lunes, 29 de agosto de 2011

postheadericon El zoo cap. 12





Fabio cogió un extintor. Lo vació sobre su madre, esta estaba ardiendo en llamas. Shaw se dejó caer al suelo y llamó a su hijo Fabio, le quería decir unas palabras antes de que llegara su final.

SHAW: Sé que me quieres Fabio.
FABIO: Madre no... no. ¡Se va a recuperar! ¡Llamar a una ambulancia!
NATALIA: No. Lo tiene merecido.
PAUL: Iros del zoo.
FABIO: ¡Pero si se está muriendo! ¡Maaaaaaaadre! (llora)
SHAW: Hijo, por lo que más quieras, ¡véngame! Venga mi muerte... te quiero... adiós.

María Shaw había muerto. Y esta vez, para siempre. Fabio lloraba a lágrima viva. 

NACHO: Llévatela de aquí. Vete de aquí. 

Fabio miró aténtamente el cuchillo que aún estaba en el suelo junto al cadáver de su madre. En menos de dos segundos, lo cogió y lo puso al cuello de Nacho.

FABIO: Y tu te vienes conmigo.

Paul, Natalia y Ángela chillaron.

NATALIA: ¡Suéltalo!
PAUL: No tienes ninguna salida... déjalo en paz, Fabio, tienes un pie en la cárcel, ya lo sabes.
FABIO: ¿Tengo un pie en la cárcel? ¿Por qué motivo? ¿No es mejor tener motivos? (aprieta el cuchillo contra el cuello de Nacho) ¿No? Es que si no hay crimen, no me van a poder meter...
ÁNGELA: Eres mi papá. Me he enterado... por favor papá, deja en paz a Nacho. Es mi amiguito, y no quiero que se muera.
NACHO: ¡Haz caso a la niña!
FABIO: ¡Cierra el pico!

Ángela miró con ojos tristones a Fabio, su padre biológico y este cedió ante su mirada y soltó a Nacho. Cogió el cuerpo de su madre y se marchó.



Habían pasado quince días, desde la vez en la que María Shaw se coló en el zoo a buscar a Ángela, sin éxito, pues había muerto quemada. Fabio, cogió su cadáver y lo llevó lejos a algún lugar, habiendo prometido que vengaría la muerte de su madre.

Celia seguía sin que nadie la encontrase, enterrada en algún lugar. Además, Marta estaba herida, le dolía mucho el cuello, no se sabía si era efecto de la enfermedad o qué. Hoy llegaba Lola, su madre a ayudarla con el negocio. Los especialistas salieron en dirección a la Luna. Algo falló, jamás nadie supo nada de ellos, ni del Proyecto Maponto.

Quince días habían bastado para que Paul se diera cuenta que jamás iba a encontrar a su madre. Hoy mandaban a un director asignado por la Asociación de Zoológicos.

MARTA: Hoy es el día…
NATALIA: Sí, por tontos. Podríamos habernos presentado alguno de nosotros a dirigir este zoo y no tendríamos este problema ahora, a saber a quien nos mandan de director.
MARTA: Encima, no le conocemos…

Ángela llegó corriendo.

ÁNGELA: ¡Mamá! Ha llegado un coche negro, se ha bajado un señor de el. 
NATALIA: ¡Oh! Creo que es el…

Un señor muy encorbatado entró por las puertas del zoo. Frente a el, estaban Nacho, Natalia, Paul, Marta y Ángela.

RODRIGO: Buenos días.
PAUL: Hola, muy buenos días ¿es usted Rodrigo Ugualda?
ÁNGELA: jajaja vaya nombre.
NATALIA: ¡Chist! Calla, tonta, anda vete a jugar.
ÁNGELA: Vale.
RODRIGO: ¿La niña supongo que habrá pagado pase para estar aquí?
NATALIA: No, es mi hija.
RODRIGO: Pues tiene que pagar, o no la voy a dejar estar. ¿Mi despacho?
MARTA: ¡Yo! Yo le llevo.

Marta condujo al nuevo director del Zoo Safari hasta el antiguo despacho de Celia.

NATALIA: ¡Los cojones! La niña no va a pagar…
PAUL: Ya… calla, que te puede oír.
NATALIA: Ya se ha ido. ¡Esto con tu madre no pasaba!
PAUL: No, si dentro de lo que cabe, mi madre era buena…

Paul se echó a llorar.

NATALIA: Siento mucho habértela recordado.
PAUL: ¿¡Dónde coño estará!?
NATALIA: Me temo… que eso nunca lo sabremos…



El nuevo director del Zoo Safari sacó unos papeles de su cartera y los metió en los cajones del escritorio de su despacho. En los papeles ponía el logotipo del "Proyecto Maponto". Rodrigo salió del despacho y fue a revisar las instalaciones del zoológico. 

RODRIGO: Esta barra la quiero fuera.
MARTA: ¡Oiga! Que esto es un bar-restaurante. Aquí venimos a pasar nuestros ratos libres.
RODRIGO: En horario laboral, NO hay ratos libres… no os los voy a permitir, así que esta barra FUERA.
MARTA: Mira, Rodrigo…
RODRIGO: A mi no me tutees, yo no soy tu colega del instituto, ni tu amigo de toda la vida. Soy tu jefe y como tal, necesito un respeto. 
MARTA: De acuerdo, Rodrigo.
RODRIGO: Don Rodrigo, querrás decir.
MARTA: Puffffff… sí, de acuerdo DON Rodrigo…



Rodrigo se fue del restaurante.

NACHO: ¿Vaya tío más plasta no?
MARTA: Si…

Se hizo la noche, Paul estaba en casa con Natalia y Ángela. Ángela tenía miedo a dormirse, no quería volver a soñar con la chica descabezada.

NATALIA: Tú duérmete, seguro que mañana, ya estás bien.
ÁNGELA: Mamá, estoy muy preocupada… tengo miedo.
NATALIA: Tranquila cariño, nadie te va a hacer nada.

Natalia salió de la habitación y apagó la luz. Entonces un relámpago iluminó la habitación y Ángela vio delante de su cama la figura de algo...



Al día siguiente… Marta estaba trabajando en el restaurante del zoo.

SEÑORA: ¡Oiga! ¿Y mi café?
MARTA: Espérese, que ya va, ya va su café… ¡Oh! ¡Mamá si eres tu!
LOLA: ¡Hay mi querida niña, dame un abrazo!

Madre e hija se fundieron en un abrazo. Después se sentaron en una mesa a tomar un café.

LOLA: Pues muy bonito todo ¿eh? Te ha quedado ni que pintado...
MARTA: Sí, la verdad es que el traspaso al zoo fue muy bien.
LOLA: Hija, te veo la cara un poco caída... ¿ha pasado algo?
MARTA: Mamá, necesito cambiar de aires un tiempo, necesito relax. ¿Tú podrías encargarte del restaurante durante un tiempo? Necesito salir de la rutina.
LOLA: Hija, el bar está en mis manos. Lo cuidaré como oro en paño... además, ¡es de la familia!

Marta se marchó, para no volver en un tiempo. Ahora era Lola quien llevaba el bar del zoo.



Paul entró con Natalia y su hija al zoo.

PAUL: Ya tengo más que afrontado que jamás la voy a encontrar… ya ha pasado mes y medio.
NATALIA: Bueno, hay que tener esperanza.
PAUL: Y también ser realista…

Paul observó unos arañazos que tenía Ángela en la cara.

PAUL: Ángela cariño, ¿qué te ha pasado en la cara?
ÁNGELA: ¿Esto? (señala el arañazo) Es que la niña se enfadó conmigo porque no quise ir con ella.
NATALIA: ¿De qué niña hablas hija mía?
ÁNGELA: ¡La niña del sueño! La descabezada, estuvo anoche en mi habitación y tú no me querías creer. Yo la vi, mi sueño se cumplió...

Flashback: La noche anterior
NATALIA: Tranquila cariño, nadie te va a hacer nada.

Natalia salió de la habitación y apagó la luz. Entonces un relámpago iluminó la habitación y Ángela vio delante de su cama la figura de algo. Ángela se levantó de la cama.

ÁNGELA: ¿Quién eres?
PERSONA: Odio la luz, vivo en la oscuridad, ven conmigo y lo descubrirás.
ÁNGELA: Me das miedo...

De repente, esa persona le propició un arañazo en la cara a la niña, esta reaccionó instantáneamente y encendió la luz. Delante de su cama la miraba fijamente una niña. Tenía los ojos grandes como platos y no pestañeaba. De un segundo a otro, se le desgarró la cabeza y fue a parar al suelo.

Ángela salió hacia la puerta del dormitorio y la intentó abrir, pero estaba cerrada a fuerza. No era capaz. Intentó gritar para llamar a su madre, pero la voz no le salía de lo temblorosa que estaba.... se giró y la niña ya no estaba.




Un grupo de chicos del colegio iba de excursión por el campo. Iban en un camino pie a la carretera. Solo lo separaba de esta, una cuneta.

NIÑO: ¡Profe profe!
PROFESORA: Dime Jorge.
NIÑO: ¿Podemos ir a hacer pis ahí?
PROFESORA: Si, pero daros prisa.

Los niños bajan a orinar a la cuneta.

NIÑO 1: Aggg no seas guarro.
NIÑO 2: ¿Por qué?
NIÑO 1: ¡Le estas meando la mano!
NIÑO 2: ¿Qué dices Jorge?
NIÑO 1: ¡Mira!

El chico se dio cuenta que debajo de ellos había una mano, estaba enterrada. Pertenecía a Celia. El chico avisó a la profesora. Esta se asomó y desenterró un poco más y vio el brazo de la mujer. Asustada, ante el hallazgo del cadáver, esta llamó a la policía...

Lola fue al despacho de Rodrigo a comunicarle que había tomado el puesto de su hija en el bar. Este no estaba en su despacho. Lola era una mujer muy cotilla, así que pasó y registró en los cajones del escritorio. En uno de ellos encontró algo que le llamó mucho la atención, era la carpeta del Proyecto Maponto, con una Luna de logotipo. Su hija Marta tenía una carpeta igual a esa.

Flashback
LOLA: ¿Dónde vas a estas horas hija?
MARTA: Mamá, tu sabes que mi trabajo es muy tarde.
LOLA: ¿Pero por qué no me puedes decir en qué trabajas?
MARTA: Lo siento mamá, es muy arriesgado.
LOLA: ¡Que tu no vas a ningún lado hasta que no me lo digas! ¡Hombre ya!

En un forcejeo entre madre e hija, a esta segunda, se le calló una carpeta roja, con el símbolo.

LOLA: ¿Qué es eso hija?
MARTA: Nada (recogiendo todo). Mamá, mi trabajo es confidencial Ya lo sabes, trabajo en un laboratorio, ya no te puedo decir más.
LOLA: ¿Y por qué tiene una luna pintada?
MARTA: (alucinando) ¡Joder!


Paul estaba comiendo en el restaurante cuando sonó su móvil.

PAUL: ¿Si?
POLICÍA: ¿Es usted Paul? ¿Hijo de Celia?
PAUL: ¡Si soy yo! Dígame...
POLICÍA: Le llamo desde la comisaría. Hemos encontrado el cadáver de su desaparecida madre... estaba enterrada en una cuneta...

Paul dejó caer el teléfono al suelo del shock. Su madre, Celia, estaba muerta.

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