os habéis enterado de que luego van a venir obispos de todas partes del país a ver la exposición? ¡No os podéis llevar eso! Ni locas.
MACU: Ni caso a la loca.



Loli estaba terminando de hacer las camas de la segunda planta cuando se dio cuenta de que en las sábanas de una de las habitaciones parecían estar pegajosas.

LOLI: Agg… solo Dios sabrá que será esto…

De repente, llegaron unos monjes corriendo.

MONJE 1: ¡Hola!
LOLI: ¿Qué ha pasado aquí? Porque mirad como están las sábanas…
MONJE 2: Es que… hemos estado… hemos estado…
MONJE 1: ¡Comiendo caramelos!
LOLI: ¿Caramelos? 
MONJE 2: Si, bueno… uno se cayó y se quedó pegado a la cama.
LOLI: ¿Y eso se supone que me lo tengo que creer, no?
MONJE 1: Puff…
LOLI: Anda, anda… espero que no se vuelva a repetir.

Loli se marchó de la habitación con las sábanas en la mano para llevarlas a la lavandería, cuando a la misma vez entró Cloti a la habitación.

CLOTI: ¡Dios os bendiga! ¿Ya habéis limpiado los váteres del ala sur?
MONJE 2: Si señora. ¿Algo más?
CLOTI: Por hoy no. Ya cuando me manden a limpiar otra cosa os aviso.
MONJE 1: ¿Cuánto tiempo nos va a tener así?
CLOTI: ¡Hasta que os confeséis! Lo que estáis haciendo no tiene nombre... dos monjes, hechos y derechos… fornicando por las habitaciones…
MONJE 2: ¿Cómo nos vamos a confesar? ¡Se chivarían a Sor Pilar y adiós al convento!
CLOTI: Puedo conseguiros una hermana que os absuelva del pecado…
MONJE 1: ¿Una hermana? ¿Tú no puedes?
CLOTI: Vamos a ver… ¿tú me ves a mi vestida de panoli con la crucecita colgando y rezando a todas horas?
MONJE 2: Oye… no te pases. No te burles así de las hermanas del Señor.
CLOTI: ¡Más os burláis vosotros! ¡Invertidos!

Los dos monjes se miraron entre si y aceptaron la propuesta de Cloti.

MONJE 2: ¿Y cómo dices que se llama esa hermana que tú conoces?
CLOTI: Dorada, es Dorada. ¡Ir a verla!

Los dos salieron corriendo de la habitación a buscar a Dorada. Cloti se estaba meando de risa.

CLOTI: ¡Jajajaja! Lo que me voy a reir 



Macu, Fausti y Soledad iban caminando por el jardín del San Felipe. Tenían el manuscrito en sus manos. Lo iban leyendo por el camino.

SOLEDAD: No entiendo que pone aquí…
MACU: ¡A ver! Trae aquí, paleta.
SOLEDAD: ¡Con respeto!
FAUSTI: Lo vais a romper… ¡Lo vais a romper!
MACU: ¡Que no!

Entonces, en ese mismo momento, Sor Pilar atravesaba el patio.

SOLEDAD: ¡Sor Pilar!
MACU: ¡Ay mai! ¡A esconderse!

Las tres fueron corriendo detrás de un enorme pozo que había por allí. Se agazaparon del lado contrario al que estaba pasando Sor Pilar. La mujer, cómo no, se dio cuenta de que estas se estaban escondiendo de ella.

SOR PILAR: Que raritas…  (Se acerca al pozo) Perdona… ¿estáis huyendo de mi?

Las otras tres se hicieron las suecas y no contestaron.

MACU: (En voz baja) ¡El libro! ¡Esconder el libro!
SOLEDAD: ¿¡Dónde!?
FAUSTI: Dios mío… ¡quien me dijo a mí de meterme en estos fregados!

Macu, sin pensárselo dos veces cogió el libro y lo arrojó al pozo. Sor Pilar llegó a donde estaban ellas. Soledad y Fausti estaban heladas ante lo que acababa de hacer Macu.

SOR PILAR: ¿Alguien me va a explicar qué está pasando aquí?
MACU: ¡Nada! Estábamos tomando el sol…
SOR PILAR: No soy tonta… os he visto venir corriendo aquí cuando yo he aparecido por el patio.
FAUSTI: Pues habrá sido casualidad. Es más, estábamos rezándole a la virgen.
SOR PILAR: ¿Rezándole por qué?
MACU: Por una amiga nuestra… que le rompió los papeles a su jefe, y como el jefe se entere, la pobre va a tener que irse a tomar vientos…
SOR PILAR: ¡Oh! Bendita sea esa mujer.
TODAS: Bendita sea, si.
SOR PILAR: Que pasen buena tarde.

Sor Pilar se marchó. Las tres se asomaron al pozo.

MACU: ¿Y ahora qué?
FAUSTI: ¿¡Ahora qué!? O sea… robas el libro, lo tiras a un pozo… y ¡¿AHORA QUÉ!?
SOLEDAD: Está claro. O bajamos a buscarlo, o nos veo a las tres yendo a “tomar vientos” 
MACU: A ver, tranquilas… no pasa nada. Voy a llamar a algún albañil de esos que tiene que haber parados por ahí, que seguro que se parten el costado por cincuenta cochinos euros.
SOLEDAD: Mira… más vale que tengas el libro antes de las cinco, sino yo lo cuento todo.
FAUSTI: ¿Cómo?
SOLEDAD: Avisadas estáis.

Soledad se marchó de allí, muy enojada con las otras dos.



Dorada estaba en la iglesia del San Felipe, orando.

DORADA: Y espero, que allá donde estén, se quemen todos en el infierno. Amén…

Dos monjes llegaron.

MONJE 1: Buenas tardes. ¿No va a ir usted a comer?
DORADA: No tengo hambre, gracias.
MONJE 2: ¿Es usted Dorada?
DORADA: Sí, ¿por?
MONJE 2: La estábamos buscando.
DORADA ¿A mí? ¿Para qué?
MONJE 1: Verá… es que queríamos confesarnos. Y quién mejor que usted para ello… nos han recomendado acudir a usted.
DORADA: Pues bueno… Contarme. ¿Qué os pasa?
MONJE 2: Verás, te va a sonar muy fuerte… pero el caso es que…
MONJE 1: Somos homosexuales.
DORADA ¿Cómo?
MONJE 2: Eso… somos… homosexuales.
DORADA: ¿Y cómo pretendéis que os absuelva eso? 
MONJE 1: ¡Pues haciéndolo! Dios lo perdona todo.
DORADA: No. Todo no.
MONJE 2: ¡Por favor…! Hágalo… se lo suplico…
DORADA: En fin… yo os absuelvo de todos vuestros pecados, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
MONJES: Amén.
DORADA: Alé. Ir con Dios. Y portaros bien.

Los dos monjes se fueron, más aliviados ya.

DORADA: Anda que si yo fuera tendera… me iba a hartar de contar chismes, ja ja.



Fausti y Macu estaban en el puente del estanque esperando que llegara la persona que iba a bajar al pozo a recoger el libro. Ya habían colocado una gran soga que colgaba desde el hierro de arriba. Estaba muy bien sujeta.

FAUSTI: A ver si llega… ya son las cuatro y cuarto pasadas…
MACU: ¡Míralo! Allí está.
FAUSTI: ¿Dónde?
MACU: ¡Aquél!
FAUSTI: Huy… ¿ese no va muy encorbatado?
MACU: No. Le gustará venir así. ¿Quién va a ser sino?

Las dos se acercaron al hombre.

MACU: ¡Hola! ¿Eres tú el de la llamada?
HOMBRE: Si, si… ¡Hablamos antes por teléfono! Estoy deseando de ver…
FAUSTI: (Lo agarra) ¡Pues venga! No se hable más… vamos al lío.
HOMBRE: ¿Pero no habíamos quedado en que era a las cinco?
MACU: No. Te dije que llegaras antes de las cinco.
HOMBRE

Flashback
SOR PILAR: Hola, ¿obispo Fernández?
HOMBRE: Sí, soy yo.
SOR PILAR: ¡Buenos días! Soy Sor Pilar, la dueña del San Felipe.
HOMBRE: Ah… he oído hablar de usted, ¡Dígame!
SOR PILAR: Bueno, he estado mirando en la lista de obispos de la ciudad y le he encontrado a usted. Quería invitarle a que viniese esta tarde a las cinco para ver los primeros manuscritos hallados hasta la fecha de la Biblia.
HOMBRE ¡¿En serio?!
SOR PILAR: ¡Claro! Venga usted a las cinco, recuerde. Adiós.
HOMBRE: Adiós.

El obispo salió de su casa a las tres, porque quería llegar 45 minutos antes al convento, para verlo entero. Ya que nunca lo había visto.


Sor Pilar y Loli entraron a la sala de exposiciones del convento. Se sentaron en una sillas a esperar a que fueran llegando los obispos.

LOLI: ¿Y has invitado a alguno en especial?
SOR PILAR: He invitado a varios, pero no los conozco en persona. Al obispo Márquez, al obispo Fernández, al obispo Pocostales…
LOLI: Ya estarán al llegar 


Gabula estaba en la cocina, como siempre, cocinando. Entró por la puerta Cloti.

CLOTI: Hola…
GABULA: Poh hola…
CLOTI: ¿Qué aburrimiento, no?
GABULA: Poh zi…
CLOTI: Claro… normal. Tú también eres atea, ¿verdad?
GABULA: Zi…
CLOTI: Ahora estará todo el mundo yendo a la exposición esa.
GABULA: A mí me la bufa la ehpozición eza…
CLOTI: Pues igual…

Clotilde se mostró interesada en hacer algo divertido con su compañera.

CLOTI: ¿Qué te parece si hacemos juntas la cena de hoy? Podría ayudarte…
GABULA: ¿Qué? ¿A lah cuatro y media? A ti te falta un tornillo, ziquilla…
CLOTI: Jo… 

Cloti se marchó de la cocina, pues no terminaba de caerle bien a la cocinera.



En el pozo, Macu y Fausti estaban intentando hacer que el hombre bajase a por el libro.

HOMBRE: ¡Que no bajo yo ahí! Por el amor de Dios… si yo solo he venido para…
MACU: ¡Que si! Que ya sabemos que has venido para cobrar. Pero primero bajas, ¡y después apoquino!
HOMBRE: Virgen de las Fragatas.
MACU: Mira… albañil de pacotilla, empiezo a estar hasta la floripondia de que llames a la virgen esa ¿eh? ¡Baja de una vez!
FAUSTI: Señor... ¡baje ya, hombre!
HOMBRE: Ay… ¿qué queréis que coja?
MACU: ¡Sii! El libro. El libro que hay abajo.

El hombre bajó obligado por la cuerda. Cuando estaba por la mitad, otro señor llegó a donde estaban las dos hermanas.

ALBAÑIL: Hola.
MACU: Adiós.
ALBAÑIL: Perdona… ¿eres Macu?
FAUSTI: ¡!
MACU: Si… ¿por?

Macu se temía lo peor.

ALBAÑIL: Soy el albañil. El que iba a bajar al pozo.
FAUSTI: ¡Dios Santo! Si este es el albañil…
MACU: ¡¿Quién es el hombre que hay ahí abajo!? 
ALBAÑIL

En ese momento, la cuerda se rompió y sonó un ruido de caída abajo del pozo.

HOMBRE: ¡Ahhhh!
ALBAÑIL: ¡Se ha caído!
MACU: ¡Tócate los cojones! Eso ya lo sabemos.
FAUSTI: ¡Macu, habla bien! Hay que bajar a sacar a ese señor de ahí.
MACU: ¡Y el libro! Hay que coger el libro.
ALBAÑIL: No se preocupen. Traje yo unas sogas por si pasaba algo.

El albañil colocó las sogas en el pozo y se dispuso a bajar a por los manuscritos y el obispo.

Era ya casi la hora de la exposición. Muchos obispos habían llegado. Sor Pilar y Loli se acercaron a donde debía de estar el manuscrito, para comenzar la charla… pero éste no estaba.

SOR PILAR: Loli… ¿Me puedes explicar dónde está el manuscrito?
LOLI: ¡No lo sé señora!
SOR PILAR: Loli…. ¡BÚSCALO!

La madre superiora dio tal grito que todos los asistentes se callaron como chuchos.

OBISPO 1: ¿Qué ocurre?
SOR PILAR: Nada… ustedes sigan mirando los cuadros… estamos esperando a alguien. (Hacia Loli) Encuentra ese libro, YA.

En el pozo, el albañil había conseguido echarle la cuerda al obispo Fernández y que este subiera por ella. También habían recuperado los manuscritos, aunque estaban todos mojados.

HOMBRE: ¡Están todas locas en este convento!
FAUSTI : Lo sentimos mucho… de verdad.
HOMBRE: ¡Los voy a denunciar, a todos!

El obispo se fue muy enojado. Y el albañil también, habiendo cobrado el doble. Ahora le tenían que llevar el manuscrito mojado a la exposición. Pero ya era tarde… Loli estaba tras ellas y las estaba viendo en ese mismo instante con el manuscrito mojado en sus manos.

LOLI: ¿Qué habéis hecho?
MACU: ¡Virgen del camino seco!
FAUSTI: Se nos va a caer el pelo…
MACU: ¿El pelo de dónde?
FAUSTI: El pelo hija, el pelo.


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