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lunes, 15 de agosto de 2011
El Zoo cap. 10
6:36 |
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Tan solo había que tomar un desvío en la carretera para llegar al Zoo Safari. El lugar, estaba dirigido por Celia, madre de Paul. Al abrir el zoo, Paul va conociendo poco a poco a Natalia, una bella mujer, de unos treinta años y madre de una niña, Ángela. Su padre, Fabio, las había dejado abandonadas, al saber que la niña iba a nacer.
En lugar, de cuidar a su hija Ángela, este estaba con María Shaw. Trabajaba para ella, su madre, desde hace muchos años, y la ayudaba en su incansable búsqueda de los 200 muñecos. Esta mujer, que mataba a niños y los transformaba en muñecos, un día, gracias a la búsqueda de su muñeco favorito (Ashen) en el zoo (que era un antiguo cementerio, donde el muñeco había sido enterrado) conoce por casualidad a Ángela. Ahí, se obsesiona con que la niña sea uno de sus tantos muñecos y por cumplir su objetivo en el misterioso lugar de Raven's Fair.
Marta, encargada del restaurante del zoo, oculta algo, como todo. Ella, se sentía atraída en secreto por Nacho, (el segurata), pero eso es algo que jamás tuvo tiempo de decirle, pues ella estaba inmersa en el "Proyecto Maponto". Proyecto, del cual se pretende conseguir la cura para el cáncer, y fundamentalmente otras cosas más, que descubriremos en los próximos capítulos...
Así mismo, el día de navidad, Celia había abandonado la gran cena de gala que habían hecho en el zoo y justo cuando atravesaba la carretera un coche la arrolló. Era María Shaw y su hijo Fabio. Iban al zoo a encontrar y matar a Ángela. Al ver que habían pisado a Celia, la enterraron pensando que estaba muerta, pero no... estaba VIVA.
María Shaw y Fabio fueron a un lugar apartado y enterraron el “cadáver” de Celia. Cuando acabaron de enterrar, María habló.
SHAW: Vamos a ese zoo. Conseguiremos a la niña.
Estos se montaron en el coche y se fueron. Bajó tierra, Celia abrió los ojos. Estaba enterrada y viva.
Celia intentó coger su móvil. Cuando acertó la mano en el bolsillo intentó sacarlo y gracias a la marcación rápida, pulsó el número 1 y llamó a su hijo Paul.
Era demasiado de noche. Paul ya estaba en la cama, y además tenía el móvil apagado.
Al día siguiente, 25 de diciembre, el zoo no abría, por eso, Paul, Natalia y Ángela se levantaron muy tarde.
NATALIA: Hija, no me vuelvas a dar esos sustos de irte por ahí a la cueva de los murciélagos y perderte ¿estamos?
ÁNGELA: Pero mama...
NATALIA: ¡¿Estamos?!
ÁNGELA: Sí.
Paul fue a desayunar con ellas.
PAUL: Buenos días.
NATALIA: Hombre, “el bella durmiente” ¿qué tal se ha despertado el señor? Jaja
PAUL: No estoy para bromas... tengo un dolor de cabeza impresionante.
NATALIA: Eso se llama resaca.
PAUL: Lo sé. Por cierto, pásame mi móvil. A ver que tal escapó anoche mi madre.
NATALIA: Es cierto, llámala, ayer se fue a mitad de la cena... que sosaina.
ÁNGELA: Toma Paul, el móvil (se lo entregó)
PAUL: Puedes llamarme papá, si quieres.
Paul lo encendió y comprobó que tenía una llamada perdida.
PAUL: ¡Huy! Que raro, es de mi madre, si ella nunca me llama...
Este marcó el teléfono de su madre, pero no obtuvo respuesta alguna.
NATALIA: ¿Qué raro no?
PAUL: Si...
NATALIA: ¿Por qué no vas a su casa a comprobar que todo va bien?
Marta estaba ante la puerta del laboratorio en cuarentena. Lo estaban custodiando dos policías, pero en ese momento, estaban dormidos, así que entró por esta.
MARTA: ¿Doctor?
Marta recogió un documento que estaba en la mesa. "Progeto Maponto" se podía leer en el encabezado.
En el fondo del laboratorio, estaba el doctor Font. Tenía la cabeza gacha. Este levantó la cabeza y la miró.
MARTA: Doctor Font, quiero que me expliques exactamente en qué consiste el Proyecto Maponto.
DCT. FONT: Lo siento. Es confidencial. Tu trabajas para nosotros, te basta con saber que buscabamos vacuna contra el cáncer.
MARTA: ¿Qué pone en estos papeles? "Viage Lumus'luminicus"
DCT. FONT: ¿Quieres saber la verdad?
MARTA: Sí.
DCT. FONT: Viaje a la Luna.
MARTA: ¡¿Qué?! ¿Cómo? ¿Qué tiene que ver esto con el cáncer?
DCT. FONT: Pues es el centro de...
El doctor Font agachó la cabeza de golpe. Estaba muerto. La enfermedad había podido con el.
MARTA: ¿Doctor? ¡Ahh! ¡Dejadme salir de aquí!
Los policías se despertaron de los gritos.
POLICÍA: No podrás salir de aquí.
MARTA: ¡Pero...!
POLICÍA: No haber entrado. Puedes haber contraído el virus.
Los oficiales cerraron la puerta del laboratorio, dejando a Marta dentro.
POLICÍA: Saldrás junto con los demás infectados, en cuanto venga el especialista.
Eran las cuatro de la tarde. Paul no localizaba a su madre por ninguna parte. Este había pedido ayuda a Nacho para localizarla, entre dos sería más fácil.
En esos momentos, estaban peinando toda las carreteras de la zona, incluidos los desvíos. Iban en el coche...
NACHO: Nada... ¡y que no aparece!
PAUL: ¡Joder! ¿Dónde se habrá metido?
NACHO: A ver... ¿por qué me lo preguntas? ¿No crees que si yo lo supiera te lo hubiera...
PAUL: Era una pregunta retórica... déjate de tonterías. Me estoy empezando a poner muy tenso Nacho.
NACHO: Tranquilo, además si seguro que la encontramos.
PAUL: ¿Miramos en el zoo?
NACHO: ¡Venga!
En ese momento, otro coche, diferente acababa de llegar al zoo. De el bajaron María Shaw y su hijo Fabio.
SHAW: Por fin estamos aquí.
FABIO: Vamos adentro...
La señora Shaw y Fabio atravesaron las puertas del zoo. En ese momento, el león comenzó a rugir mirando hacia la mujer. El elefante se espantó y empezó también a dar golpes por ahí. Los monos, locos saltaban de unos árboles a otros y Gaby el gorila, estaba histérico, golpeando la puerta que le sujetaba.
El zoo estaba vacío. Estaba cerrado, era día 25 de diciembre. En ese momento, a María Shaw le vino a la cabeza un momento muy duro de su vida...
Celia estaba intentando pedir ayuda, pero ahí era difícil que alguien la oyera.
CELIA: Ayu…ayuda.
Volvió a marcar el número 1 en su teléfono y saltó llamada con su hijo. Esta vez, por suerte este si que le cogió.
PAUL: ¡Mamá! ¿Mamá? ¿Dónde estás?
CELIA: A…yu…da.
PAUL: ¿¡Qué!? ¿Dónde estas?
Celia, sin poder aguantar más, se dejó llevar por el dolor y cerró los ojos, para siempre. En el otro lado de la línea, Paul estaba confuso.
PAUL: ¿Mamá?
NACHO: ¿Qué te ha dicho?
PAUL: Ayuda.
NACHO: Hay que encontrarla.
En el zoo, María Shaw estaba buscando un lugar para esconderse hasta mañana que abriera el zoo y viniese la niña, entonces sería su momento.
SHAW: Aquí, no nos encontrarán, así mañana, cuando la niña esté aquí. ¡ZAS!
FABIO: ¿Dónde señora?
SHAW: En la cueva de los murciélagos
FABIO: ¡Pero esa cueva está en obras! A ver si vamos a tener un accidente...
SHAW: ¡NO! Esperaremos aquí hasta mañana.
Paul llegó a casa, tenía la cara colorada de haber estado llorando durante mucho tiempo. Ángela le recibió.
ÁNGELA: ¿Has encontrado a tu mamá?
PAUL: No cariño, no la he encontrado.
Natalia fue a recibirle. Le cogió del brazo y le llevó a la cocina, para que la niña no le oyese.
NATALIA: Paul, ¿qué ha pasado con tu madre?
PAUL: He hablado con ella. Le ha tenido que pasar algo. Creo que está muerta...
NATALIA: Si está muerta, no vamos a parar hasta encontrar su cuerpo.
PAUL: De eso, no hay duda.
En el laboratorio, vino el especialista…
ESPECIALISTA: Equipo de avanzadilla, adelante.
Un equipo entró a desinfectar la sala. Marta se abalanzó sobre uno de ellos.
MARTA: Por favor, saquéenme de aquí.
Estos sacaron a Marta.
ESPECIALISTA: (por walkie) Tenemos una superviviente. Parece ser que no se ha infectado... le haremos las pruebas por si acaso.
MARTA: Estoy bien, mira, estoy PERFECTAMENTE.
ESPECIALISTA: Vamos a hacerte las pruebas. (a los demás) Llevadla dentro. Recojan todos los documentos del Proyecto Maponto.
AYUDANTE: Señor, vamos a tener que pasar al plan B...
ESPECIALISTA: De acuerdo. Mandad la orden, dentro de 48 horas, salimos en la nave.
AYUDANTE: (cogió un walkie) Central, al final vamos a ir. Destino la Luna.
ESPECIALISTA: Prepararos, el viaje va a ser movidito.
Marta los miró a todos confusa.
MARTA: ¿Y qué pasa conmigo?
AYUDANTE: Tú te quedarás aquí, ya no nos eres útil en el proyecto... Y lo que no nos sirve, lo tiramos a la basura.
Shaw estaba encendiendo un fuego mientras Fabio se tapaba con unas mantas que había cogido del coche.
SHAW: Voy a coger esta piedra, así tapo la corriente de aire que nos viene por ahí.
FABIO: ¡NO!
El grito de Fabio fue en vano. Shaw había tirado de la piedra y toda la pared de piedra se la había venido encima a la ventrilocua, entre algunas piedras, apareció su mano, la mano de María Shaw sepultada bajo tierra.
NACHO: Paul…
PAUL: ¿¡Qué!?
NACHO: Sabes, que como máximo, si en un día más no encontramos a tu madre, tenemos que nombrar otro director del zoo.
PAUL: Sí, lo sé y por mí no lo digas, yo no voy a llevar el zoo.
(...)
Natalia tenía frente a ella el cuerpo de María Shaw. La mujer que había intentado matar a su hija.
NATALIA: ¿Qué hubieras hecho tu conmigo si fuera yo la que estuviera ahí tirada?
SHAW: Matarte. A tí y a tu hija.
Natalia levantó el cuchillo.
NATALIA: Dime que hacías aquí y porque has desconectado la electricidad del zoo, es la última oportunidad que te doy.
SHAW: Todos moriréis en este zoo. Tarde o temprano, no tenéis escapatoria. La cuenta atrás ha comenzado.
NATALIA: ¿Pero qué dices? ¡Te voy a hacer lo que debieron hacer contigo desde hace mucho tiempo!
Natalia alzó el cuchillo y...
SHAW: Por fin estamos aquí.
FABIO: Vamos adentro...
La señora Shaw y Fabio atravesaron las puertas del zoo. En ese momento, el león comenzó a rugir mirando hacia la mujer. El elefante se espantó y empezó también a dar golpes por ahí. Los monos, locos saltaban de unos árboles a otros y Gaby el gorila, estaba histérico, golpeando la puerta que le sujetaba.
El zoo estaba vacío. Estaba cerrado, era día 25 de diciembre. En ese momento, a María Shaw le vino a la cabeza un momento muy duro de su vida...
Flash-back Año 1905
María Shaw estaba en uno de sus espectáculos, este había ocurrido varios días antes del día en el que quemó el lugar con los chicos dentro.
SHAW: ¿Y qué tal estás Ashen? (mirando hacia su muñeco)
ASHEN: ¡Estoy muy enfadado!
SHAW: Anda ¿y eso por qué?
ASHEN: ¡Porque Raven es una ladrona!
RAVEN: Oh no no no no. De eso nada monada…
De repente, un niño del público interrumpió.
NIÑO: ¡Es una tramposa! ¡Está moviendo ella los labios, la veo desde aquí! ¡Ella es el muñeco!
La señora Shaw no se esperaba eso por parte de un niño del público.
Entre los niños se empezó a correr ese rumor, empezaron a cuchichear entre todos. El espectáculo terminó, sin que ningún niño le prestara apenas atención ya a María Shaw, pues se había demostrado que era una farsante. A la salida, María Shaw buscó al niño que la delató. Lo encontró.
SHAW: ¿Te parece bonito lo que has hecho?
NIÑO: ¡Eres una farsante!
SHAW: ¿Así que dices que yo muevo la boca verdad?
NIÑO: Si.
SHAW: Y si muevo la boca, la lengua también la deberé de mover ¿verdad?
NIÑO: ¡Si!
SHAW: Pues tú jamás la volverás a mover.
La mujer abrió su boca, y su larga lengua salió. El niño gritó y esta aprovechó que el chico abrió la boca y le arrancó la lengua de cuajo. Al terminar, le dijo:
SHAW: ¿Quién es el muñeco ahora?
SHAW: ¿Y qué tal estás Ashen? (mirando hacia su muñeco)
ASHEN: ¡Estoy muy enfadado!
SHAW: Anda ¿y eso por qué?
ASHEN: ¡Porque Raven es una ladrona!
RAVEN: Oh no no no no. De eso nada monada…
De repente, un niño del público interrumpió.
NIÑO: ¡Es una tramposa! ¡Está moviendo ella los labios, la veo desde aquí! ¡Ella es el muñeco!
La señora Shaw no se esperaba eso por parte de un niño del público.
Entre los niños se empezó a correr ese rumor, empezaron a cuchichear entre todos. El espectáculo terminó, sin que ningún niño le prestara apenas atención ya a María Shaw, pues se había demostrado que era una farsante. A la salida, María Shaw buscó al niño que la delató. Lo encontró.
SHAW: ¿Te parece bonito lo que has hecho?
NIÑO: ¡Eres una farsante!
SHAW: ¿Así que dices que yo muevo la boca verdad?
NIÑO: Si.
SHAW: Y si muevo la boca, la lengua también la deberé de mover ¿verdad?
NIÑO: ¡Si!
SHAW: Pues tú jamás la volverás a mover.
La mujer abrió su boca, y su larga lengua salió. El niño gritó y esta aprovechó que el chico abrió la boca y le arrancó la lengua de cuajo. Al terminar, le dijo:
SHAW: ¿Quién es el muñeco ahora?
Celia estaba intentando pedir ayuda, pero ahí era difícil que alguien la oyera.
CELIA: Ayu…ayuda.
Volvió a marcar el número 1 en su teléfono y saltó llamada con su hijo. Esta vez, por suerte este si que le cogió.
PAUL: ¡Mamá! ¿Mamá? ¿Dónde estás?
CELIA: A…yu…da.
PAUL: ¿¡Qué!? ¿Dónde estas?
Celia, sin poder aguantar más, se dejó llevar por el dolor y cerró los ojos, para siempre. En el otro lado de la línea, Paul estaba confuso.
PAUL: ¿Mamá?
NACHO: ¿Qué te ha dicho?
PAUL: Ayuda.
NACHO: Hay que encontrarla.
En el zoo, María Shaw estaba buscando un lugar para esconderse hasta mañana que abriera el zoo y viniese la niña, entonces sería su momento.
SHAW: Aquí, no nos encontrarán, así mañana, cuando la niña esté aquí. ¡ZAS!
FABIO: ¿Dónde señora?
SHAW: En la cueva de los murciélagos
FABIO: ¡Pero esa cueva está en obras! A ver si vamos a tener un accidente...
SHAW: ¡NO! Esperaremos aquí hasta mañana.
Paul llegó a casa, tenía la cara colorada de haber estado llorando durante mucho tiempo. Ángela le recibió.
ÁNGELA: ¿Has encontrado a tu mamá?
PAUL: No cariño, no la he encontrado.
Natalia fue a recibirle. Le cogió del brazo y le llevó a la cocina, para que la niña no le oyese.
NATALIA: Paul, ¿qué ha pasado con tu madre?
PAUL: He hablado con ella. Le ha tenido que pasar algo. Creo que está muerta...
NATALIA: Si está muerta, no vamos a parar hasta encontrar su cuerpo.
PAUL: De eso, no hay duda.
En el laboratorio, vino el especialista…
ESPECIALISTA: Equipo de avanzadilla, adelante.
Un equipo entró a desinfectar la sala. Marta se abalanzó sobre uno de ellos.
MARTA: Por favor, saquéenme de aquí.
Estos sacaron a Marta.
ESPECIALISTA: (por walkie) Tenemos una superviviente. Parece ser que no se ha infectado... le haremos las pruebas por si acaso.
MARTA: Estoy bien, mira, estoy PERFECTAMENTE.
ESPECIALISTA: Vamos a hacerte las pruebas. (a los demás) Llevadla dentro. Recojan todos los documentos del Proyecto Maponto.
AYUDANTE: Señor, vamos a tener que pasar al plan B...
ESPECIALISTA: De acuerdo. Mandad la orden, dentro de 48 horas, salimos en la nave.
AYUDANTE: (cogió un walkie) Central, al final vamos a ir. Destino la Luna.
ESPECIALISTA: Prepararos, el viaje va a ser movidito.
Marta los miró a todos confusa.
MARTA: ¿Y qué pasa conmigo?
AYUDANTE: Tú te quedarás aquí, ya no nos eres útil en el proyecto... Y lo que no nos sirve, lo tiramos a la basura.
Shaw estaba encendiendo un fuego mientras Fabio se tapaba con unas mantas que había cogido del coche.
SHAW: Voy a coger esta piedra, así tapo la corriente de aire que nos viene por ahí.
FABIO: ¡NO!
El grito de Fabio fue en vano. Shaw había tirado de la piedra y toda la pared de piedra se la había venido encima a la ventrilocua, entre algunas piedras, apareció su mano, la mano de María Shaw sepultada bajo tierra.
NACHO: Paul…
PAUL: ¿¡Qué!?
NACHO: Sabes, que como máximo, si en un día más no encontramos a tu madre, tenemos que nombrar otro director del zoo.
PAUL: Sí, lo sé y por mí no lo digas, yo no voy a llevar el zoo.
(...)
Natalia tenía frente a ella el cuerpo de María Shaw. La mujer que había intentado matar a su hija.
NATALIA: ¿Qué hubieras hecho tu conmigo si fuera yo la que estuviera ahí tirada?
SHAW: Matarte. A tí y a tu hija.
Natalia levantó el cuchillo.
NATALIA: Dime que hacías aquí y porque has desconectado la electricidad del zoo, es la última oportunidad que te doy.
SHAW: Todos moriréis en este zoo. Tarde o temprano, no tenéis escapatoria. La cuenta atrás ha comenzado.
NATALIA: ¿Pero qué dices? ¡Te voy a hacer lo que debieron hacer contigo desde hace mucho tiempo!
Natalia alzó el cuchillo y...
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