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lunes, 22 de agosto de 2011
Hijas del señor cap. 2
5:24 |
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Nadie sabía que estaba ocurriendo. Dorada había mandado a reunir a todas las monjas del convento Santa Teresita en el comedor central.
MACU: ¿Y qué querrá esta ahora?
FAUSTI: Seguro que algo importante…
MACU: Ya debe ser importante para despertarme a mí a las tres de la mañana…
REBE: ¡Cállense hermanas! ¡Por favor!
Las puertas del comedor se abrieron. Entró Chiva.
CHIVA: Atención. Sor Dorada entra.
Todas las monjas se pusieron en pie menos Macu.
REBE: (susurrando) ¡Levántate!
MACU: ¡Estoy cansada leñe!
DORADA: Gracias a todas, hijas mías. Podéis sentaros.
La anfitriona tomó asiento en una especie de escritorio que estaba al frente del comedor, sobre un pedestal de mármol.
DORADA: Muchas de vosotras os preguntaréis porqué os he llamado aquí a esta hora ¿me equivoco?
FAUSTI: Que si se equivoca…
DORADA: ¿Perdón?
FAUSTI: Nada, nada…
DORADA: Y la razón es simple. El padre Santiago ha pecado. Ha cometido un terrible pecado, el cual no merece ni ser pronunciado.
MACU: ¡Estaba dándole a la zambomba!
Se oyó un corro de “¡Oh!” alrededor del comedor. Todas las monjas miraban a Macu.
DORADA: Gracias Inmaculada… por tus “sabias” palabras… En fin, bueno, quería deciros, que si alguna de vosotras ve a el padre Santiago, que me lo haga saber. Y esto va tanto para monjas, como para monjes (mira a los monjes)…
REBE: ¿Nos podemos ir a la cama ya?
DORADA: ¡SILENCIO!
CHIVA: Silencio... va a hablar la madre Dorada, por favor…
DORADA: Gracias Chiva, pero no necesito nada de tu humilde ayuda. Otra cosa más, os comunico que mañana a primera hora de la mañana darán comienzo las clases de cuidado de bebés. Aunque no podáis tener un hijo, eso no tiene que decir que seáis unas ignorantes a la hora de cuidar un niño, por eso debeis aprender.
Mientras Dorada seguía hablando, Macu, agachada, fue andando hasta la puerta de salida y camuflándose detrás de las demás monjas salió al pasillo.
MACU: ¡Oh! Que agobio de tía…
La monja vio pasar corriendo al padre Santiago.
MACU: ¡Padre!
SANTIAGO: Por favor, Inmaculada, no me delate…
MACU: Vale… pero quiero algo a cambio.
SANTIAGO: ¡¿El qué?!
MACU: Fugarme con usted.
SANTIAGO: No.
MACU: Entonces, no hay trato. Usted nunca debió masturbarse aquí en este convento. Más vale un polvo al año que mil pajas en el baño.
Macu abrió la puerta del comedor de un golpe y gritó:
MACU: ¡Está aquí! El padre Santiago está aquí.
Dorada le vio. Y saltó del pedestal en dirección a la puerta. Santiago salió a correr también.
MACU: Padre, aquí donde las dan las toman, a chincharse.
Pero por mucho que Dorada corrió, no logró alcanzar al padre Santiago.
DORADA: Gracias Inmaculada, por hacer usted algo noble aunque sea una vez en su vida.
Rebe y Fausti estaban en el patio, con la hermana Petra. Intentando que hablase.
REBE: ¡Vamos hermana! ¡Usted puede! No se lo vamos a contar a nadie…
FAUSTI: ¡Sí! Además, ya has pecado hablando el otro día.
PETRA: No puedo…
REBE: ¿Ves? Ya has hablado ¿A que es fácil? ¡Oh! Empiezan las clases de madre.
Llegó Macu, estaba comiendo unos bollos
MACU: ¿Quién las da?
FAUSTI: Chiva.
REBE Macu, estás siempre comiendo bollos ¡Eso tiene mucho azúcar! Y tu no tienes muy buen tipito que digamos...
FAUSTI: Cualquier día te va a dar algo...
MACU: No, cuando yo muera, quiero irme en paz como hizo mi abuelo, durante la siesta, y no gritando como el resto de pasajeros que iban en su coche.
REBE: ¿Cómo? ¿Qué le pasó a tu abuelo?
MACU: Ja ja.
PETRA: Me voy a las clases.
Petra se marchó. Y todas fueron detrás.
En la biblioteca, un coro de hermanas rodeó a Chiva. La monja, tenía sobre una mesa una caja con muñecos baby.
CHIVA: Han de saber, que un hijo es lo más importante que toda mujer puede tener.
REBE: ¿Más que la religión?
CHIVA: En efecto, hermana. Inmaculada, ¿serías tan amable de ir a la habitación de al lado? Es que me he dejado los biberones ahí.
MACU: ¿Y por qué no vas tu andando?
CHIVA: Anda Inmaculada… hágame ese favor, ya sabes mi problema a la hora de andar…
MACU: Eres coja, todas lo sabemos. Mira Chiva, te voy a decir una cosa. Yo si quisiera no iría yo a por los biberones, sino te llevaría a ti. Si fuera Superman te llevaría, pero como no lo soy, te jodes y vas andando.
Las demás monjas se escandalizaron y comenzaron a meterse con Macu.
REBE: ¡Dejadla en paz! Macu, te has pasado. No te preocupes Chiva, yo voy.
Rebe vino con los biberones.
CHIVA: La primera lección de hoy es cómo coger al bebé…
Mientras tanto, el padre Santiago se había colado en la habitación de Dorada. Dorada estaba aún dormida. Se despertó de golpe.
DORADA: ¡Oh!
SANTIAGO: Dorada, tome (le entregó un ramo de flores).
DORADA: (se las tira al suelo) Saque usted sus pezuñas de mi cama ahora mismo. ¡Impresentable!
SANTIAGO: Deme otra oportunidad aquí.
DORADA: Dios no te la daría.
SANTIAGO: Pero tu no eres Dios, eres Dorada y se que me la darás.
La mujer se puso en pie.
DORADA: Vamos a ver, ¿qué gano yo dándote una oportunidad si lo único que has aportado tu aquí han sido disgustos?
SANTIAGO: ¿Y que ganas echándome?
Ya las chicas en su habitación con un bebé cada una…
FAUSTI: Pues no veo yo esto de andar cuidando un bebé durante a un día.
MACU: A mi me estresa mucho, pero podré con el.
FAUSTI: Macu hija, no te ofendas, pero tu no podrías cuidar ni de un melón.
MACU: ¿Ah que no?
REBE: ¡Ya basta! ¡Callaros ya de una….
MACU: ¡¡¡BLASFEMIA!!!
REBE: ¡No he llegado a decir nada!
Se quedan todas calladas...
MACU: A ver, pero creo que mejor que los monjes, los vamos a cuidar nosotras... no me imagino a un hombre ganando el premio a "la mejor madre".
REBE: ¿Y por qué? ¿Qué tienes en contra de los hombres?
MACU: Su coeficiente intelectual no llega ni al 0'1.
FAUSTI: Mirad, si vosotras queréis humillar verdaderamente a un hombre, solo tenéis que decirle en público: "¿Me sujetas el bolso?"
Macu se empezó a reir y con la torpeza calló el muñeco baby al suelo y se le arrancó la cabeza.
MACU: ¡Buah! Era de los chinos...
Al día siguiente, estaban repartiendo los premios de los que habían conseguido mantener el muñeco intacto durante todo el día.
DORADA: El segundo premio es para la hermana Rebeca.
REBE: ¡Bien! Gracias.
DORADA: Y la hermana ganadora al premio a la mejor madre es… ¡¡¡PETRA!!!
Macu se molestó.
MACU: Normal, el niño cuando le ve la cara de momia que tiene se calla, ¿cómo va a hablar? ¿para que el coco le coma?
REBE: Oye ¿qué estas llamandoa Petra fea?
MACU: No, fea no, solo la llamo antiestética.
Al salir todas de la biblioteca, se encuentran por el pasillo con Santiago.
REBE: Vaya mirad chicas quién está aquí.
SANTIAGO: Por favor. Déjenme en paz.
MACU: ¡Guarro! ¡Pordiosero!
El padre se enfureció y le arrojó los libros a Macu, con la mala suerte de darle en la cabeza la hermana Petra. Petra echó a llorar.
PETRA: ¡Ahahahahahahaha! Me dolió…
FAUSTI: ¡En toda la molla! A de Dorada que vas Santiago.
SANTIAGO: Hay Dios mío… de esta si que no me libro.
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